Notaba la tensión del momento; Saitama vs Suiryu. Todo se encontraba en silencio, podía escuchar mi respiración espesa y ansiosa de ver el combate. A pesar de que sabía cómo iba a acabar esto la conversación que estaban manteniendo los luchadores me hacía sospechar, y estas se confirmaron ante el despliegue de habilidades que mostraba el moreno ante el calvo.
No le estaba atacando, de nuevo intentaban que su peluca saliera volando, hasta que le dio una patada, enviándolo directamente por los aires para después, enviarlo hacia el suelo rematándolo con un fuerte golpe en la cara, enterrándolo en el cemento del ring.
Me puse furiosa e intenté encaminarme hacia el ring sin embargo dos héroes que habían acudido al evento, también cómo participantes, me advirtieron de que sería peligroso intervenir en la pelea.
Resoplé cansada, Saitama era a un héroe muy benevolente. En nuestros entrenamientos, siempre me decía que le atacara sin miedo, que no podía pasarle nada y que solo quería ayudarme lo mejor que pudiera. Y ese era un problema a la hora de encontrarse con cierto tipo de personas, es por eso que Saitama se limitaba sólo a recibir golpes. Esperando aprender la técnica sin importar si esta era usada contra él, el Maestro tenía claro lo que quería hacer y no importaba nada más.
Alcé mi vista tras quedarme estática en mis pensamientos y pude observar cómo volvían a hablar, y también cómo cada uno había cambiado de actitud; el chico moreno se mostraba con una expresión de puro desprecio, mientras que el calvo oscurecía su rostro en señal de seriedad. Era algo natural en él, y por suerte casi nunca ocurría pero cuando entraba en ese estado las cosas ya no eran divertidas.La sensación que percibí era cierta, el Maestro alzó su puño contra el chico y se detuvo antes del impacto, dejando a un contrincante anonadado y con el pecho al descubierto.
Tras un momento después del shock, el moreno se deshizo de los pocos trozos de túnica que no se habían desintegrado por el ataque a la vez que ponía sus ojos sobre mí un segundo. Rodando los ojos resoplé, para apartarme un mechón de cabello de la cara tras rotarla noventa grados, con tal de no entrar en su juego.Fue algo inesperado pero ahora, el simple combate amistoso se tornó en una batalla oficial. Ya de por sí, el adversario del maestro se había mostrado con actitud chulesca y sobradora desde el minuto uno. Literalmente para él todo había sido una demostración vaga, un simple juego de niños hasta ahora…Suiryu de un golpe, dividió el ring de cemento en dos, atacando sin abstenerse, por otra parte Saitama se limitaba a recibir golpe tras golpe sin sufrir daño alguno, algo de agradecer.
Mis ojos se abrieron en señal de sorpresa al percatarme de la situación y corrí directamente hacia ellos. Esquivaba con rapidez trozos de piedra y cemento, cercanos a dónde estaba sucediendo todo. Mis pies casi ni tocaban el suelo, me sentía orgullosa ya que Genos me había ayudado a perfeccionar la técnica, Bang me había enseñado el equilibrio necesario para cultivar la técnica y Saitama, junto con los demás, me habían invitado a participar y poner a prueba, tanto mis nuevas cómo mis viejas habilidades.Pegué un gran salto, posicionándome tras el moreno sin que notara mi presencia y, rápidamente, entrelacé mis piernas en su cuello. No dejé que los segundos corrieran y me incliné realizando un salto mortal hacia atrás, esperando que aquello lo hiciera parar. Suiryu en segundos, fue proyectado hacia el suelo gracias a la fuerza que pude ejercer, quedándose literalmente tirado boca abajo en el suelo del ring.
Miré a mi alrededor, y por suerte, una nube de tierra cubría la escena por completo, con lo cuál decidí usar mis poderes para descender al suelo junto con Saitama y la mismísima media parte del ring que se encontraba todavía en vertical, dejándola de vuelta en su posición natural.
Mis pies se posaron en la espalda del chico todavía en el suelo. Miraba aún preocupada a Saitama, el cuál simplemente me devolvía su típica mirada despreocupada, algo que en parte me aliviaba. Oí una risa proveniente del suelo y cómo, en una flexión, el moreno se despegó del suelo, todavía conmigo encima:
ESTÁS LEYENDO
La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...