Capítulo 4: Tatuajes y hoyuelos.

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Capítulo 4: Tatuajes y hoyuelos.

Cuando Bárbara abrió los ojos, unos ojos azules la miraban atentamente. Pegó un grito y saltó incorporándose en la cama. Desde pequeña, cuando se despertaba necesitaba unos minutos para orientarse. No reconocía la cama en la que estaba. Se encontraba en una habitación gigante, probablemente de un hotel, vestida con la ropa de ayer por la noche. Miró al chico rubio que seguía observándola atentamente.

— ¿Quién mierda eres?— está bien, ella no tenía precisamente el mejor humor por las mañanas. El desconocido se rió, tenía una risa muy peculiar.

— Wow, qué carácter. Soy Niall, ¿y tú?— le sonrió amablemente.

— Bárbara. — ella se levantó de la cama y comenzó a buscar sus tacones.

— Bien, Barbie, Harry...— lo interrumpió.

— Bárbara.— gruñó.— No me llames Barbie.

— Vaaaaale.—alargó— Bárbara, Harry está duchándose, ahora saldrá para que os despidáis, os beséis, etcétera.

Harry. Harry, el chico del ascensor. Él la trajo aquí. Oh dios, él cargó con ella hasta aquí. La pregunta es, ¿por qué? ¿Por qué no simplemente la despertó? Ella por fin encontró sus tacones. Los cogió y se dirigió a Niall.

— ¿Qué te hace pensar que nosotros...?— se calló, miró a la cama, después a los tacones en su mano y se imaginó lo despeinado que estaría su cabello.— Oh... No. Él y yo... No. No soy de esas... No.

Bárbara no terminaba ni una frase y hablaba rápidamente. Niall la miró con las cejas alzadas y simplemente alzó los hombros.

— Da igual, él estará aquí en seguida.

Justo en ese momento, Harry abrió la puerta del baño y apareció con sólo una toalla en la cintura y el pelo mojado cayendo por su cara. Tatuajes, tatuajes, tatuajes, no dejaba de repetir una voz en la cabeza de Bárbara. Harry levantó la cabeza y cuando la vio sonrió ampliamente. Hoyuelos, hoyuelos, hoyuelos. Mierda. Ella tragó saliva.

— Buenos días, Bárbara.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — cuestionó sin rodeos. No veía una explicación lógica para eso. Él ni siquiera sabía más que su nombre, por qué se tiñó el pelo de azul y su cantante favorito.

— Oh, te dormiste. ¿Cómo pesas tan poco?. Además, tienes el sueño muy profundo. —Harry subió y bajó las cejas con una sonrisa pícara. Bárbara palideció.

— ¿Me has violado?— preguntó con verdadero terror.— ¡Oh...! ¡Ya no soy virgen! Un momento, antes tampoco lo era. ¿Por qué me has violado? ¿Me dolió?

Antes de que pudiera seguir hablando, Harry y Niall rompieron en carcajadas. La chica frunció el ceño cuando ellos se doblaron por la mitad y cogieron sus estómagos, convulsionando por la risa. Ella los observó aburrida y se dijo que si Harry seguía riéndose así, se le caería la toa... ¡Oh! Se tapó los ojos con las manos y soltó un grito.

— ¡Tápate, por Dios!

Ahora sólo se escuchaban las carcajadas de Niall, que parecía que fuese a ahogarse en su propia saliva de tanto reír. Bárbara se destapó un ojo para ver a Harry —ya cubierto con la toalla— ruborizado y avergonzado. Se quitó las manos de la cara y se unió a Niall, riéndose ruidosamente. Los dos se sentaron en la cama, pataleando por la risa.

Harry miró a Bárbara reír. Después del día que tuvo ayer, se alegró de que riera, aunque fuera a su costa. No entendía por qué, pero aquella chica peliazul se había ganado su simpatía. Se dirigió al baño para vestirse y dejó a aquellos dos riéndose y comentando lo patético que había sido.

Cuando salió, Niall y Bárbara se estaban comiendo las patatas fritas que habían en el minibar de la habitación de hotel y mantenían una discusión sobre cuáles eran mejores, si Pringles o Ruffles. Cuando lo vio, Bárbara se levantó.

— Bueno, creo que debería irme. Tengo que hacer frente a mi novio, y eso. Gracias por todo, Harry.

— ¿Lo perdonarás?— Bárbara asintió con la cabeza y Harry la miró confundido.

— No vale la pena guardarle rencor. Pero lo nuestro se ha acabado. Si besa a otra, es más que evidente que ya no me quiere a mí. Lo perdono, pero no voy a volver con él, sería engañarnos a nosotros mismos.

Él asintió pensando en la madurez de sus palabras.

— ¿Me vas a dar tu número?— preguntó. Ella sonrió. Todo en su interior gritaba: ¡Sí! ¡Sí! Pero ella no era así de fácil. No, iba en contra de sus principios. Además, acababa de romper con su novio. Negó con la cabeza y él le sacó la lengua.— Igualmente, cuando dormías me llamé con tu teléfono para tener tu número. Y guardé el mío en tus contactos.

Bárbara rió negando con la cabeza, ese chico era un caso aparte.

— ¡Encantada de conoceros, chicos! Gracias por todo.— Niall y Harry se despidieron de ella y salió de la habitación.

Anduvo por los pasillos del hotel. Fue una suerte que Harry se hospedara en el mismo hotel donde fue la fiesta, si no ahora mismo no sabría adónde ir. Le pareció ver el flash de una cámara, pero lo dejó pasar. Salió del edificio y se dirigió a su coche, que se encontraba en el mismo lugar donde ella lo dejó la noche anterior. Condujo hasta su apartamento, donde vivía sola.

En cuanto llegó a su hogar, se deshizo de los tacones y del vestido y se puso un pijama cómodo. Se tumbó en el sofá y puso una película al azar. Después de todo, ya no tenía trabajo, no tenía nada que hacer.

Su teléfono móvil vibró. Lo desbloqueó y sonrió.

Harry El Más Sexy:

hola, chica del ascensor. xx

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Capítulo dedicado a natalyvarelaruiz , ¡Gracias por el apoyo! ❤️

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora