Capítulo 30: Descontrol.

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Capítulo 30: Descontrol.

- Qué barbaridad.- dijo Liam en respuesta a un dato sorprendente que les había contado Niall.

Y ahí estaba. Otra vez Bárbara colándose en su mente.

Siempre lo hacía. Cuando alguien comía pizza a su alrededor. Cuando escuchaba una canción de su propio amigo, Ed. Cuando alguien decía la palabra barbaridad. Y siempre que cantaba una canción. ¿Cómo se las apañaba para que todas las canciones le recordaran a ella? Bárbara, sin duda, lo había drogado. Eso, o había incrustado un chip con recuerdos suyos en su cabeza mientras él dormía.

Lo único que quería hacer era volver a España.

Pero no podía.

Sin embargo, sí podía llamarla. En España serían aproximadamente las doce de la noche, y aunque fuera más tarde, Harry sabía que Bárbara no dormía.

Se disculpó con los chicos y salió a una habitación vacía.

Marcó el número de la peliazul, sonaron varios tonos y finalmente se cortó. Harry frunció el ceño ¿por qué no lo cogía? La llamó de nuevo. Se sentiría muy culpable si resultaba que ella había conseguido dormir y él la despertaba, pero tenía que intentar hablar con ella.

Finalmente, respondió a la llamada. Una música atronadora salió de su teléfono al instante e hizo que lo apartara un poco de su oído.

- ¿Marie?- la llamó.

- ¡Edward!- chilló ella acompañada de una risita.

Oh-Oh...

- ¿Marie? ¿Has estado bebiendo?

- ¡Y sigo haciéndolo!- gritó, y volvió a soltar una risita tonta.- Si no puedes con el enemigo, ¡únete a él!

- Joder...- masculló, sin la intención de que ella lo oyera.

Bárbara estaba diciendo cosas sin sentido que no podía descifrar hasta que pilló algo.

- Eres tan sexy cuando te enfadas...

- Espera, ¿qué?

Ahora sí que prestó más atención. Intentó escuchar sus palabras por encima de la irritante música de dondequiera que ella estuviera.

- ¿Qué?- lo imitó.- ¡Tú! ¡Tú eres demasiado sexy y lo sabes! Siempre por ahí con tus tatuajes y tus rizos, como: "Oh, mírame, soy un Dios griego." ¡Me haces tener pensamientos impuros! Y tus hoyuelos... Oh, Dios, tus hoyuelos... ¿No hace mucho calor aquí?- gritó.

Por mucho que le gustara escuchar eso, estaba demasiado preocupado por ella como para empezar a manifestar su ego.

- Marie, ¿con quién has ido allí?- le pareció oír la voz de Hugo decir algo en español.- De acuerdo, pásame con Hugo, por favor.

- ¡A sus órdenes!- rió la peliazul.

- Hola, Harry.- esta vez habló Hugo.

Soltó un suspiro.

- Hugo, quiero que lleves a su casa a Bárbara...- el otro lo interrumpió.

- ¡Bárbara! ¡Yo le rompí el himen!

Se estampó una mano en la cara con desesperación. ¿En serio se han emborrachado los dos? ¿Cómo pensaban volver a casa?

- Vale, pásame a Bárbara otra vez.

- ¡Yo le rompí el himen!- canturreó Hugo sin hacerle caso.

- ¡Él me rompió el himen!- oyó a Bárbara corear, totalmente feliz.

Dios mío, lo que hace el alcohol...

- ¡Marie!- le gritó.- ¿Hay alguien allí que no esté borracho?

- Espera. Sí, creo que sí, voy. Sí, espera. Toma, es Edward.- murmuró ella.

- ¿Hola?- preguntó una voz desconocida.

- ¿Y tú quién mierda eres?- gruñó. Se estaba poniendo de los nervios.

- El único sobrio aquí, parece ser.

Se tiró del pelo.

- Escucha, devuélvele el móvil a la chica peliazul. Y por favor, pídele un taxi. A ella y a su amigo.

El desconocido no volvió a hablar, pero segundos después oyó la voz de Bárbara.

- ¡Déjame divertirme!- le gritó enfadada.

- ¡Bárbara Marie ni se te ocurra...!- pero ella ya había colgado.

Pegó una patada a lo primero que vio. Intentó llamarla cinco veces más, pero ella no respondió a ninguna llamada más.

¿Qué más podía hacer? Estaba a tantos kilómetros de distancia que era imposible hacer algo. Le dio impotencia.

Giró la cabeza, encontrándose a Niall y Liam sonriéndole burlones.

- Ni una palabra.- rugió.

El chico del ascensor » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora