Capítulo 37: Disfrutar de las pequeñas cosas.
- Te quiero.- susurró, confiando en que él no la oía.
- ¿Qué?
Bárbara se giró hacia la puerta de la habitación, desde donde provenía esa voz. Parpadeó un par de veces hasta que pudo ver a Alicia en la penumbra.
- ¿Qué haces aquí?- siseó a la vez que se levantaba de la cama con cuidado para no despertar a Harry.
Salió de su habitación y entornó la puerta tras ella.
- No pretenderías que me fuera a casa borracha y sola.- espetó la pelirroja a la defensiva.- ¿Cómo es que le quieres? ¿Por qué no me lo habías dicho?
La peliazul suspiró y se abrazó a sí misma. Aún llevaba puesto el vestido con el que salió de casa y apestaba a alcohol.
- Me acabo de dar cuenta. No sé, Alicia. No estoy enamorada de él, sólo le quiero. Todo el mundo le quiere.
Su mejor amiga estrechó los ojos.
- ¿Te acabas de dar cuenta? ¿Estás de coña? Está babeando contra la almohada.- dijo señalando a la puerta con el dedo. Guardó silencio durante unos segundos.- ¿Acabo de oír un ronquido?
Bárbara puso los ojos en blanco.
- En otro momento tendremos esta conversación. Aún estoy borracha.
Abrió la puerta y entró a la habitación de nuevo. Alicia estaba a punto de protestar pero Bárbara la interrumpió.
- ¡Te quiero!- exclamó en un susurro antes de cerrarle la puerta en la cara.
Sonrío al oír a su amiga quejarse y se dirigió hacia su armario. Quería ponerse ropa más cómoda para continuar sus horas de sueño. O para intentarlo.
Echó un vistazo rápido a Harry para comprobar que seguía durmiendo y se sacó el vestido por la cabeza, quedándose en ropa interior. El sostén la estaba matando, así que se lo desabrochó para quitárselo. Tiró las prendas de las que se había despojado al suelo y buscó algo cómodo para vestirse.
- Marie.
Abrió los ojos como platos al escuchar la voz de Harry y se llevó las manos a los pechos en un acto reflejo para intentar cubrirlos. Se giró lentamente hacia él. Estaba dormido.
Pensó que se lo debería de haber imaginado. Continuó con la tarea de buscar algo cómodo cuando él volvió a hablar:
- Bárbara.
Cogió la primera camiseta ancha que encontró rápidamente y se la puso. Se volvió a girar y lo descubrió durmiendo de nuevo.
- Marie... Bárbara.- balbuceó.
La peliazul por fin se dio cuenta: él estaba hablando en sueños.
- Esto va a ser divertido...- susurró para sí misma mientras se sentaba al lado de Harry.
- Bárbara...- repitió una vez más.
- Me gusta como dices mi nombre.- confesó ella, aunque no estaba segura de que él la estuviera escuchando.
Harry sonrió. Así que Bárbara supuso que algo si debería estar oyendo.
- Cuando trabajaba en la panadería había una mujer mayor que se llamaba Bárbara y ella pellizcaba mi trasero.- su voz sonaba obviamente adormilada y ronca.
Bárbara ahogó una risita. Se acostó en su lado de la cama, mirándo hacia Harry.
- ¿Quieres decir que quieres que pellizque tu trasero?- habló en voz baja, mordiendo su labio para no soltar una carcajada.
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El chico del ascensor » EDITANDO
FanfictionBárbara no es como las demás chicas. Si a primera vista destaca por su cabello azul, cuando la conozcas no será eso lo que más te sorprenderá sobre ella. Es impredecible, loca, y vive la vida de una manera que muchos no entenderían. No ve revistas n...