Capítulo 12.- Gracias por volver.

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Narra Jess.

¡Jessica, levántate ya o se te hará tarde! -Gritó Jack desde abajo.

¡Ya voy! -Grité de mal humor.

-¿Con qué humor te levantas eh, hermanis?

-¿Hermanis?

-Sí, hermanis.

-¿Por qué hermanis?

-Mola mucho.

-¿En serio?

-Sí.

-Bueno, si tú lo dices.

-Oye, no te quejes.

-No, si no me quejo.

-Anda y que no.

-¡No me estoy quejando!

-¡No me grites!

-¡No te estoy gritando!

-¡Si me estas gritando!

-¡El que me gritas eres tú!

-¡Tú también estás gritando!

-¡Parecemos imbéciles!

-Yo lo parezco, pero tú lo eres.

-Te acabas de cargar la magia hermanito. -Dije mirándolo de mala manera.

-Magia la que vas a tener que hacer para llegar temprano a clase. ¡Corre!

-¡Llévame en coche!

-¡Já! ¡Qué chiste! -Dijo riéndose.

-Anda por favor, llévame, hazlo por tu hermanis. -Puse cara de cachorrito y él rió.

-Bueno, vale, pero porque me lo pide mi hermanis.

-Sabes que te quiero. -Dije lanzándole un beso al aire.

-Tú sabes que yo a ti no.

Mi hermano salió de la habitación y me vestí rápidamente. No encontraba el zapato izquierdo y me estaba empezando a estresar un pelín bastante.

-¡Jack!

-¿Qué?

-¿Y mi zapato izquierdo?

-¡Yo que sé!

-¡Ayúdame a buscarlos!

-¡Joder Jess! ¿Por qué no preparas las cosas por la noche?

-¡Pues porque se me olvida! O a lo mejor porque me da pereza, o no sé.

-¡Aquí está! -Me lanzó el zapato y juraría que faltaron unos simples dos milímetros para que me diese en toda la cara.

-¡Vámonos! -Dije saliendo a toda prisa de la habitación.

-¡Que sea la última vez que te duermes!

-No es mi culpa que tenga un hermano medio neandertal que no sabe despertar a una dama correctamente.

-¿Pero qué dama? -Se estaba burlando de mi, y eso merece un severo castigo.

-Hermanis, yo que tú me quedaba callado un rato, porque la estás liando al meterte conmigo.

-Ya bueno, no te tengo miedo, y tú lo sabes.

-Deberías tenérmelo.

-Pero si tú eres incapaz de matar a una mosca si quiera.

-¡He matado muchas moscas! ¡Son muy molestas!

-Era una forma de hablar Jess, bonita.

-Ya sé que soy bonita, mírame. -Empecé a tocarme el pelo como una auténtica retrasada y ambos empezamos a reírnos a carcajadas.

-¿Crees que tardaremos mucho en llegar al instituto? Las calles están cortadas todas.

-Tampoco tengo mucha prisa, toca francés.

-¿Qué tienes en contra del francés? No lo entiendo.

-No lo entiendo, no sé hablar francés, no entiendo ni una simple palabrita y la profesora es algo... ¿insoportable? No lo sé, pero te aseguro que no volveré a dar francés, ¡jamás!

-¿Te has escapado alguna vez de clase por no ir a francés?

-Mogollón de veces. -Dije riéndome.

-Jess, no vuelvas a escaparte, por favor, tienes que estudiar, aunque sea este año, pero no puedes escaparte por una simple asignatura. ¿Te ibas sola?

-No, Tyler venía conmigo.

-¿El chico con el que te vi el otro día?

-Justamente, cuando me viste me había escapado para no dar francés. -Le sonreí como un angelito.

-Ya hablaremos de eso en otro momento. No vuelvas a escaparte.

-Tyler tampoco me dejaba escaparme siempre, solo alguna que otra vez.

-¿Responsable?

-Más o menos.

-Parece majo.

-Lo es. Le tengo mucho cariño. -Y a Ryan también. Puto cerebro.

-¿Te gusta?

-¡No!

-¿Entonces por qué te habías puesto roja?

-No sé. -Claro que lo sabes. Empieza por 'R' y termina por 'yan'.

-Pues espero que ese chico sea así siempre. Porque sino no sé que voy a hacer contigo.

-Pues no tienes que hacer nada.

-Tengo que hacerlo.

-No tienes que hacerlo.

-Hablaré con él para que te vigile y me cuente todo lo que hagas o dejes de hacer.

-¡Eso es acoso!

-¡Eso es vigilarte para que no te escapes más!

-¿No te sirve que te diga que no me escaparé más y ya está?

-Jess, es difícil confiar en tu palabra, sobre todo cuando sé las pocas ganas que le pones a esa asignatura.

-Og, te odio.

-Sabes que eso no es así.

-Claro que sí es así.

-Bueno, pues me da igual. Yo te quiero. -Me lanzó un beso y yo me reí.

-Supongo que te tengo algo de cariño yo a ti también.

-Seguro que sí. -Dijo riéndose.

Me quedé unos minutos analizando a mi hermano, desde la última vez que lo vi ha cambiado mucho, y sinceramente, me alegro de que esté aquí de nuevo, conmigo.

-Bueno, ya hemos llegado a nuestro destino. Vendré a buscarte luego, ¿vale?

-Vale. -Dije resoplando.

-Adiós hermanis.

-¡Espera Jack!

-¿Qué pasa?

-Gracias por volver. -Dije y entré a clase dejando a mi hermano en el coche con una gran sonrisa.

¡Piérdete! -EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora