Capítulo 44: Como cada jueves.

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Capítulo 44: Como cada jueves.

Al oír esas palabras, Alicia reaccionó como si Bárbara hubiera dicho "Logan Lerman está en mi salón". Ya que colgó y 5 minutos después se encontraba en la puerta de su casa con Ed Sheeran bajo el brazo, un bote de helado de chocolate en la mano contraria y pelos de loca. Media hora después, ya estaba con sus comentarios no acertados.

- Vosotros siempre habéis sido, en teoría, amigos.- torció el gesto y continuó:- Pero no en práctica.

- ¿A qué te refieres?- preguntó la peliazul.

- A que él aprovecha cada momento para tocarte. Eso significa algo, Barbie.

- Probablemente él haga eso con todas las chicas.

- Pues conmigo no lo hace.- contraatacó su amiga.- Y no porque yo se lo haya impedido, te lo puedo asegurar. Y el día que fuimos a la discoteca, sólo tenía ojos para ti.

- Probablemente porque yo era la única persona a la que él conocía bien allí.

- Déjate los "probablemente". ¿Por qué no lo quieres ver?

- Porque no es cierto.- Bárbara la miró con gesto serio.- Mira, Alicia, está bien que tú vivas con ilusiones. Pero yo no soy así. Harry es un cantante famoso. Y aunque yo lo vea más como alguien cercano que como a una celebridad, él acostumbra a estar rodeado de modelos, cantantes y otra gente famosa. Él no se fijaría en mí ni en mil años.

- Pero...

- Déjalo, Ali.- la cortó.- Por favor. Además, ahora está enfadado conmigo. Ni siquiera se ha despedido de mí. Lo que menos quiero ahora mismo es hablar de él.

Su mejor amiga asintió y no dijo nada más.

****

Todos los jueves iba al orfanato. Le encantaba comprarles juguetes y llevarles galletas a los niños huérfanos o abandonados, porque le recordaban a ella.

Cuando era un bebé vivió en ese orfanato durante unos años, hasta que su tía la recogió. Cuando aún ni siquiera tenía nombre -tan sólo un apodo que le pusieron las personas del orfanato- la abuela de Alicia, María, iba cada miércoles a ver a los niños de allí, ella incluida.

Le sacaba tales sonrisas a Bárbara que supo que jamás olvidaría a esa mujer. Y a día de hoy, no lo ha hecho. La visita cada vez que puede y eso es muy frecuentemente, porque a su vez visita a Alicia. Esa es otra de las razones por las que adora a esa mujer: le dio una hermana. Gracias a ella conoció a la pelirroja, y eso es algo que siempre le agradecerá.

Bárbara quería ser para aquellos chicos como María era para ella. Una persona que ellos siempre recordarían como la chica que les sacaba miles de sonrisas cuando pensaban que no había motivos para sonreír.

Alicia la acompañaba a veces a ver a los niños. Según ella, porque no quería que fuera sola. Según Bárbara, porque quería comer de las galletas de chocolate que les llevaba a los pequeños.

Aquel día, cuando llegó y todos los niños corrieron a su encuentro y la abrazaron, a la peliazul se le llenó el alma. En ese momento le dio igual todo lo demás. Le dio igual Londres y le dio igual el jodido Harry.

Siempre le habían encantado los niños. Estaban tan llenos de vitalidad, inocencia y energía que no podía hacer otra cosa que contagiarse de su aura de positividad. Después de que los malcriara como siempre regalándoles cosas y dándoles comida basura, Sara, una mujer que trabajaba en el orfanato y que conocía muy bien a Bárbara por sus numerosas visitas, se acercó a ella con un bebé en brazos.

- Mira que bebé más bonito tenemos aquí.- la chica del pelo azul miró al bebé que sostenía y su corazón se encogió. Tenía los ojos marrones claros y su pequeña nariz estaba salpicada por pequeñas pecas. Como ella.

- ¿Puedo?- le preguntó a Sara.

- Claro.

Bárbara lo acunó en sus brazos y le sonrió. El pequeño rió dejando ver unas encías aún sin dientes.

- Holaaaaaaa, holaaaaa. ¡Pero que cochita más guapa! ¿Cómo te llamassss? Yo soy Bárbara. Baaaaaaaaaarbara. Ajoooo, ajoooo.

Madre mía, ¿por qué hablaba balleno? Ese era el efecto que tenían los bebés en ella: sacaban su lado más idiota. El pequeño rió más, cogió un mechón de su pelo azul y lo meneó con su manita. Un gran "awwwww" salió de los labios de Alicia, Sara y la propia peliazul.

- ¡Mierda!- mascuyó de pronto la pelirroja.- Acabo de aplastar un lacasito.- se lamentó, enseñando su suela de zapato manchada de chocolate.

- No digas palabrotas delante de los pequeños.- la reprendió su amiga.

****

Horas más tarde, cuando volvieron a casa de Bárbara, se dejaron caer sobre el sofá y se quedaron en silencio durante unos minutos hasta que Alicia habló:

- Está bien. Harry está enfadado contigo.- le dijo.- ¿Qué piensas hacer?

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Dedicado a @lxvelybae por sus super-ultra-hiper-mega comentarios.

Alicia en multimedia.

LO SIENTO LO DEL LACASITO APLASTADO NO HE PODIDO EVITARLO HAHAHAHAHAHAHAAHAHPERDÓN.

¿Alguna idea de cuál puede ser el apodo que le pusieron en el orfanato a Bárbara? Se podría saber por información que se da sobre ella en capítulos anteriores, aunque es difícil, podéis intentarlo hahah. PISTA: No tiene nada que ver con el baile.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora