Capítulo 47: ¡Código C!

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Capítulo 47: ¡Código C!

Bárbara:

te estás quedando calvito aw

Harry:

no

Bárbara:

sí, acabo de ver una foto

tienes entradas

algún día no te quedará pelo

Harry:

algún día se te caerá el pelo de tanto tinte azul

y quedarás calva

marie?

maaaaarieeeeee

estás enfadada?

solo era una broma

ya sabes, estamos bromeando

Bárbara:

yo no bromeaba

Harry:

oh...

yo tampoco

Bárbara:

te imaginas a los dos calvitos?

Harry:

no.

Bárbara:

aw yo sí

Rápidamente se despidió de la no-conversación que estaba teniendo con Harry (porque decir cosas absurdas no se tenía que considerar tener una conversación) y se dirigió hasta la cocina para hacer la comida. Es decir, se dirigió a la cocina para meter una pizza precocinada en el horno.

Cuando hubo pasado el tiempo suficiente después de comer, se hizo una trenza en el pelo y se puso ropa cómoda. Comenzó a hacer la coreografía para su próxima actuación que posteriormente tendría que ensayar con Josh.

Harry estaba en un ensayo o concierto o entrevista. No lo sabía.

En realidad, nunca hablaban de sus actividades como cantante. Ella sabía que a él le gustaba que lo tratase como si no fuera famoso y así lo hacía. Ni siquiera sabía en qué parte del mundo estaba él en ningún momento.

Justo en ese instante, su teléfono vibró.

- Hablando del rey de Roma.- susurró para sí misma mientras desbloqueaba su móvil.

Harry:

por casualidad no te llevarías sin querer una camiseta mía cuando estuviste en mi casa?

Por instinto miró a su sofá, donde residían la chaqueta que le dejó el día de la azotea, la camiseta que le robó uno de los días que vino a España y la que -efectivamente- se llevó sin querer de su casa cuando estuvo allí.

Tecleó la respuesta.

Bárbara:

no.

La verdad era que estaba recopilando prendas de ropa de Harry con fin de venderlas en páginas de segunda mano de Internet para ver cuánto dinero ganaba.

Por un segundo pensó en lo que estaba haciendo.

¡Oh, por Dios! ¿Cómo podía estar pensando en vender ropa que no es suya en una página de segunda mano? ¡Era una locura!

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora