Capítulo 28: Mis hermanos borrachos.

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Capítulo 28: Mis hermanos borrachos.

El timbre de su casa sonó por vigésima octava vez. Bárbara volvió a considerar la posibilidad de hacerse la loca para que quienquiera que fuera se marchara, pero tocaron de nuevo.

Suspiró con pesar, se levantó del sofá y se dirigió hacia la puerta. La abrió encontrándose con un Hugo bien arreglado.

Llevaba una camisa negra con los botones superiores desabrochados, unos vaqueros rasgados y una amplia sonrisa en el rostro. Extendió los brazos para que la peliazul admirara su atuendo.

Inconscientemente Bárbara miró a abajo, observando sus pantuflas azules de conejitos, sus calcetas negras que llegaban hasta sus rodillas y una camiseta que había robado a Harry que cubría la mitad de sus muslos y sus codos.

- Fuera.- le espetó de mala manera.

Hugo no borró su sonrisa e hizo todo lo contrario, entró a su apartamento canturreando.

- ¿Qué haces aquí?- ella volvió a probar.

Él tampoco respondió. Se adentró en su habitación y salió con una camiseta corta negra y una falda floreada. Se las tendió.

- Tú y yo.- Hugo por fin habló.- Saldremos de fiesta.- acompañó a la frase con un movimiento de caderas.

- Oh, no. No.- repitió.- Me conozco tus fiestas. No más descontrol.- alzó un dedo y lo meneó de un lado a otro, negando.

Su mejor amigo puso los ojos en blanco.

- Solo iremos a un karaoke. No será para tanto. Venga -suplicó.- Harry se fue hace dos semanas y aún no has salido a la calle desde entonces. ¿Qué te pasa? Esta no es la Bárbara que yo conozco. Me preocupo por ti.

- Te equivocas.- lo corrigió ella, cruzándose de brazos.- Ayer salí a comprar helado.- Hugo alzó las cejas. Ella suspiró y dejó sus brazos caer, rindiéndose. Le arrebató la ropa y se metió al baño.

- ¡Y ponte tacones, cada día estás más baja!- oyó como le gritaba su amigo.

Resopló con fastidio. Se quitó la ropa cómoda y se dio una ducha rápida. Después se colocó el vestuario que Hugo había elegido y se maquilló. Fue a su habitación y se puso unos tacones negros que encontró debajo de la cama.

Cuando salió, Hugo la esperaba semitumbado en el sofá.

***

Una hora después, todo era descontrol. A su amigo se le olvidó mencionar que además de karaoke el local era un bar. Y había barra libre. Llevaba media hora sentada sola en una mesa. Hugo estaba por ahí, bebiendo hasta del agua de los floreros.

Una chica borracha enfundada en un vestido corto y estrecho desafinaba una canción para todos los presentes. Bárbara bufó y encendió su teléfono móvil.

Bárbara:

sálvame

La respuesta no tardó muchos minutos en llegar:

Harry:

¿qué pasa?

La chica bajó del mini-escenario tambaleándose. A la peliazul le sorprendió que seguidamente subiera Hugo. No sabía exactamente cuánto había bebido. Pero si era lo suficiente como para atreverse a subir a cantar, definitivamente no era poco.

Bárbara:

Hugo me ha obligado a venir con él a un bar-karaoke

está borracho.

y ha subido a cantar.

repito, borracho.

Harry:

tengo que ver eso

Bárbara:

descuida, lo estoy grabando

Dios mío

solo le falta decir

"dedicada a todos mis ebrios compañeros"

- Esta canción va para vosotros, mis hermanos borrachos.- vociferó Hugo arrastrando las palabras.

Bárbara:

...

lo ha dicho.

Harry:

definitivamente tengo que salir con él algún día.

- ...y también para mi súper amiga Bárbara. Yo le rompí el himen. Y es la novia de Harry Styles.- ella se estampó la mano en la cara, con incredulidad y vergüenza.- ¡Ahí está, la peliazul! ¡Barbie, saluda!

Todos los presentes se giraron a mirarla. En serio, ¿no había ni una persona sobria en aquella sala a parte de ella?

Frunció los labios y levantó una mano para darles un saludo tanjante.

- Hola.- musitó.

- Hola, Bárbara.- dijeron todos al unísono, como si de una reunión de alcohólicos anónimos se tratase. Desde luego, les hacía falta.

Bárbara:

voy a matarlo.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora