Corrí al armario dónde habíamos dejado toda la ropa de las maletas y le lancé a Garou algunas prendas que me encontré, empujándolo hasta el salón cuando todavía me replicaba confuso, sin saber muy bien de qué iba el asunto. Tras insistir en que se pusiera esa ropa, yo volví a la habitación y rápidamente me puse la ropa más elegante que pude haber cogido antes de salir de casa, que en pocas palabras era un conjunto de vaqueros ajustados, un jersey y unas botas abrigadas. Un rápido delineador y máscara de pestañas que había traido 'por si acaso' y ya estaba todo listo.
Salí del cuarto, encontrándome con el Cazador todo envuelto en ropas ajustadas, algo que agradecía de tener el privilegio de ver. Nada de aquello era demasiado especial, al fin y al cabo eran atuendos comunes pero se salían de lo que habíamos llevado desde nuestra llegada aquí.
Le sonreí al ver cómo me miraba, avergonzándome un poco en el acto:-Sigo sin saber a qué viene tanta preparación -habló sin quitarme la mirada de encima, a la vez que le cedía el abrigo-
-Quería verte en ropa ajustada, eso es todo -le guiñé el ojo-
Su sonrisa de lado no tardó en aparecer, pero tuvo que ser interrumpida al oír un sonido de claxon desde el exterior. Prontamente, nos subimos al taxi:
-Llévenos al hotel de las estaciones de esquí -le dije al conductor , el cuál asintió para ponerse manos a la obra-
-¿Qué? -preguntó Garou extrañado a mi lado- ¿Quieres ir ahí? Pensé que querías...No sé, cualquier otra cosa más que ir ahí. Supongo que tendrás en cuenta de que 'ya sabes quién' estará ahí ¿Verdad?
-No -tenía un as en la manga- Aunque no te lo creas, ella no se aloja allí. Entre toda la tontería que se llega a soltar por esa boca había cosas útiles, cómo por ejemplo, que se compró una casa por esta zona hace años y que dónde siempre hemos estado es en el bar, el restaurante está en el último piso.
Garou abrió los ojos asombrado:
-¿Enserio dijo todo eso? A mí se me freía el cerebro después de 5 minutos, así que mi cabeza se iba más de la mitad de las veces -recostó su cabeza, con un suspiro cansado-
-Yo también, no te creas, aunque de las pocas veces que volvía a conectar escuché lo que necesitaba oír -el peliblanco entrelazó su mano con la mía, acompañado de una mirada penetrante y un pequeño beso fugaz-
Por fin, tras unos minutos el taxista llegó al destino. Al bajar sentimos el ambiente fresco de la noche de montaña, aún más intenso que en el pueblo. Las ráfagas de viento me helaban la cara, aunque por suerte la entrada no estaba muy lejos. Sin perder mucho más, nos dirigimos a los ascensores, que indicaban con una placa la localización de la zona de comidas. Mi cuerpo tembló ante el calor que estaba recorriendo mi cuerpo nuevamente, la calefacción se usaba sin remordimientos y se notaba. Ambos nos deshicimos de nuestros abrigos con cuidado antes de llegar al último piso.
Nuestros rostros brillaron con todas las cálidas luces de la estancia, todo envuelto en telas que opacaban cualquier sonido, haciendo de esta una estancia tranquila y cómoda. Nos sentamos junto a los ventanales, dónde habían focos iluminando el recinto y sus alrededores para aquellos locos que quisieran experimentar el frío y la nieve en toda su expresión. Todo resaltaba de una manera diferente y eso era lo divertido, nos quedamos admirando las atenuadas vistas cuando un camarero nos devolvió al restaurante.
El peliblanco me preguntó, antes de pedir más de la mitad de los platos del menú, para poder degustar un poco de todo juntos. Había sido una maravillosa idea, la cena, el lugar y Garou. Todo era perfecto y placentero algo que, justamente después del día que habíamos tenido, no pensaba experimentar. Y sin embargo ahí estaba, disfrutando.
Mi mente se disipó en el momento, y cuando me pude dar cuenta ya habíamos llegado a la cabaña nuevamente. Poco más pudimos hacer ya que el agotamiento nos inundó de repente, y nos dirigimos al colchón con intenciones de perdernos en los brazos de morfeo.
ESTÁS LEYENDO
La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...