Sin darnos cuenta tras la gran comida, la gran revelación de que King no era realmente un héroe y sumándole varias horas de entretenidos juegos, la oscuridad se nos había echado encima. Estábamos cómodamente a lo nuestro cuando alguien toca la puerta de entrada. Genos abrió, revelando a un chico con el pelo color cobre y ojos marrones luciendo un keikogi. Su cara estaba llena de parches cómo si le hubieran pegado hasta la saciedad, y así nos contó que fue.
El héroe Silver Fang o Bang de rango S le dijo al joven, después de varias pruebas, que no llegaba al duro nivel de exigencia requerido por su dojo por lo cual concluyó en su expulsión de este. El tal Charanko, ahora ex-alumno, estaba preocupado por su maestro ya que no parecía el de siempre y me costaba imaginarlo. Yo personalmente conocía a Bang, era mi instructor en las clases de meditación y concentración que él mismo se ofreció a darme y en estas mantenía una serenidad y paciencia dignos de admiración acompañado, por lo menos en mí caso, de una amabilidad sobrecogedora.
-Puedo imaginarme porqué-dijo el Cyborg con una mirada seria-ayer revisé los datos de la asociación y leí un nuevo informe de búsqueda; un Monstruo Humano que al parecer fue un discípulo del dojo de Silver Fang.
Así fue cómo Genos también descubrió, en su momento, que yo era una heroína de rango S junto con mi hermana:
-¿Qué?-preguntó exaltado- ¿No te estarás refiriendo al experimentado discípulo que el Sensei expulsó hace tan solo unos días, verdad?
-A pesar de esa escueta descripción me atrevo a afirmar que sí, por un motivo desconocido hubo un inconveniente en el cuartel general y al comunicar este informe, Bang se ofreció de inmediato a detenerlo. Ese será el verdadero motivo de tu expulsión.
Charanko quedó impactado, entre tanto Genos le preguntó a Saitama qué opinaba del tema más este se limitó a preguntar quién era ese chico que tenía sentado delante.
Más tarde, después de que el discípulo de Bang abandonara el edificio, decidí que era hora de despedirme e irme a casa. Los dos héroes se ofrecieron a acompañarme a casa pero insistí en ir sola. Quería despejar la cabeza tras tantos videojuegos en una sola tarde dando un paseo por la ciudad Y.
Me encontraba caminando por camino en lo alto junto a un parque que dejaba ver unas espectaculares vistas a la brillante luna de esa noche. Tenía un poco de frío, aquel leggins de tiro largo negro junto a la camiseta azul cielo, zapatillas blancas y fino abrigo de paño largo azul marino no me bastaban para resguardarme de la pequeña brisa que soplaba de vez en cuando.
Me paré en seco y me asomé a la barandilla de metal, al oír en la calle de abajo la voz del héroe Mumen Raider de clase C. Venía en bicicleta cuando un hombre se le interpuso para que se viera obligado a parar.
El hombre extraño se encontraba de espaldas a mí, iluminado por una pésima luz blanca y a pesar de ello, podía ver todos sus resaltados músculos en aquella camiseta ajustada negra, sus pantalones sueltos blancos y zapatos parecidos a las manoletinas de color negro. Su blanquecino pelo me resultaba intrigante, no sabía cómo podía mantener esas dos afiladas puntas sin que la gravedad hiciera efecto en ellas.
Mumen se encontraba un poco desconcertado, parecía no conocer a esa persona. Sin embargo yo notaba algo familiar en su aura intimidante y atrayente a la vez, hasta que escuché sus última frase:
-Me ayudarás a que me convierta en un auténtico monstruo-dijo amenazante-
-"Así que este hombre es el discípulo de Bang... "-pensé, preparada para proteger al héroe en el caso de que lo necesitara-
-¡Te encontré!-gritó un individuo que no llegué a identificar del todo-
Tank Top Master de clase S encabezaba un grupo de héroes parecían venir a derrotar al ex-discípulo. Yo al ver la escena, acomodé mis codos en la barrera para disfrutar del espectáculo aprovechando de que estaba oculta en las sombras.
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...