Capítulo 40.- No puedo dejar que se vaya.

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Narra Ryan.

Desde que he salido de casa no he dejado de correr y ahora mismo me merezco una ostia en la cara con una silla por haber sido tan idiota como para salir corriendo en vez de coger la moto.

¡Si es que no se puede ser tan imbécil en esta vida!

Aumento la velocidad aún más sin saber de donde saco la fuerza como para correr tanto y sigo corriendo.

Me encantaría saber en qué mundo paralelo a este decidieron ocultarme lo del maldito ''plan'' de Ariana.

Y además, ¿qué tenía en la mente esa chica para querer cargarse mi relación con Jess?

Bueno, que yo también la cago muchas veces pero esta vez no ha sido mi culpa.

A quien engaño, soy un idiota y si hubiese dejado que Jess se explicase esto no habría pasado.

Estos días han sido el mismo infierno. Nunca antes alguien me había gustado tanto, nunca había querido tanto a una persona como la quiero a ella, yo... yo estoy enamorado de ella.

Por eso no puedo dejar que se vaya.

Si se va... si se va no me lo perdonaré nunca, sobre todo si se va sin antes escucharme decirle todo lo que tengo para decirle. Por favor Jess, tienes que esperarme.

Cruzo otras siete calles más corriendo y empiezo a preocuparme porque aunque el aeropuerto esté bastante cerca de donde yo estoy, solo quedan unos minutos para que pierda a Jess para siempre.

Si pierdo a Jess para siempre, juro que dejaré que me den de golpes hasta casi matarme, porque he sido un imbécil, porque la traté mal, porque la juzgué a pesar de que en el fondo de todo mi ser supiera que ella no me había hecho nada de esto a posta.

Es entonces cuando empiezo a recordar todos los momentos que hemos vivido juntos, han pasado solo tres meses desde que la conozco y eso es algo tan... genial.

¡Aún recuerdo el día que la conocí, venga ya, no le caí bien y se puso a hablar con Tyler! ¡Me dejó solo por Tyler, hoy en día también me lo hace pero ese día me hirió el orgullo!

Niego con la cabeza y me río pensando en todo eso.

O aquella vez en la que Tyler y yo hicimos el cambiazo. ¡No es que me negara a hacer el trabajo con Megan porque me quería violar, claro que no! ¡Era porque yo quería hacer el trabajo con Jess, quería hacer el trabajo con ella, pasar tiempo con ella! ¡Desde el primer día esa chica ya me volvía prácticamente loco!

O cuando supo que era yo la persona con la que estuvo haciendo el trabajo... eso fue algo indescriptible. Ella sabía que era yo aún sin conocernos mucho a mi hermano y a mi. Poca gente nos diferencia y que ella lo hiciera hizo que el corazón se me encogiera de felicidad.

O la vez en la que me ''despedí'' de ella porque dejaría de ser el chico que ella conoció para empezar a ser un imbécil para así evitar que mi hermano se convirtiese en uno.

O la vez en la que nos castigaron juntos por mi culpa. Ella no paraba de huir de mi y yo aún así la quería tener cerca, ahí la besé por primera vez, aunque fuese porque Tyler me picó. Pero la besé por primera vez, eso es algo que no se olvida fácilmente.

Nuestra primera cita.

Mi cumpleaños.

La vez en la que le enseñé a conducir una moto.

Son muchas cosas las que hemos vivido juntos en tan poco tiempo y es por eso que debo evitar que ella se vaya. Si se va estaré perdiendo una de las personas más importantes de mi vida, y ya perdí a una como para tener que perder a otra.

Sigo corriendo un par de calles más y ya puedo ver desde aquí el aeropuerto, aunque aquí viene el problema mayor. Hay tres cruces para llegar al aeropuerto, tres semáforos que se pasan la mayor parte del tiempo en rojo, ya que hay muchos más coches que personas andando. Por lo que llego rápidamente al primer cruce y al estar en rojo, paro.

Una señora mayor se colocó a mi lado y me sonrió.

- Debes quererla mucho para venir corriendo hasta aquí. -Dice.

- ¿Cómo sabe que...

- Se te ve en los ojos.

- Oh...

- ¿Cuántos años tienes muchacho?

- Dieciocho.

- Pues eres un muchacho muy guapo. -Dice.

- Gracias. -Me sonrojo levemente y el semáforo vuelve a ponerse en verde haciendo que empiece a correr otra vez.

Oigo a la señora gritar.

- ¡Suerte, jovencito!

Sonrío y empiezo a correr aún más rápido consiguiendo así cruzar el segundo semáforo sin tener que pararme, cuando pienso que también conseguirá cruzar el tercero sin tener que pararme, el muñequito empieza a parpadear indicando que se pondrá en rojo y paro de golpe.

Solo me queda este cruce y llegaré al aeropuerto, Jess, tienes que esperarme.

Dos minutos después el semáforo se pone en verde y empiezo a correr con las pocas fuerzas que me quedan hasta que llego a la puerta del aeropuerto y entro rápidamente llevándome la sorpresa de que éste está lleno y será prácticamente imposible encontrar a Jess con tanta gente.

Camino rápidamente entre todas las personas mirándolas para ver si Jess está entre ellas, pero nada, no hay rastro de ella.

Doy un par de vueltas más hasta encontrarme con algo que hace que mi corazón empiece a latir a una velocidad impresionante, me cueste respirar y empiecen a temblarme las piernas...

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¡Awwwwww! me encantan los capítulos que narra Ryan, no sé a vosotras.

¿Creéis que será Jess el motivo por el cual a Ryan se le ha acelerado el corazón?

Lo descubriremos en el próximo capítulo...

Bueno no, no soy tan mala. Lo subiré ahora.

Algo que probablemente os dé igual pero que quiero contar, es que esta es la cuarta vez que escribo este capítulo, porque el viernes, Wattpad no publicaba ni guardaba los capítulos.

Leer todos vuestros comentarios del último capítulo me puso una sonrisa en la cara enorme en serio, ¡se ve que apoyáis esta relación eh! jajajajajaja.

¡Muchas gracias por leer, votar y/o comentar!

¡Piérdete! -EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora