Narra Ryan.
Nunca pensé que comprar un regalo fuese tan malditamente difícil. Y más aún cuando quiero intentar sorprender e innovar un poco, pero vamos, que me he quedado en blanco y es imposible que se me ocurra algo de aquí a los treinta y cinco minutos que me quedan en el centro comercial.
Soy un fracaso andante.
Camino un rato más entre las tiendas y suspiro. Es mi primera navidad con Jess y no consigo encontrar un regalo especial para ella, vaya mierda.
Mi móvil suena y atiendo sin mirar quién es.
—¿Quién es? —Pregunto y escucho la risa de Tyler al otro lado del teléfono.
—¿Cuántas veces te he dicho que mires el identificador de llamadas antes de atender una llamada? Seguro que un millón, pero bueno, no te llamaba para eso. —Dice y espero a que siga hablando pero no lo hace.
—¿Para qué me llamabas entonces? —Pregunto.
—Eso estaba intentando recordar pero tu pregunta estúpida me ha despistado y ahora no consigo acordarme. —Dice y suspiro.
—Eres idiota... Bueno, Tyler, ¿qué le has comprado a Jess? —Pregunto esperanzado de que su respuesta pueda ayudarme.
—Tres libros que lleva semanas llorando por ellos, una entrada para el cine para esa película que quiere ver y un vale escrito por mí que dice que voy a invitarla a cenar cuando quieras, pero no te preocupes, en la letra pequeña pone que puedes venir tú también pero que tú pagas lo tuyo. —Dice y suspiro.
Tampoco consigo pensar en nada que pueda impresionarla, supongo que no encontraré nada y la decepcionaré. No quiero decepcionar a Jess, al menos no hoy, en nochebuena.
Sigo caminando por el centro comercial mientras escucho a Tyler parlotear de fondo. Observo el ambiente, padres comprando regalos para sus hijos pequeños, niños correteando de un lado para el otro riendo, decoración navideña y música de fondo que inspira aún a tener más ganas de que sea navidad. Me encanta la navidad.
—¿Me estás escuchando? —Pregunta Tyler y vuelvo a suspirar.
—La verdad es que no. —Respondo y Tyler ríe.
—Bueno, que te des prisa porque sólo tienes quince minutos para seguir con tus compras navideñas, Jess se molestará si llegas tarde cuando le prometiste que llegarías temprano a su cena especial. —Dice y asiento a pesar de que no puede verme.
—Lo sé, estaré allí a tiempo. Ahora nos vemos.
—Hasta luego, seguro que encuentras algo.
Cuelgo y levanto la mirada del suelo dándome cuenta que estoy a punto de chocarme con la esquina de una tienda, mierda, ha faltado poco.
Entonces el escaparate llama mi atención, brilla mucho y tiene muchas luces. Rápidamente me doy cuenta de que es una joyería. Supongo que no pierdo nada por intentarlo.
Entro en la tienda y observo todo lo que hay, pulseras, anillos, pendientes... Hasta que llego a los collares y uno de ellos llama mi atención. Es simple y no sé por qué me recuerda a la primera conversación que tuve con Jess, ojalá tenga el mismo efecto en ella, ya que si le recordara a nuestra primera conversación... sería especial. Es un collar completamente sencillo, es una fina cadena de plata con un signo de interrogación.
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¡Piérdete! -EDITANDO
HumorJessica Scott es una chica que está acostumbrada a pasar el día sola y tranquila. La mayoría de las veces se siente mal porque nadie la toma en cuenta, pero todo cambia cuando dos chicos llegan a cambiar su vida, uno de ellos la va a seguir a todas...