Narra Jess.
¡Jessica, levántate ya o se te hará tarde! -Gritó Jack desde abajo.
¡Ya voy! -Grité de mal humor.
-¿Con qué humor te levantas eh, hermanis?
-¿Hermanis?
-Sí, hermanis.
-¿Por qué hermanis?
-Mola mucho.
-¿En serio?
-Sí.
-Bueno, si tú lo dices.
-Oye, no te quejes.
-No, si no me quejo.
-Anda y que no.
-¡No me estoy quejando!
-¡No me grites!
-¡No te estoy gritando!
-¡Si me estas gritando!
-¡El que me gritas eres tú!
-¡Tú también estás gritando!
-¡Parecemos imbéciles!
-Yo lo parezco, pero tú lo eres.
-Te acabas de cargar la magia hermanito. -Dije mirándolo de mala manera.
-Magia la que vas a tener que hacer para llegar temprano a clase. ¡Corre!
-¡Llévame en coche!
-¡Já! ¡Qué chiste! -Dijo riéndose.
-Anda por favor, llévame, hazlo por tu hermanis. -Puse cara de cachorrito y él rió.
-Bueno, vale, pero porque me lo pide mi hermanis.
-Sabes que te quiero. -Dije lanzándole un beso al aire.
-Tú sabes que yo a ti no.
Mi hermano salió de la habitación y me vestí rápidamente. No encontraba el zapato izquierdo y me estaba empezando a estresar un pelín bastante.
-¡Jack!
-¿Qué?
-¿Y mi zapato izquierdo?
-¡Yo que sé!
-¡Ayúdame a buscarlos!
-¡Joder Jess! ¿Por qué no preparas las cosas por la noche?
-¡Pues porque se me olvida! O a lo mejor porque me da pereza, o no sé.
-¡Aquí está! -Me lanzó el zapato y juraría que faltaron unos simples dos milímetros para que me diese en toda la cara.
-¡Vámonos! -Dije saliendo a toda prisa de la habitación.
-¡Que sea la última vez que te duermes!
-No es mi culpa que tenga un hermano medio neandertal que no sabe despertar a una dama correctamente.
-¿Pero qué dama? -Se estaba burlando de mi, y eso merece un severo castigo.
-Hermanis, yo que tú me quedaba callado un rato, porque la estás liando al meterte conmigo.
-Ya bueno, no te tengo miedo, y tú lo sabes.
-Deberías tenérmelo.
-Pero si tú eres incapaz de matar a una mosca si quiera.
-¡He matado muchas moscas! ¡Son muy molestas!
-Era una forma de hablar Jess, bonita.
-Ya sé que soy bonita, mírame. -Empecé a tocarme el pelo como una auténtica retrasada y ambos empezamos a reírnos a carcajadas.
-¿Crees que tardaremos mucho en llegar al instituto? Las calles están cortadas todas.
-Tampoco tengo mucha prisa, toca francés.
-¿Qué tienes en contra del francés? No lo entiendo.
-No lo entiendo, no sé hablar francés, no entiendo ni una simple palabrita y la profesora es algo... ¿insoportable? No lo sé, pero te aseguro que no volveré a dar francés, ¡jamás!
-¿Te has escapado alguna vez de clase por no ir a francés?
-Mogollón de veces. -Dije riéndome.
-Jess, no vuelvas a escaparte, por favor, tienes que estudiar, aunque sea este año, pero no puedes escaparte por una simple asignatura. ¿Te ibas sola?
-No, Tyler venía conmigo.
-¿El chico con el que te vi el otro día?
-Justamente, cuando me viste me había escapado para no dar francés. -Le sonreí como un angelito.
-Ya hablaremos de eso en otro momento. No vuelvas a escaparte.
-Tyler tampoco me dejaba escaparme siempre, solo alguna que otra vez.
-¿Responsable?
-Más o menos.
-Parece majo.
-Lo es. Le tengo mucho cariño. -Y a Ryan también. Puto cerebro.
-¿Te gusta?
-¡No!
-¿Entonces por qué te habías puesto roja?
-No sé. -Claro que lo sabes. Empieza por 'R' y termina por 'yan'.
-Pues espero que ese chico sea así siempre. Porque sino no sé que voy a hacer contigo.
-Pues no tienes que hacer nada.
-Tengo que hacerlo.
-No tienes que hacerlo.
-Hablaré con él para que te vigile y me cuente todo lo que hagas o dejes de hacer.
-¡Eso es acoso!
-¡Eso es vigilarte para que no te escapes más!
-¿No te sirve que te diga que no me escaparé más y ya está?
-Jess, es difícil confiar en tu palabra, sobre todo cuando sé las pocas ganas que le pones a esa asignatura.
-Og, te odio.
-Sabes que eso no es así.
-Claro que sí es así.
-Bueno, pues me da igual. Yo te quiero. -Me lanzó un beso y yo me reí.
-Supongo que te tengo algo de cariño yo a ti también.
-Seguro que sí. -Dijo riéndose.
Me quedé unos minutos analizando a mi hermano, desde la última vez que lo vi ha cambiado mucho, y sinceramente, me alegro de que esté aquí de nuevo, conmigo.
-Bueno, ya hemos llegado a nuestro destino. Vendré a buscarte luego, ¿vale?
-Vale. -Dije resoplando.
-Adiós hermanis.
-¡Espera Jack!
-¿Qué pasa?
-Gracias por volver. -Dije y entré a clase dejando a mi hermano en el coche con una gran sonrisa.
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¡Piérdete! -EDITANDO
HumorJessica Scott es una chica que está acostumbrada a pasar el día sola y tranquila. La mayoría de las veces se siente mal porque nadie la toma en cuenta, pero todo cambia cuando dos chicos llegan a cambiar su vida, uno de ellos la va a seguir a todas...