-¡Hey, tu! -el ciempiés anciano desvió su mirada hacia mí, con una mueca de seriedad y rabia- Si, tu. Quiero que me cuentes por qué estas aquí.
-Podría contarte eso y más...Si llegas a derrotarme -su voz gruesa resonaba por todo el distrito, retándome- ¿Eres alguien relacionado con la asociación de héroes?
-Supongo que podría responderte a eso, si consigues derrotarme.
-Acepto el trato.
No logró terminar la frase cuando, de forma repentina, se posicionó a mi espalda para atacarme con sus punteagudas patas delanteras, intentando penetrar mi esfera. Rayos luminosos de color verde se formaban con cada estocada, realmente estaba dándole fuerte pero no lo bastante como para siquiera dañarla. Lo intentó de nuevo mas esta vez con una técnica diferente, enroscándose al rededor de la esfera para hacer presión con todo su cuerpo. Nada. Su paciencia parecía ser inexistente, con lo cuál volvió a su primer ataque nuevamente, sin embargo su velocidad había aumentado.
Alcé mi brazo e hice un pequeño movimiento circular para formar, fuera de la esfera, una gran cantidad de pinchos de apariencia afilada que se iban creando con mi movimiento. El monstruo no tuvo tiempo de reaccionar cuando los veloces proyectiles en punta se clavaron profundamente en su faz, lo que le hizo retorcerse de dolor. Literalmente.
Su cuerpo serpenteaba y giraba sobre sí mismo, destrozando calles y edificios colindantes. Ahogé un grito al ver el caos que estaba ocurriendo ante mis ojos y, sin dejarme tiempo para detenerlo, comenzó a huir devastando todo que le fue posible en el camino, dejando solamente escombros y polvo en suspensión a su paso. Él había descubierto que aquello era más desesperante para mí que atacarme:
-¡Vuelve aquí! -dije persiguiéndole con astucia y rapidez, este intentó evadirme por todos los francos, sin embargo pude alcanzarle. Su tamaño no era una ventaja- ¿¡A dónde crees que vas!?
Logré alcanzar su cabeza dónde desactivé mi esfera protectora para propinarle un puñetazo. El monstruo me miró, pero no le dió tiempo a contratacar.
Aquel golpe no era el típico que usaba contra enemigos menores, el cuál sólo me recubría el puño para dar con más dureza sino que, este en concreto, venía seguido de una proyección mucho más grande y poderosa de mi ataque. Todo adaptable a las condiciones de combate, lo que me daba una gran ventaja, una suerte de la versatilidad de mis creaciones.
Un puño gigantesco de color verde siguió mi movimiento haciendo que el ciempiés girara el rostro hacia el lado contrario. No quise que escapara de nuevo así que ataqué una vez más, me acerqué a él y, como si nadando estubiera, hice una voltereta delantera para finalmente dar una patada sólida con la misma técnica usada con anterioridad.
El ciempiés chocó abruptamente contra el suelo junto al resto de su cuerpo. Volví a activar mi esfera y descendí a comprobar el estado de este. Tras unos segundos el polvo se empezaba a disipar, mostrando al monstruo alzándose para arremeter contra mí:
-No vas a destrozar nada más -sentencié-
Se encontraba casi a punto de chocar todo su cuerpo reforzado contra mi barrera cuando desplegué una especie de cuerdas que se enredaron entorno a su cuerpo, inmovilizándolo y lo elevé un poco en el aire para alejarlo de las zonas destruídas. Su impotencia al no poder moverse en ninguna dirección eran notables y decidí acercárme para hablar:
-End Game -esperé a que dejara de luchar para liberarse-...Ahora que ya estás más tranquilo, quiéro que me digas qué es lo que estás haciendo aquí.
No quería hablar, con lo cual me vi obligada a tomar medidas:
-Muy bien -formé varias pantallas a lo largo de su cuerpo, suspendidos sobre este- Tienes dos opciones; una, contestar a todo lo que te pregunte y morir de forma indolora o... ¿Ves eso de ahí? Actuarán como guillotinas cortando tu cuerpo en partes hasta llegar a la cabeza, un sufrimiento digno de deleite ¿No crees?
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...