Capítulo 39

775 88 29
                                    

La tensión era tétrica, y lo único que mis oídos lograban oír era mi pulso agitado, a la vez que potente. Garou se encontraba analizando la situación desde un pequeño agujero que él mismo había hecho en la pared en un intento de divisar a sus enemigos y analizarlos gracias a la ayuda del Directorio de Héroes que le había prestado Tareo hacía unos minutos en tono confuso y un poco preocupado. El Cazador solía distinguirse por su chulería única y despreocupación ante sus adversarios y, en resumen, la batalla en sí, sin importar el ‘enemigo’ en lo más mínimo.
Las cosas eran diferentes ahora, estábamos nosotros de por medio y eso le podía arrebatar ventaja ante sus conocimientos de los atacantes. Además, el nerviosismo era bastante contagioso y se podía decir que no me gustaba la idea de estar en primera línea, y aún menos después de saber que eran héroes concretamente. Por el momento, mantenía a Tareo conmigo en todo momento mientras nivelaba mi nivel de oxígeno en el intento de tranquilizar mi mente. No tenía muy claro que debía hacer, pero algo si era cierto, proteger al niño. La duda provenía en cómo ayudar a Garou, si realmente fuera una pelea justa me habría mantenido al margen ya que él era libre de hacer lo que quisiera, a pesar de que no estuviera del todo de acuerdo con ello, mas su deteriorado estado requería medidas por mi parte. No podía combatir de manera justa ocho enemigos, la pura suerte alejó a tres individuos dejándonos con un menor número de problemas con los que lidiar.
Tras mantenerme al margen de la situación, intentando controlar lo poco que me era posible, entretuve al niño para que encontrara en su mochila algo para atarme el pelo entretanto iba un momento a hablar con Garou por lo bajo. Los héroes ya lo habían presionado para que saliera y necesitaba saber qué pensaba hacer:

-Garou…-se denotaba un tono amargo en mi voz, algo que no podía evitar-

-Bueno, supongo que recuerdo todo -me interrumpió sin tapujos cerrando el directorio-

Me sentí un poco vacía, no encontraba las palabras adecuadas al momento y tampoco tenía una salida, no podíamos huir, nos tenían rodeados. Veía la silueta de Garou caminar hacia Tareo para devolverle el libro, así como enredar su pelo en una muestra de cariño rápida, también dando a entender que ya era la hora de salir a la batalla.
Se giró hacia mí, mientras me acercaba tímidamente hacia ellos queriendo dejar aquellas estupideces personales para otro momento, aunque mi interior simplemente no quería salir de ahí. Todo estaba silencioso y tampoco quería romperlo, no iba a beneficiar a nadie. Quise hacerme paso para llegar hasta Tareo y pensar en un buen lugar para poder escondernos, sin embargo de manera súbita Garou entrelazó sus dedos con los míos y enredó sus dedos en mi pelo, atrayendo mi rostro al suyo en un beso fugaz. Tan sorpresivo que me quedé sin aire:

-Os mantendré a salvo en todo momento pero si algo sale mal quiero que utilices tu reloj para protegeros -sus ojos me miraban sin pestañear casi y eso me provocaba una serie de escalofríos por la baja espalda, su voz ayudaba bastante aunque el verdadero factor de todo aquello era la cercanía- Cuida del mocoso e intentad estar en silencio, voy a mantener su atención en mí, no quiero entrometeros en esto…

Las palabras volvieron a desaparecer y solo pude asentí antes de que su mano se deslizara con lentitud dejando a su paso un calor potente. No obstante, su silueta se difuminó al deslizar la puerta con decisión, haciendo un movimiento discreto con la mano obligándonos a ocultarnos por si acaso.
Agarré a Tareo como si fuera un tocón de madera y corrí hasta dónde el Cazador había hecho el agujero en la pared. Con un poco de suerte conseguiría ver algo e intentar ayudarle si era necesario. El niño se había quedado estático mas yo le dije que se mantuviera en silencio lo que lo alertó para entender aparentemente la situación, a su manera. Se sentó a mi lado tapándose la boca al escuchar el sonido de varios disparos fuera del complejo y, me abrazó con fuerza tras sentir a Garou en el techo, gritando con todo su ser.
Escondí su cabeza en mi costado mientras intentaba divisar algo de la batalla. Sentía vértigo, no estaba ahí delante de sus narices pero casi, y más que nada, temía que hirieran a Garou más de lo que ya lo estaba.
Sin embargo ante la premisa de que todo iba en su contra, me sorprendió en la manera que supo manejar la situación. Con astucia e inteligencia en una situación crítica, algo muy admirable y de lo que me sentía tremendamente orgullosa a pesar de seguir temiendo por su estado. Tener el corazón en la garganta era poco al ver cuantas jugarretas y giros habían tomado en el intento de hacer caer al Cazador, habrían conseguido herirlo pero era él ahora el que tomaba la delantera.
No mucho después, sólo quedaba uno de los héroes. Alguien con una pistola, lo que mas temía que tuvieran, algo muy dañino. Y a pesar de todo, solo se oía una conversación en el aire, lo que agradecía y admiraba a partes iguales; de su boca surgían unas palabras que nutrían mi mente con valores, aunque con unos pequeños instantes de chulería esa imagen que se había esculpido en mis pensamientos flaqueaba de manera casi cómica. Garou estaba intentando protegernos mas este héroe, lleno de ira decidió abrir fuego. El Cazador había mirado un segundo hacia atrás, sabía que era el momento de volver a protegernos con mi escudo de energía y aferrarme con todas mis fuerzas a Tareo quién se encontraba llorando, muy asustado. Las balas eran desviadas de su trayectoria original, dejando a la vista cuan poderoso el peliblanco podía ser y volviéndome a impresionar una vez más al no sentir ningún proyectil impactar en las paredes protectoras…Un último golpe se escuchó, y en los pocos minutos de silencio, supe que todo había terminado.
Solté un suspiro de alivio entretanto soltaba con cuidado, por suerte aquellos minutos de silencio le devolvió un poco de cordura aunque siguiera llorando. Entretanto recuperaba un poco de aliento, el niño se levantó para tener la vista desde el otro lado de la poca pared que quedaba aún en pie.

La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora