Desperté de nuevo en mi habitación, una vez más recordaba con calidez lo pasado durante la tarde anterior junto a Garou cuando mi teléfono comenzó a sonar, desviando mi atención. Respondí a la llamada:
-¡Imooto! -dijo mi hermana al otro lado de la línea, con una voz irritante para algunos-
-¡One-san! -pronuncié emocionada, no esperaba que fuera ella- ¡Que sorpresa!
-¿De que estás hablando? -preguntó-
-Te he echado de menos.
-Yo también, pero cierta persona no me contestó el teléfono ayer...
-Whoops -dije con inocencia- Perdona, Tatsumaki. He estado ocupada...
-Ya lo sé, las muchas preparaciones del Hanami ¿Verdad?
Me quedé un segundo en silencio, ni siquiera recordaba que hoy era la fiesta del Hanami y tenía que hacer un montón de bentos para todos los asistentes:
-Bueno, tienes suerte de que ya los haya invitado a todos, a pesar de que deteste estar con más gente -continuó suspirante- Pero como sé que, sino, estarás triste pues...He hecho llamadas.
-¡Oh dios mio! ¿Enserio? -me emocionaba saber el sacrificio que había hecho ya que, para ella, era un verdadero sacrificio-
-Claro, al no contestarme supuse que estabas realmente ocupada con los preparativos y quise echarte una mano.
-Aww, gracias One-san.
-De nada -dijo con ternura- Te dejo, así te preparas.
-¿¡Que horas es?! -pregunté con un poco de pánico-
-Las 7 de la mañana, pensé que estarías despierta.
-Claro que si y más en un día cómo este -dije con entusiasmo- Gracias One-san, te quiero.
-De nada, yo también te quiero...Nos vemos a las 3 de la tarde, bajo los árboles de siempre.
Corté la llamada después de otra despedida y comencé a hiperventilar. No recordaba que quedaban tan pocos días para el Hanami, y todo aquello también se había juntado con mis propios conflictos internos.
Me levanté con prisa y salí rápidamente de casa para comprar los suficientes ingredientes que faltaban en mi cocina, pudiendo así preparar la mayor cantidad de bentos posible. Durante las compras, buscando los mejores cortes de carne, me vinieron a la cabeza los héroes que no podían asistir al Hanami por temas hospitalarios.
Estaba devastada ya que no podría llevarles a tiempo su comida, y sin embargo tampoco podía avisar a nadie para que lo hiciera, ya no había tiempo...
Tras volver a casa, ya me encontraba recogiéndo mi pelo en un moño alto para ponerme a preparar los más de 10 platos diferentes, cada uno especialmente preparado para cada invitado junto con varios postres y dulces.
Así pasaron unas laboriosas 5 horas y media que fue lo que tardé en preparar, decorar y limpiar todo el desastre que había creado. Tenía bentos tradicionales, los cuales eran negros con decorados en blanco de tres pisos de alto los cuales estaban a rebosar de comida.
Sin casi pensarlo había usado todas las cajas cuando, en principio sólo haría unas pocas. Durante mi dilema de los bentos sobrantes alguien llamó a la puerta y para mi suerte, era Genos.
Al parecer ya lo habían reparado y pasaba para preguntar si necesitaba algo. El señor me había escuchado y al parecer había decidido traerme a alguien para ayudarme:
-"¡Gracias Señor!" -pensaba bromeando-
Enseguida lo abracé, agradecida y lo arrastré dentro del apartamento para hacerle saber que necesitaba que llevara la comida a sus respectivo destinatarios hospitalizados, a lo que él accedió sin problema objetando que aprovecharía a interrogarles para obtener más información sobre el Cazador de Héroes.
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...