Capítulo 21.- ¿Debería arriesgarme, de nuevo?

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Narra Ryan.


Después de que Jess se fuese, aunque mucho rato después, me levanté del suelo y fui a buscar a Tyler.


-¿Tú no te puedes quedar quietecito en tu habitación o algo nunca? ¿Siempre tienes que venir a ver qué hago o qué dejo de hacer?

-Te morías por besar a Jessica. -Se estaba aguantando la risa y me entraban ganas de estamparle el puño en la boca.

-¡Pues sí, me moría por besarla pero siempre llegas tú a molestar!

-Yo nunca molesto. -¿Por qué coño me habla tan tranquilamente cuando yo tengo ganas de asesinar a alguien?

-¿¡Por qué mierda estás tan tranquilo!?

-Te tomas las cosas demasiado mal, relájate un poco.

-¡No me puedo relajar!

-¿Por qué no?

-Teniendo en cuenta toda esta situación que tengo ahora encima no puedo relajarme.

-¿Qué situación?


No sé cómo ni por qué pero me senté en la silla que había frente a mi hermano y empecé a contarle mi vida como si fuese un psicólogo.


-He dicho que la creo, porque la creo y sé que no me está mintiendo pero tampoco sé por qué Austin dice esas cosas, y Jess tampoco me lo explica por lo que vuelvo al tema de creer que me miente pero es que sé que no lo hace. Y encima ahora tengo muchas más cosas en la cabeza, porque después del momento que has interrumpido hace nada, yo iba a besarla ¿sabes? Y resulta que, claro, a mi ella me gusta, lo sabes, lo sé, lo sabe, todo el mundo lo sabe. Pero entonces, vuelven todos esos problemas que han habido últimamente. Pero es que la miro y pienso que no puede ser tan malo. Es que quiero arriesgarlo todo por ella. Me da igual salir ganando o perdiendo. Pero es que en un segundo pienso que debo hacerlo como que no, ¡y no sé qué hacer! Estoy completamente perdido. Esto de estar enamorado es un asco, ¿quién coño puede vivir así? ¡Tyler, te necesito! ¿Debería arriesgarme, de nuevo?


Después de soltarle todo el discurso a mi hermano se quedó mirándome y pensando en qué debería contestarme. Es mi hermano él va a elegir lo mejor para mi, pero como diga que deje a Jess lo mato. ¿Para qué le pregunto entonces? Estoy demente.


-¿Sabes? Lo primero que te digo, es que debes confiar en ella. Sé que te quiere y sé que no tiene nada con Austin. Pero tampoco te puedo decir lo que pasa con Austin.

-¿Todo el mundo está en mi contra o qué?

-Debes confiar en ella.

-Vale...

-Lo segundo, por favor, deja de comerte la cabeza de esa manera, vas a acabar mal si sigues así.

-¡Ya estoy mal! ¡Me siento mal, duermo mal, como mal! ¡Todo lo hago mal!

-Dime al menos que después de soltar todo eso te sientes mejor.

-Sí, me siento mejor después de haberte soltado todas estas movidas.

-Hay veces que tengo dudas de si somos hermanos o no.

-Sí que lo somos. Mírate a un espejo y me cuentas si quieres más pruebas o no.

-Ya... ¿Tanto te gusta Jess?

-Sí. -Suspiré.

-¿Qué sientes cuando estás con ella?

-Siento que puedo con todo, que puedo hacer cualquier cosa...

-¿Y cuándo no estás con ella?

-Es como si cada minuto perdiese más y más, y cada segundo quemase como el fuego.

-Que poético.

-Eso me suena de haberlo oído en alguna canción.

-Ya decía yo que tú no podías ser tan romántico.

-Lo que es poder, puedo. Pero me sale solo cuando estoy con Jess. Hermanito, tu cara no me inspira romanticismo. -Me empecé a reír y mi hermano también.

-Que gracioso eres Ryan, me parto. -Dijo con sarcasmo.

-Pues te estás riendo.

-Me río siempre. Soy muy feliz.

-Pues que envidia.

-Pues ya ves.

-Pues que pijo.

-Pues por qué hablamos así.

-Pues no sé.

-Pues paramos.

-Pues vale.


Ambos empezamos a reírnos otra vez después de la idiotez tan grande que acabábamos de hacer.


-Entonces, ¿sabes lo que te voy a decir que hagas no?

-Espero que sea lo que pienso.

-Tienes que ir a por ella. -Di unas palmaditas mentales pero mantuve la postura para que Tyler no lo notase.

-¿Por qué crees que debo ir a por ella? Quiero una respuesta razonable por favor.

-Se nota que de verdad te gusta, si no te gustase no te comerías tanto la cabeza con este tema, es por eso que creo que deberías arriesgarte. Ella te quiere, eso también lo sé. ¡Ya la primera vez que os visteis os gustásteis el uno al otro!

-Tampoco exageres.

-Te dio envidia que ella me diese conversación a mi, y no a ti. Porque ella te llamó la atención desde un principio.

-Puede que tengas razón, ¿pero y ella? Ella me ignoraba.

-Claro, nada más verte se puso nerviosa, se notó mucho. Estaba nerviosa y por eso te contestó, ella nunca ha hablado con nadie. Su clase estaba sorprendida de que nos hablase a nosotros. Y no la juzgo, es decir, todo lo que ha pasado pues es normal. Pero te habló porque la ponías nerviosa pero a la vez le transmitías confianza.

-Ah...

-Y porque te vio primero que sino se hubiese enamorado de esto. -Dijo señalándose e hice un gesto de que iba a vomitar.

-Lo siento, pero yo te supero, pero no llores, ya encontrarás a alguien.

-Bueno, entonces, repite la pregunta.

-¿Qué pregunta?

-La que me has hecho antes.

-¿Debería arriesgarme?

-Sí.

-¿De nuevo?

-De nuevo.

-Pues eso haré.


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¡Holis! Las cosas se empiezan a poner mejor, ¿eh? Esperemos que siga así un tiempito jajajaja. Últimamente me han llegado notificaciones de chicas que han guardado mi historia en sus listas de lecturas. Votos de gente nueva y también comentarios. ¡Me alegro de que os esté gustando la novela! Y no solo se lo agradezco a los que dan señales de vida, porque ¿qué haría yo sin los lectores fantasma? ¡Muchas y muchas gracias por leer! xx

¡Piérdete! -EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora