Capítulo 38

813 88 28
                                    

Después de caminar un poco, me sentía perdida. Hasta ahora el camino era bastante simple y no entendía cómo no me había encontrado antes con un claro entre la maleza que dejaba al descubierto una vieja estructura, oxidada y abandonada de gran tamaño. Eran chapas metálicas unidas que conformaban un hangar solitario.

Me acerqué con cuidado y silencio, dejando al niño a mis espaldas en caso de que alguna cosa extraña pasara o llegara a suceder. Paré mis pies en seco y avisé a Tareo que era más seguro que se quedara en el exterior de la estructura, entre los arbustos. Sin embargo, decidió recoger sus miedos y acompañarme igualmente. Maldecí para mis adentros, por una vez que alguien le obligaba a estar a salvo… Aunque por otra parte, entendía que no quería dejarme sola en esto, por lo tanto no tuve más remedio que dejarle venir conmigo y estar completamente preparada para formar una barrera a su alrededor en cuanto sintiera el mínimo indicio de algo peligroso.

Con fuerza abrí un poco la puerta con el más absoluto cuidado intentando no hacer demasiado ruido, la puerta era de metal pesado deslizante que por obvias razones tenía años encima de oxidación, mantener un ruido sordo era algo que necesitaba tiempo. No obstante y paciencia a parte, pude entrar a una estancia vacía, fría, polvorienta, probablemente atestada de arañas y muy alta. Nada más poner un pie dentro me sentí abrumada por una energía que me costó identificar; por un lado mi mente parecía reconocer esta presencia, aunque por otra parte sentía que debía estar muy alerta. Algo intenso y abrumador estaba aquí dentro.

Mi mirada no paraba de ir de un lado a otro, en busca de alguna sombra en movimiento, la poca iluminación del complejo, a pesar de ser de día, era tenue y necesitaba observarlo todo. Entre el ordenado caos de mi cabeza, mantenía un ojo encima de Tareo el cual ya había comenzado a llorar en silencio. Todo estaba tan quieto que cuando el niño hizo un pequeño ruido sin querer, salté debido al susto. A mis oídos había sido un crujido enorme que retumbó con gran fuerza en mi interior.

Giré mi cuerpo hacia Tareo con intenciones de reprender su acción  cuando otro ruido proveniente de otro individuo me dejó tiesa cómo una piedra, ese sonido había sido de alguien a mis espaldas. Sentía esa energía demasiado cerca, y me era imposible girarme tan rápido cómo para interceptar a quién fuere que se encontraba ahí, con mi guardia al descubierto.
Activé de inmediato un campo de protección para mi y otro alrededor del niño que, al ver que se formó a su alrededor en un pestañeo, se cayó hacia atrás, quedando indefenso en el suelo.

Me giré 180 grados con mi brazo estirado al frente, deteniendo en el aire al atacante de arriba abajo, todo en un abrir y cerrar de ojos, o eso quise intentar. A pesar de que ahora tuviera cierto control y tranquilidad por ello, quise aventurarme a conocer la identidad de este individuo que mantenía con fuerza en el aire. Debía saber si era un monstruo o un humano, y así poder llegar a una solución práctica.
Lo atraje muy lentamente desde las sombras, aunque estaba segura de tenerlo sujeto, debía tener cuidado, la confianza podría jugarme una mala pasada. Al observar aquel peinado albino y brillante adornado con aquellos profundos ojos ámbar que tan bien conocía, deseaba que no me hubieran visto jamás. Puse todas mis fuerzas en no caer ante un inminente desmayo debido a lo que había hecho con tanta ligereza, delante de sus narices; usar mis poderes:

-¡¿Hey, que es esto?! -Garou estaba haciendo fuerza y lo podía notar, su cuello estaba tenso con alguna vena que sobresalía de el recuerdo que tenía de él. Sin embargo nada tuvo demasiada importancia ya que al acercarlo a la luz para reconocerlo yo misma, consecuentemente, hizo que él identificara de forma instantánea también-

-Garou… -sentí que el miedo que inundó cuerpo como una ola que arremete contra las rocas, una sensación de pánico y vacío completos que parecían aislar el latido de mi corazón deshaciendo cualquier vestigio de mis poderes cómo si realmente lo hubiera pensado-

La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora