Capítulo 2: La enigmática chica del cabello azul.
Harry observó como Bárbara se soltaba el cabello y lo peinaba distraídamente en una cómoda trenza para después tumbarse en el suelo del ascensor, la espalda contra el suelo y sus piernas subidas a la pared. Acomodó su vestido para no enseñar nada, encendió su teléfono y comprobó que no había cobertura. Puso su bolso bajo su cabeza y cerró los ojos sin decir ni una palabra.
— ¿Qué haces? — preguntó Harry aturdido.
— Intento no llorar. — la sinceridad en sus palabras lo pilló de sorpresa. El joven apoyó la espalda en la pared y se deslizó hasta acabar con las piernas estiradas sobre el suelo, justo al revés que Bárbara.
— Puedes contarme si necesitas hablar.
Ella abrió los ojos y lo miró interrogante.
— Ni siquiera te conozco.
Una sonrisa enorme se hizo en el rostro de Harry. Hoyuelos, pensó ella. — Puedes conocerme.
Bárbara volvió a cerrar los ojos después de las palabras del chico.
— ¿Qué sugieres? —preguntó fingiendo desinterés.
— Bueno, estamos encerrados en un ascensor. Nadie nos oye porque están en una fiesta... Podemos conversar.
Ella lanzó una gran carcajada, cuyo sonido celestial no pasó desapercibido por él. La peliazul miró a Harry con una gran sonrisa, mordiéndose el labio ligeramente para intentar contenerla, pero fallando en el intento. — ¿Te das cuenta de que personas normales no conversarían precisamente en esta situación?
Harry frunció el ceño, confuso. Un segundo después entendió las palabras de Bárbara. La chica volvió a reír al ver su cara con la boca abierta sin saber qué decir. Él se recompuso en seguida y añadió pícaramente:
— Así que eres la pervertida de la relación...
— ¿Qué
— La relación atrapados-en-el-ascensor. ¿Sabes? Me gusta como piensas...
Ella volvió a reír. Le parecía increíble que después del día que llevaba, un desconocido del que no sabía ni su nombre podía hacerla reír de esta manera.
— Está bien, conversemos. —cambió de tema Bárbara.— ¿Cuántos años tienes?
— Veinte. ¿Por qué me preguntas mi edad y no mi nombre?
— ¡Oh, vamos! Estoy juzgándote. La gente no te juzga por tu nombre, te juzgan por edad, por tu físico, etcétera. Así que haz el favor y devuélveme la pregunta.
Harry alzó las cejas. A él si lo juzgaban por su nombre. Ser Harry Styles tiene sus consecuencias, la gente no lo trataba por cómo era él. La gente lo trataba así por ser Harry Styles, de One Direction. Pero ella no era así. Sintió como si tuviera una oportunidad de ser él mismo.
— Bien, ¿cuántos años tienes?
Bárbara lo fulminó con la mirada y él sonrió. — Qué original... Veinte también. Puedes intentarlo de nuevo.
Harry rió cuando ella lo miró alzando las cejas, incitándolo a hablar.
— Música.— dijo simplemente.
— Ed Sheeran. —contestó ella casi al instante. Una respuesta precisa para una cuestión precisa.
— ¡Oh...! Ed.
— ¿Conoces sus canciones?
Si tú supieras... Pensó Harry.
— Oh, sí, él es realmente bueno.— asintió.
Bárbara echó un vistazo a su teléfono móvil. Seguía sin cobertura.
— ¿Por qué te tintaste el pelo de azul? —preguntó Harry— Quiero decir, no pareces el tipo de persona que se tinta el pelo para llamar la atención. Y, ¿por qué azul?
— ¡Ey! Estás mejorando, nadie me lo había preguntado antes. —ella sonrió y le golpeó juguetonamente en el brazo. Después sus ojos tomaron cierta melancolía, por eso los cerró. —Un día me miré al espejo y sólo vi oscuridad. Era morena y el color negro significa silencio y distancia. ¡Yo no soy distante ni mucho menos silenciosa! No me identificaba. Por eso, ese mismo día me tinté de azul. El color azul significa fidelidad. Soy fiel a mí misma. Además, el color azul tranquiliza la mente y disipa temores. Para algunos será una tontería, sólo un color de pelo, ¿qué más da?. Para mí es importante, no sé, me hace sentir mejor conmigo misma. Que a los demás no les guste o piensen que quiero llamar la atención es secundario, no me importa.
Eso lo dejó sin palabras. La admiraba por ser fiel a sí misma. Estaba aprendiendo sobre ella que era espontánea y que tenía principios. Quería saber más, mucho más sobre aquella chica de nombre aún desconocido.
— Me toca, ¿qué haces en España? —ella continuó, sin dejarle tiempo para comentar lo que le había contado.
Oh, estoy haciendo promoción a mi último disco, ese del que todo el mundo habla pero tú no conoces.
— Trabajo. —se limitó a contestar. Ella asintió, no le preguntó en qué trabajaba y él lo agradeció. —¿Tienes novio?
Ella sintió una punzada en el pecho. Su novio en esos momentos se estaba divirtiendo con una rubia espectacular. Apretó los labios y después habló.
— Supongo que no.
— ¿Supones? —cuestionó él desconcertado y, por qué no decirlo, esperanzado.
— Bueno, vine aquí después de que me quedara sin trabajo para que mi novio me consolara y, ¡boom! ¡Sorpresa! ¡Mi novio se está comiendo los morros con una rubia despampanante!— no sabía por qué le estaba contando todo a un extraño, pero se sintió bien al decírselo a alguien.
El sarcasmo en su voz era más que evidente y eso sólo le demostró a Harry lo muy triste que ella estaba. Utilizaba el sarcasmo como barrera para no tener que demostrar sus sentimientos, supuso que no quería hablar sobre ello, así que no tocó otra vez el tema.
— Siempre puedes buscar consuelo en otra parte. —sugirió él, señalándose a sí mismo y subiendo y bajando las cejas de forma sugestiva.
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El chico del ascensor » EDITANDO
FanfictionBárbara no es como las demás chicas. Si a primera vista destaca por su cabello azul, cuando la conozcas no será eso lo que más te sorprenderá sobre ella. Es impredecible, loca, y vive la vida de una manera que muchos no entenderían. No ve revistas n...