Un hilo de luz solar pasaba por entre las cortinas mal cerradas, iluminando mi rostro casi obligándome a despertarme a pesar de que todavía quedaban unos pocos minutos para hacerlo.
La mañana pasó cómo de costumbre menos al momento de ir al supermercado. Esta vez fui a diferentes establecimientos en busca de los productos más caros y de mejor calidad, aparentemente, que pude encontrar ya que había tenido una idea; ir a casa de Saitama, dónde ahora vive también Genos a comer. Quería ir para mostrar mi agradecimiento por lo sucedido ayer, aunque todas las semanas visitara su piso sin necesidad de una excusa.
Al fin había terminado con dos bolsas hasta arriba de productos que afortunadamente no eran tan pesados cómo aparentaban. Me encaminaba hacia la cuidad-Z por sitios que conocía pero que no frecuentaba muy a menudo cuando a lo lejos diviso una multitud alterada.
-"Se tratará de un héroe"-pensé mientras me figuraba cómo pasar entre tanta gente, no quería desviarme del camino que estaba siguiendo. Desde dónde me encontraba, era el tramo más corto y me preocupaban mis brazos que no eran precisamente rocas sin embargo podía aguantar bastante, el inconveniente es que llevaba ya mucho rato acumulando peso durante las compras-
Al acercarme un poco más pude ver a Sweet Mask de rango A, un poco ensangrentado por un monstruo que había abandonado a unos metros de esa calle totalmente aplastado. Las chicas gritaban, vitoreándole mientras él se hacía algunas fotos con ellas para mantener la imagen de estrella amable y preocupada por sus fans si bien era evidente que le encantaba que le adoraran, no tanto tener fans obsesivas que le sigan a todas partes agobiándolo.
Intenté pasar cómo pude entre gente que, básicamente, no quería moverse cuando de repente entré a trompicones en el gran círculo vacío dónde Sweet Mask se encontraba, enseguida nuestras miradas con expresión de sorpresa se encontraron. Él se irguió elegantemente después de estar inclinándose para posar a la par de las chicas y se acercó hasta quedar peligrosamente cerca de mí:
-Que increíble coincidencia encontrarte aquí, y más entre todas mis fans-dijo inocentemente esbozando una sonrisa. Él se guardaba de nombrarme ante sus seguidoras o sería una desafortunada sentencia de muerte para mí. Le respondí con su misma expresión risueña, me alegraba al verlo después de tanto tiempo-
-Lo mismo digo Amai, aunque en realidad me dirigía a otro lugar pero intenté atravesar este grupo de personas, forzándome en un punto a moverme en diagonal y supongo que es por ese motivo que he acabado aquí en medio -reía un poco ya que la escena parecía un poco surrealista-
-Siempre es agradable verte. Déjame que te ayude, te acompañaré-dijo mientras agarraba las bolsas de mis manos, agachándose un poco estando a pocos centímetros de mi rostro, estaba nerviosa y seguramente sonrojada-
Podía ver a mi alrededor cómo sus fanáticas estaban desconcertadas aunque yo no demasiado. Él solía hacer estas cosas a propósito pero nunca me iba a acostumbrar del todo a ello, también pude escuchar susurros:
-"Quien será"-dijo una-
-"En la entrevista que leí de Sweet Mask decía que no tenía pareja actualmente"-dijo otra-
-"¡Claro que no, porque no la tiene!"-increpó una en un tono más alto-
-"¿Tu crees? los dos son muy guapos, hacen una buena pareja"
-"No lo creo, Sweet Mask es muy amable con todo el mundo. Eso es todo. Además mírala ahí creyéndose mejor que nosotras, nuestro ídolo no se enamoraría jamás a una persona tan egocéntrica"-se convencían entre sí, lo que me revolvió el estómago-
Mientras Amai se había quedado de espaldas a mí y con semblante amable y tranquilo habló:
-Mis adoradas fans, ¿Os importaría abrirnos camino? ojalá pudiera quedarme y complaceros pero ahora, debo marcharme-tras eso, podía entender porqué le habían dado el premio a mejor actor príncipal en una serie-
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...