Narra Ryan.
Habían pasado dos días desde que tuve mi charla con Tyler sobre qué hacer con respecto a lo de Jess. Decidí que me arriesgaría pero no sabía cuándo ni cómo. Aunque ahora sí lo sé. Porque estoy dando vueltas en el jardín de su casa sin animarme a pegar en la puerta. Quiero hacer esto y quiero hacerlo bien, pero claro, en las películas romanticonas todo es mucho más fácil que en la realidad. Pero si quiero esto, tengo que hacer un esfuerzo.
Cogí aire y lo volví a expulsar lentamente cuando ya me encontraba en la puerta de Jessica. ¿Qué le voy a decir? He tenido dos días para pensar en qué podía decirle, y sin embargo, ¡no he pensado en nada! Solo en lo que supondría que me dijese que sí...
Cuando me quiero dar cuenta estaba mirando al cielo, seguro que con una sonrisa de idiota y me faltaría poco para estar babeando. Al menos nadie me ha visto. O eso espero.
Miré hacia la ventana de la habitación de Jess pero no se veía nada, tiene que estar en casa, ¿y si me abre su hermano? Terminaré más nervioso de lo que ya estoy. ¡Bueno Ryan vale ya! Si no me arriesgo no ganaré nada. Golpeé la puerta con los nudillos por miedo a tocar el timbre y a los pocos segundos se abrió dejándome ver a una Jess con el pelo mojado. Como si acabase de salir de la ducha. El simple pensamiento hizo que me pusiese rojísimo.
-Hola Ryan, no sabía que ibas a venir.
-Sí bueno, es que he venido a decirte algo.
-¿El qué? -Me sonrió y me armé de valor para decir las siguientes palabras que podrían alegrarme el día, la semana, el año, la vida... O me lo podrían joder todo para siempre. Hay un cincuenta por cierto de posibilidades.
-Llevo un tiempo pensando en como decirte esto, lo he intentado muchas veces, pero no he podido, o quizá no sabía como hacerlo o... o no encontré el valor suficiente. La cuestión es que esto está quedando demasiado formal, y no digo que lo que te vaya a decir no lo sea, pero es que no sé qué decir, joder que difícil es esto, ¿por qué no podría haber un manual de instrucciones para...
-Te quiero. -Dijo interrumpiéndome.
-¿Qué?
-Que te quiero. -Se abrazó a mi y yo hice que levantase los pies del suelo.
-Yo también te quiero Jess.
-¿Eso era lo que tenías que decirme?
-Hay algo más.
-Pues dilo ya.
-¿Quieres ser mi novia? -Dije dudando.
-Sí.
-¿Puedo darte un beso?
-Sí. -Le sonreí y ella me devolvió el gesto y cuando estábamos a punto de conseguirlo apareció Jack y me aparté de golpe, en vez de quejarme como hacía normalmente empecé a reírme.
-Creo que nunca vamos a conseguirlo.
-Yo creo que sí. -Me agarró de la cara y me acercó a ella provocando nuestro ''primer beso''.
No podía apartarme de ella, pensar que por fin he conseguido besarla, aunque bueno, literalmente me ha besado ella a mi. ¿Qué hago pensando en esto mientras tendría que estar disfrutando de este momento por completo? Es como si hubiésemos esperado este momento por años cuando solo llevamos así una semana y poco más. Y ver como su boca y la mía encajan a la perfección hace que me guste mucho más. No es que sea nuestro primer beso, pero sí es el primero en el que ambos queremos que ocurra.
Jess empezó a separarse lentamente de mi y ya notaba como me faltaba algo. La necesitaba a ella. Pero no quería morir de asfixia y mucho menos quería matarla a ella por eso. El corazón parecía que se me saldría del pecho de la velocidad a la que me latía y podría jurar que la sonrisa que me había provocado este momento no se me quitaría en mucho, mucho tiempo. Observé que Jack nos seguía mirando con la boca abierta.
-Tu hermano nos sigue mirando. -Dije susurrando para que solo ella me escuchase.
-Lo sé, y me da igual. Valía la pena el sacrificio. -Me sonrió y le sonreí también.
-Yo... no sé que decir ahora mismo.
-Vaya, Ryan Adams ¿sin palabras? Imposible.
-Me ha pasado más veces.
-Nunca conmigo
-Siempre tenía que decir algo cuando estabas delante.
-¿Por qué?
-Me ponías nervioso.
-¿Yo a ti? Pero si no callabas y no parabas de mirarme con esos ojos que hacían que quisiera que me tragase la tierra.
-¿Tan malo era?
-¡No! ¡Era demasiado bueno para ser verdad! Pero me daba vergüenza.
-No parecía que tuvieses mucha vergüenza cuando te has lanzado a besar estos hermosos labios.
-¡No tienes pruebas para demostrar eso!
-Pero yo soy testigo y apoyaré a mi cuñado. -Dijo Jack apareciendo por la puerta y echándome el brazo por los hombros.
-Hombres teníais que ser.
-Pues sí.
-Bueno, aún no sois hombres, sois niños que necesitan madurar un montón aún.
-¡Pero nos amas! -Dijo Jack a voces.
-¡No teneis pruebas!
-¡Sí las tenemos! -Dijimos ambos y empezamos a reirnos.
-Se supone que tú eres mi hermano, y tú mi novio. -Al decir eso el corazón me dio un vuelco, su novio, que bien suena eso. ¡Pero que pedazo de marica estoy hecho diciendo estas cosas! ¡Pero me salen solas! Joder.
-¿Y qué pasa con eso? -Dijo Jack.
-¡Un poquito de apoyo por favor, estoy sola en este bando! -Se mordía el labio para no reírse pero lo único que conseguía era tener más ganas de reírse.
-Bueno, creo que mejor dejo a solas a la nueva pareja. -Dijo Jack entrando de nuevo a la casa.
-Bueno... -Dije sonriendo.
-Bueno... -Repitió ella dándome las manos.
-¿Te apetece que vayamos a por un helado?
-Claro.
Le sonreí y empezamos a caminar hasta la heladería. Tengo el presentimiento de que las cosas van a empezar a estar mucho mejor.
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¡Por fin están juntos! ¿Han tardado demasiado o solo me lo parece a mi? Me muero de ganas de que pasen más viernes porque ya tengo escrito hasta el capítulo 27 y las cosas... están como cosas JAJA. No puedo decir nada. Y sé que tampoco ha tenido gracia, pero bueno...
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¡Piérdete! -EDITANDO
HumorJessica Scott es una chica que está acostumbrada a pasar el día sola y tranquila. La mayoría de las veces se siente mal porque nadie la toma en cuenta, pero todo cambia cuando dos chicos llegan a cambiar su vida, uno de ellos la va a seguir a todas...