Me desperté repentinamente a la mañana siguiente, cómo un reloj. En realidad era un milagro que me sintiera tan descansada ya que habían pasado las horas antes de poder conciliar el sueño. La noche anterior había hecho explotar de emoción mi cabeza cómo fuegos artificiales, y gran parte de mis pensamientos giraban en torno a hipotéticas situaciones que podían pasar en la cita de hoy con el Cazador.
Me levanté con una sonrisa tan risueña que me costó reconocerme en el espejo, solía sonreír, pero en aquel momento pude ver un brillo especial que venía desde mi interior dándome los ánimos necesarios para afrontar el día con decisión.
Tras salir de la ducha, oí mi teléfono sonar desde la habitación e intenté llegar hasta este flotando cómo mi hermana lo hacía, sin embargo un gran esfuerzo por mi parte daba cómo resultado un elevamiento de 5 centímetros, algo que no me resultaba muy útil.
Me tiré en la cama y miré la pantalla del teléfono; un número desconocido. Tras varios vendedores de tele tienda que me abrumaron hasta la saciedad, dejé de contestar a nadie que no fuera un contacto grabado, aunque a estas horas tempranas no era el horario común que los comerciantes manejaban.
Con serias dudas y dedos cruzados, decidí responder a la llamada:
-¿Sí?
-Phew...Pesé que no ibas a contestar.
-Espera, ¿Amai? -pregunté confusa-
-Realmente me alegra que me reconozcas con sólo oírme decir una frase -su característica forma de dirigirse hacia mí era distintiva, además de su propia personalidad-
-Es difícil no hacerlo -reí- Oye y ¿De dónde has sacado mi número?
-Eso es un secreto -no tenía que tenerlo en frente para poder descifrar cómo lo había hecho- ¡Vale, vale pero no me atosigues, ahora le pregunto!
-¿Qué es lo que ocurre?
-Pues...verás, te llamaba porque estoy en Tokyo, más concretamente en los jardines Koishikawa Korakuen, dónde tenía una sesión fotográfica programada para hoy. El caso es que la modelo que tenían contratada esta descompuesta y necesitamos a alguien para reemplazarla. Obviamente y cómo puedes observar, insistí en que me dejaran preguntarte a ti cómo primera opción.
Algo en mi interior se agarrotó con fuerza, un sentimiento de extraño que por un lado me llevaba a rechazar su invitación y otra que la aceptaba. Cada una de estas tenía consecuencias psicológicas, no quería ir ya que tenía pensado relajarme, si era posible, antes de que mis nervios afloraran a la tarde con Garou. Sin embargo no quería negarme, Amai me entendía y era agradable estar a su lado.
Ante mi gran dilema mental, me había quedado sin palabras. Él esperaba al otro lado de la línea por una respuesta que yo no tenía clara:
-E-Está bien si no quieres venir -dijo riendo de forma nerviosa- No te sientas presionada.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Bueno, se nota que algo más tenías planeado hacer, si no ya me habrías dado una respuesta -su tono de voz sonaba calmado y grave-
Suspiré rendida ante las circunstancias, aún me encontraba nerviosa y preocupada por cómo se tomaría mis palabras:
-Tienes razón Amai... Me encantaría ayudarte pero, no creo que vaya a dar el cien por cien de mí -me di la vuelta mirando al techo mientras alzaba mi mano- Supongo que todavía estoy bastante lejos de la definición de 'perfecta'.
Oí como reía de una manera pícara desde el otro lado de la línea:
-No creo que haya otra persona que represente mejor esa palabra -no me sorprendió demasiado que dijera eso, en cuanto tenía oportunidad lo decía, lo que era bastante bonito de oír- Aunque he de decir que yo sí que he dejado de serlo, me cuesta bastante más mantener mi imagen.
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...