Capítulo 36: ¡No soy una asesina!

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Capítulo 36: ¡No soy una asesina!

- Joder.- masculló su amiga a través del teléfono.- Él es como la regla, viene una vez al mes.

- Alicia, eso es asqueroso.- la reprendió Bárbara.

- No, en serio. Piénsalo. Es como el nuevo Andrés. Veamos como queda: "Harry, el que viene una vez al mes".

- Sigue siendo asqueroso.- canturreó- Avisa a Hugo y a Sergio. Y si Raúl deja un segundo a su novio y quiere venir, también. Esta noche salimos.

Después de decir eso, colgó. Casi podía oír a Alicia rabiando en su casa por haberla dejado con la palabra en la boca. O igual no. Ya debería de estar acostumbrada. Se giró con el teléfono en la mano y descubrió a Harry mirándola fijamente.

- Me gusta oírte hablar español.- le dijo él.

Ella sonrió. - ¿De verdad quieres salir? A lo mejor estás cansado, no quiero obligarte.

- No, quiero salir. Me apetece que nos divirtamos.

Primero se duchó ella y se vistió con un corto vestido negro junto a algo de maquillaje que se aplicó. Tras unos minutos, Harry salió del baño con una camisa de manga corta estampada y unos skinny negros. Bárbara se mordió el interior de la mejilla. Esa ropa le quedaba genial. Y estaba segura de que él lo sabía.

- ¿Vamos?- le preguntó. Él asintió mientras la seguía, admirando su vestido desde atrás.

Bárbara condujo hasta la entrada de un club. Bajaron del coche, allí estaban Hugo y Alicia. Ésta última le dio a Harry un abrazo más largo de lo normal, lo que provocó la risa de todos. Raúl había preferido quedarse con su novio y Sergio no había podido ir. Harry supuso que Sergio en realidad no había querido ir para no verlo junto a Bárbara, pero no lo culpó. Él tampoco lo soportaría.

En cuanto el portero del club vio a Harry, abrió los ojos más de lo normal y los dejó pasar a todos al instante.

Hugo y Bárbara se dieron una sonrisa de complicidad. La última vez que habían ido a ese sitio habían tenido que esperar fuera durante más de una hora.

Dentro, la gente ya estaba lo suficientemente borracha como para no darse cuenta de que tenían a Harry Styles al lado. La música sonaba tan fuerte que les palpitaban los oídos. No se andaron con rodeos y directamente se hicieron camino hasta la barra.

- ¡Chupitos de tequila!- le pidió Hugo al barman. Éste les puso uno a cada uno delante.

- Bueno -le dijo Harry a Bárbara-, esto puede ser un poco fuerte...- su voz se fue apagando al ver cómo ella cogía el chupito y se lo tragaba sin hacer ni una mueca.- Mejor me callo.

- Despacio.- le dijo Alicia.- La última vez que salimos los tres juntos tuve que ir a reconocer un cadáver, Bárbara.- la regañó con seriedad.

Harry rió, pensando que era una broma. Pero dejó de reír al instante al ver que los demás no lo hacían.

- ¡Ya pedí perdón!- se excusó la peliazul.

El británico la miró con incredulidad.

- ¡¿Que tú hiciste qué?!

- ¡No soy una asesina!- aclaró Bárbara a voz en grito.

Algunos de los presentes se giraron a mirarla. Ella sonrió con inocencia y los saludó con la mano. Los otros estaban demasiado borrachos como para prestarle más de dos segundos de atención y volvieron a lo que estaban haciendo.

- Sólo me fui a Italia, ¿vale? - bajó su tono de voz.- No hice nada malo.

- ¡Te fuiste sin avisar!- exclamó Alicia.- ¡Murió una peliazul ese mismo día y tuve que ir a ver si eras tú! ¿Crees que lo pasé bien? ¡Fueron las peores horas de mi vida!

- ¿A qué diablos fuiste a Italia?- intervino Harry.

Bárbara se encogió de hombros. - Quería despejarme.

- La gente normal, cuando quiere despejarse se va a dar una vuelta a la manzana.- apuntó Hugo.

- Yo no soy normal.- gritó por encima de la música.- ¿Alguien va a beberse ese chupito?

 Dos horas más tarde, Bárbara quería a todo el mundo. Todos eran sus amigos. Estaba lo bastante borracha como para subirse a bailar encima de la barra, y lo hubiera hecho si Harry no se lo hubiera impedido. Él también estaba un poco bebido, pero lo suficientemente consciente.

- ¡Baila conmigo, Edward!- chilló ella cogiéndolo del cuello de su camisa y arrastrándolo a la pista de baile.

Incluso borracha sabía que eso no era una buena idea. Era consciente de que cuando bebía era demasiado cariñosa y tremendamente sincera. Esas dos cosas junto a Harry sólo podían traer problemas.

Como él estaba ensimismado, fue Bárbara quien puso sus grandes manos en sus caderas. Comenzó a balancearlas de un lado a otro siguiendo el ritmo de la música. Cerró los ojos, disfrutando de su cercanía y puso sus brazos alrededor del cuello de él.

Lo miró fijamente a los ojos. Su mirada amarillenta era tan intensa que él sintió como si le estuviera arrancando directamente el corazón. Fue capaz de formar una sonrisa de boca cerrada.

Bárbara paseó su vista hasta sus hoyuelos, y finalmente llegó a su boca. Su rosada y blandita boca. Lo que daría por volver a sentirla contra la suya... Se acercó más a él para susurrar en su oído.

- ¿Crees que estaría muy mal si te besara ahora mismo?- a pesar de sus insinuantes palabras, su voz sonaba cansada.

¿Que si estaría muy mal? ¡Lo deseaba! Pero, sin embargo...

- Estás borracha.- le dijo como respuesta. No quería que ella hiciera algo de lo que se arrepentiría a la mañana siguiente.

La peliazul rió contra su oído. Un cosquilleo pasó por su cuello y le hizo inclinar la cabeza ligeramente hacia ella. Su piel se había erizado.

- Y tú estás buenísimo.- soltó. Lo pensó un segundo y prosiguió:- No. No estás buenísimo.- Harry frunció el ceño, ligeramente ofendido.- Eres hermoso. Tienes una belleza tan... única. No estás buenísimo.- repitió.- Eres hermoso.

Alicia apareció de pronto, interrumpiéndola.

- Es hora de volver a casa.- pronunció.

Si Bárbara no hubiese estado borracha, se hubiera dado cuenta de que su mejor amiga la estaba salvando de decir algo que no diría en buen estado.

- Sí, lo es.- concordó la peliazul.

***

Bárbara despertó a mitad de la madrugada. No le dolía la cabeza. Supuso que aún debería estar borracha, aunque más consciente.

Miró a su izquierda. Harry dormía a su lado con la cara pegada a la almohada. Su brazo estaba sobre su cintura, casi abrazándola. Ella sonrió y ni siquiera lo pensó:

- Te quiero.- susurró, confiando en que él no la oía.

- ¿Qué?

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¡Bárbara, te ha pillado! ¿Qué creereís que pasará ahora? *intriga*

Buuuuueno, comprenderéis por qué he tardado más en subir. Este capítulo es larguísimo en comparación con los otros. Más de 1000 palabras. (me siento orgullosa) (no os acostumbréis jeje). Son las 2 y media de la madrugada así que si tiene errores perdonadme, los corregiré mañana.

Espero poder subir pronto, no quiero dejaros con la intriga durante mucho tiempo.

Os quiero,

- Cupcake.

P.D: Quiero que comentéis. Me encanta que comentéis. Pero no os sintáis obligados ok.

P.D2: No se si los posdata van antes o después del nombre, así que lo pongo dos veces porque diva se nace.

- Cupcake.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora