Capítulo 57: Donde todo empezó.

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Capítulo 57: Donde todo empezó.

- ¿Puedes volver a recordarme por qué estamos aquí?- pidió Bárbara.

- Para apoyar a Alicia o nos matará.

- Tiene sentido.- admitió mientras estiraba la mano para apagar el GPS.

Estaban sentados en el coche de Bárbara, que ella acababa de aparcar. Hoy Alicia había organizado su primer evento significativo y para ella era importante que su mejor amiga estuviera allí. La pelirroja no lo había reconocido y jamás lo haría, pero Bárbara sabía que también quería a Harry en su fiesta para que le diera publicidad.

Se giró hacia el ojiverde, que segundos antes estaba mirando su perfil con muchísima atención pero en cuanto ella lo miró apartó la vista.

- Te gusto.- afirmó Bárbara con una sonrisa infantil y los ojos melosos.

Harry se echó a reír mirando por la ventanilla.

- ¡Qué!- rió de nuevo.- Pff... ¡Qué va!

La peliazul se desabrochó el cinturón y se inclinó ligeramente hacia el asiento de él.

- Sí, te gusto. Te gusto mucho.

Él la miró de reojo pero sin apartar la mirada de la ventanilla.

- No digas tonterías...

Su voz se fue apagando a medida que Bárbara se acercaba más a él. Se detuvo a escasos centímetros de su cara, dejando sus labios tentativamente cerca.

- Vengaaaa, di que te gusto.- ella continuó intentándolo sin rendirse.

Harry negó con la cabeza haciendo verdaderos esfuerzos por no mirarla. Finalmente, Bárbara se cansó y se sentó a horcajadas sobre él, dejando por completo su asiento. Cerró los ojos sonriente y acarició su nariz contra la de él.

- Me encantas.- admitió Harry por fin, incapaz de estar un segundo más sin besarla.

Bárbara soltó una risita, lo miró directamente a los ojos y después de colocar ambas manos a los lados de su cara se inclinó para besarlo. Sus labios estaban casi rozándose cuando alguien pegó varios puñetazos contra el capó del coche, haciéndolos saltar por el susto. Ella rápidamente se bajó de las piernas de Harry y volvió a su asiento molesta, agachándose para ver quién los había interrumpido.

- No sé por qué no me sorprende...

Al otro lado del cristal, un Hugo vestido con un elegante traje los miraba con fingida indignación, sonriendo y negando con la cabeza. Ambos resoplaron y se bajaron del coche para acercarse al rubio.

- ¡Qué vergüenza! ¡Ahí los dos como perros en celo montándoselo a plena luz del día!- comenzó a despotricar Hugo.- Empalagosos, eso es lo que sois. ¡Qué vergüenza!- repitió.

La chica puso los ojos en blanco hacia las palabras de su amigo y se giró para entrar en el edificio donde los esperaba Alicia. Sin embargo, se paró en seco al reconocerlo.

- Tiene que ser una broma.- susurró y miró a Harry sonriendo.

- Déjà vu.- bromeó él sosteniéndola por la cintura y dejando un beso en su sien.

Ante ellos estaba el hotel donde todo empezó. Donde hace meses Bárbara descubrió algo desagradable que le llevó a descubrir lo mejor de su vida. Su más bonita casualidad. Recordó esa noche con una sonrisa, acordándose de lo repelente que le pareció Harry cuando de pronto la abrazó sin más, intentando consolar a "una fan".

Hugo pasó por en medio de los dos, empujando a cada uno a la dirección opuesta y rompiendo su momento. Otra vez.

- ¡Alejaos! No os puedo decir que os vayáis a un hotel porque literalmente vamos a uno. Así que, portaos bien.- les advirtió con un dedo en alto, haciéndose pasar por una madre.- No queremos que os arresten por tener sexo en público.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora