Capítulo 27: Sushi.

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Capítulo 27: Sushi.

- No, Marie.-repitió Harry por décima vez con tono cansado.- No podemos pedir pizza para cenar. ¡Hemos tomado para comer!

Bárbara se cruzó de brazos y le sacó la lengua haciendo una pedorreta como una niña pequeña.

- Tengo hambre.- se quejó. Harry se acomodó junto a ella en el sofá y alzó las cejas.

- Se supone que los invitados son los que se tienen que sentarse a esperar a que les den de comer.- acotó.

La peliazul alzó las manos enseñando las palmas, indicándole su inocencia.

- Yo no te invité, viniste tú solo.

Él puso los ojos en blanco. Al siguiente instante, Bárbara saltó de su asiento, sorprendiéndolo.

- ¡Ya lo sé! ¡Haré el mejor sushi que hayas comido nunca! ¿Te gusta el sushi?- abrió la boca para afirmar que sí, pero ella no lo dejó hablar.- No importa. El mío te gustará.

En cuanto terminó de hablar, corrió hacia la cocina y se encerró allí. Él se encogió de hombros y encendió la televisión.

Una considerable cantidad de minutos después, Bárbara salió con un plato lleno de sushi. Miró a Harry y contuvo una carcajada.

- Edward, ¿qué haces?

No despegó su mirada de concentración de la TV.

- Veo la televisión.- le contestó, como si fuera obvio. Bárbara contuvo una carcajada de nuevo.

- Sabes que está en español, ¿no?- cuando él la miró con los ojos bien abiertos, se le hizo imposible evitar reír.

Dejó la comida encima de la mesa y se acercó a él.

- Solo pensaba.- explicó Harry. Ella asintió, pero no le preguntó nada.

Harry felicitó innumerables veces a Bárbara por su comida. Ella le agradeció con una sonrisa orgullosa. Más tarde su fueron a dormir. Esta vez él ni siquiera se molestó en ir primero a la habitación de invitados, directamente se acostó junto a Bárbara.

La peliazul se giró hacia él con la cara apoyada en la almohada.

- ¿Puedes cantarme?- le pidió.

- ¿Cantarte?

- Me ayuda a dormir.

Buscó en su cabeza una canción para ella. No tardó mucho, se le vino a la mente al instante. Así era Bárbara, todos se giraban a mirar como resplandecía, todos sabían lo mucho que brillaba, menos ella. Comenzó a cantar, susurrándole:

- You're insecure. Don't know what for, you're turning heads when you walk through the door. Don't need make up to cover up, being the way that you are is enough. Everyone else in the room can see it, everyone else but you...
Baby you light up my world like nobody else, the way that you flip your hair gets me overwhelmed. But you when smile at the ground it aint hard to tell, you don't know oh-oh, you don't know you're beautiful.
If only you saw what I can see, you'll understand why I want you so desperately. Right now I'm looking at you and I can't believe you don't know oh-oh. You don't know you're beautiful.

Bárbara no había dejado de mirar directamente a sus ojos durante toda la canción. Él le había cantado igual que le cantaba a la chica del videoclip, cara a cara. Eso le hizo preguntarse: ¿A cuántas chicas más les habrá cantado lo mismo, de la misma manera?

Intentaba no hacer eso. Intentaba no pensar en Harry como el mujeriego que sabía que era. Pero se le hacía inevitable. No quería que sus palabras le afectaban del modo en que lo hacían.

"Somos amigos, ¿no es eso mejor que nada?" se dijo a sí misma.

Alzó las cejas e intentó bromear:

- ¿Crees que esa es una canción hecha para hacer de nana?

- Creo que es una canción hecha para ti.- respondió él inmediatamente.

Ella no dijo nada al respecto. Murmuró un "buenas noches", se dio la vuelta y le dio la espalda porque dudaba que su corazón pudiera soportar si seguía mirándolo a los ojos durante más tiempo.

"¿No es eso mejor que nada?" se repitió una y otra vez hasta que se quedó dormida.

***

Cuando despertaron, Harry tuvo que correr para no perder su vuelo.

- Nos vemos pronto, Marie.- le dijo antes de irse.

Pronto será dentro de varios meses, cuando él tenga un rato para mí, razonó Bárbara.

Se despidieron y cerró la puerta.

- Solos otra vez.- le dijo a Ed, que ronroneaba restregándose contra sus pies.

Lo cogió en brazos y se sentó en el sofá con él sobre sus piernas, acariciándolo.

Oh Dios mío- pensó,- soy una jodida anciana.

Le echó un vistazo a la mesa y descubrió ahí el sobre que contenía el cd con sus locuras. Debajo de "Cosas que no verán mis futuros hijos" alguien había escrito: (Iris y Edward).

Sonrió y tomó su teléfono móvil. Tecleó.

Bárbara:

edward, besas de 10 ;)

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No he subido antes porque alguien se ha dedicado a crear una cuenta expresamente para mandarme mensajes con comentarios ofensivos sobre esta historia (me halaga que se hayan tomado la molestia de hacer una cuenta solo para hundirme, me hace sentir importante). Sé que vosotras no tenéis la culpa de eso y que no debería estar enfadada por un par de críticas. Pero las críticas en sí no me enfadan, me enfada que ni siquiera hayan dado la cara para expresar su opinión. En fin, solo quería disculparme, estaba algo desmotivada como para escribir. También lo siento si este capítulo está mal, es la 1 de la madrugada hora España, pero quería subir algo.

PD: ¿Podéis pasaros por mi nueva historia? T.O.C. (Transtorno Obsesivo Compulsivo).

- Magda.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora