Capítulo 43: Miradas y besos en la frente.

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Capítulo 43: Miradas y besos en la frente.

A la mañana siguiente, cuando Bárbara despertó, Harry tenía la cabeza posada en la almohada en dirección a ella y la miraba fijamente. Ni se molestó en fingir que no la observaba cuando ella abrió los ojos.

- ¡Joder!- soltó Bárbara en español, por su sorpresa al verlo tan cerca. Cambió al inglés para preguntarle con guasa:- ¿Todos los de One Direction tenéis la manía de mirarme fijamente mientras duermo?

Harry, que de momento no había sacado a relucir su maravillosa sonrisa, no cambió su gesto serio pero alzó las cejas.

- ¿Con quién más de los chicos has dormido?

La peliazul bufó y restregó sus dedos contra sus párpados cerrados en un intento por espabilarse. Se había referido a Niall en la mañana después de haberlo conocido a él, pero no tenía ganas de dar explicaciones.

Bostezó y entonces volvió a mirarlo. Él no había apartado su mirada de ella. Sus ojos se encontraron.

Bárbara sintió una sensación extraña en su estómago, casi como ganas de vomitar. ¿Eso era estar enamorado? ¿En serio? ¿Ganas de vomitar? El sentimiento más arrollador, valorado, alabado, escrito, cantado... el que todo el mundo busca, son ganas de vomitar. Estar enamorado no es algo bonito. Es angustioso, desesperado y muy contradictorio.

Sin embargo... Estar enamorada de Harry, a pesar de las náuseas, se sentía genial. Espantosamente genial.

Lo miró a los ojos. Tan claros, pero tan verdes. A veces la miraban con tal intensidad, que le parecía ver un brillo especial en ellos. Pero luego, cuando lo razonaba, solo podía pensar que era producto de su ingenuidad. Que el amor que sentía por él -que estaba totalmente en su contra- le hacía ver espejismos.

- Tienes los ojos amarillos.- murmuró él de pronto, sin despegar su mirada de la de ella.

- Ya, claro.- ironizó Bárbara y, fingiendo, puso los ojos en blanco a la vez que sonreía.- Y el pelo azul, ¿no?

Harry se echó a reír. Las ganas de vomitar de Bárbara aumentaron.

Impresionada por lo que su risa le hacía sentir, Bárbara, en un ataque de emociones, tuvo el impulso de apartar los rizos que caían sobre la frente de Harry y besarla. Él paró de reír al instante y la miró sorprendido. Ella cerró los ojos con fuerza, arrepentida desde el segundo después de haberlo hecho.

¿En serio?- pensaba.- ¿Un beso en la frente? Ni que fuera su abuela...

Abrió sólo un ojo con la esperanza de que él hubiera dejado de mirarla y estuviera en otra cosa. Pero, como era de esperar, no tuvo suerte. Harry la miraba con más intensidad aún que antes. Se puso nerviosa. ¿Y ahora qué? ¡Era una estúpida!

Para desviar la atención de Harry, fingió un ataque de tos tremendo. Se llevó una mano al pecho mientras "tosía" y se alejaba de él. Genial Bárbara Marie, muy sutil. Solo te falta hacer la croqueta para pasar desapercibida.

- ¿Estás bien?- le preguntó Harry, poniéndole una mano en la espalda.

Al sentir su contacto, se atragantó con su propia saliva y ésta vez tosió de verdad.

El chico, al ver que aquello solo iba a peor, se levantó de la cama y volvió con un vaso de agua. La peliazul lo bebió y por fin dejó de toser.

- ¿Estás bien?- repitió él, mirándola con preocupación.

- Sí.- musitó ella con un hilo de voz. Notaba la garganta irritada, pero tenía ganas de reírse por lo ridícula que había sido ella misma. Al ver que Harry no quitaba la mirada preocupada, añadió:- Vamos, Edward, sólo ha sido un ataque de tos.

- Bueno... Casi te ahogas, literalmente.

Bárbara rodó los ojos e hizo caso omiso a su comentario.

- Oye, ¿no tienes que hacer algo con One Direction?

- De hecho, sí. Hoy teníamos una entrevista, pero no he ido.

La peliazul abrió muchísimo los ojos y reprochó:

- Por mí, ¿verdad?

Harry tampoco se molestó en mentirle y asintió.

- Pero no pasa nada.- aclaró.- Han ido sólo Liam y Niall.

- ¡Oh, Dios! ¡Te estoy estorbando! -exclamó la chica. De pronto se levantó de la cama y comenzó a meter toda su ropa de cualquier manera en la maleta.

- Marie, ¿qué haces?

A ella -por las prisas- se le cayó un zapato de tacón al suelo y se agachó a recogerlo mientras le respondía. No se había dado cuenta hasta ese momento de que la habitación de Harry estaba totalmente infestada por sus pertenencias.

- Coger mis cosas. Vuelvo a Madrid.

- ¿Qué? ¡No!- gritó él.

- Sí.- declaró.- Mira, me lo he pasado genial, pero no quiero interrumpir tu vida. Además, prácticamente me invité yo solita.

- Pero yo te invité antes.- la interrumpió.- Y quiero que estés conmigo.

Su corazón dio un vuelco, pero no dispuesta a cambiar de opinión, arguyó:

- Pero tu tienes que hacer cosas. Y yo también. Hoy es jueves, si cojo el próximo vuelo aún me puede dar tiempo a...- se cayó de pronto, maldiciendo en su interior por haber dicho de más.

- ¿A qué?- presionó él para que siguiera hablando.

- A nada.- suspiró.- Lo siento, Edward, pero me tengo que ir.

Harry se pasó la mano por el pelo. Parecía enfadado con ella, y eso le dolió. Pero más le dolió cuando soltó:

- ¿Por qué no me dejas saber más de ti?

Bárbara no respondió.

Media hora después, estaba en el avión. Y 3 horas después, en su apartamento. Le había mandado un mensaje a Harry en cuanto había pisado España, pero él no contestó. Y no lo culpaba.

Con presión en el pecho -pero no arrepentida de lo que había hecho- llamó a Alicia.

- ¿Barbie?- habló su amiga, tres tonos después.

- Estoy enamorada de Harry.

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¡Feliz día del libro, guapuras!

Me han regalado dos rosas y dos libros *w* Es oficial, amo el 23 de abril. ¿Os han regalado una rosa o un libro a vosotras?

Si es sí: me alegro muchísimo.

Si es no: yo os mando un abrazo virtual y os regalo este capítulo jjjj.

¡Os quiero!

- Magdalena.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora