No tenía ni idea que hacer, llevábamos un rato caminando sin rumbo a la espera de que una idea milagrosa atravesara mi mente cómo una flecha solucionando el problema in situ, pero nunca llegó.
Entretanto intentaba mantener conversaciones triviales que no acabaran en algún piropo hacia mi persona, sin embargo era complicado mantenerle estable, oscilaba constantemente entre un niño pequeño y un ligón de primera categoría.
Tras desviarnos por caminos enrevesados y no muy llamativos, pasamos frente a una pastelería. No era tan llamativa desde fuera pero por dentro parecía hogareña y cálida. Genos se quedó mirando el escaparate lleno de pasteles de muestra, apoyando su frente y sus manos contra el cristal frío:
-¿Quieres que comamos algunos pasteles? -le pregunté a la vez que tocaba su cabeza con cariño. El brillo en sus ojos y su sonrisa inocente me mostró la respuesta- Entonces entremos.
El sonido de una campanita al entrar por la puerta hizo alertar a una maid que estaba revisando unos papeles en una mesa alta de recibidor. Toda la estancia estaba cubierta de un papel pintado rosa pastel con detalles en blanco, parecía entrar en un mundo de fantasía. Un olor a vainilla y nata invadieron mis fosas nasales a la vez que mis ojos se movían a gran velocidad por toda la decoración de la entrada.
Con rapidez la maid nos dio la bienvenida, sacándome de mis pensamientos, y ofreciéndonos una mesa. La chica sin mucho disimulo mantenía la mirada fija en el Cyborg, quién la empezó a de arriba abajo con descaro. Era evidente, Genos siempre atraía miradas femeninas allá a dónde fuera, tanto por su fama cómo por su físico, era una realidad pero esto ya era otro nivel.
Me sentía invisible e incómoda, estaba observándolos con desconcierto mientras ella nos explicaba cuáles eran las especialidades del día. Él parecía desnudarla con la mirada, intimidándola y haciéndola sonrojar muy amenudo.
-"Se acabó" -pensé muy molesta. Suspiré-
Su comportamiento era ya desagradable para mí y, antes de que se acercara más a ella, me interpuse propinándole un codazo a Genos para hacerle retroceder. La chica se apartó un poco al verme actuar y tomar el control de la situación. Sin dejar escapar ni un segundo más le pedí que nos llevara hasta una mesa, y casi de inmediato ella misma se dio la vuelta para guiarnos hasta nuestros asientos.
Mientras caminaba sentí un pequeño golpecito en la espalda por parte del Cyborg que me limité a ignorar, sin embargo algo más atrajo mi atención. Un niño comiendo en soledad:
-¡Dotei! -espeté con sorpresa y algo de alegría- ¡Nos quedamos aquí!
Casi sin dejarle reaccionar y todavía con un trozo de tarta en la boca, me senté junto a él y le abracé de lado. Podía verlo sorprendido y estático:
-Hola -dijo Child Emperor a duras penas con la boca llena. Lo solté después de plantarle un beso en la coronilla, me miró extrañado aunque un tanto alegre- Bueno, no necesitaba compañía pero me alegro de que estéis aquí.
-Que orgulloso eres...–puse el codo sobre la mesa y apoyé la cara en mi mano con una sonrisa, mirando directamente al niño- Si no tuvieras la boca con restos de tarta, te creería más.
Se sonrojó al instante y agarró rápidamente una servilleta para limpiarse las comisuras con formalidad, dejándose una zona intacta. Rodé los ojos y me acerqué a él con otra servilleta.
En ese momento, había conseguido olvidar a Genos quién, desconcertado, nos miraba desde su asiento al otro lado de la mesa:
-Hola, Demon Cyborg Genos -Dotei se percataba de que algo raro estaba pasando con mi acompañante-
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La Verdadera Fuerza (Garou y Tú)
RandomEl pasado nos marca de maneras buenas o malas indistintamente y al crecer esos sucesos nos hacen reaccionar a situaciones que se nos presentan en la vida de distintas maneras. Aquellos recuerdos escondidos en lo más profundo del inconsciente acaban...