Capítulo 6

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Tamara.






Verlos siendo diferentes conmigo me hace sentir un poco extraña. Los hermanos Russell de verdad se tomaron muy enserio esta tregua y por supuesto su ofrecimiento en cuidarme y atenderme en mi recuperación. Jake y Bastián se encargaron de hacerle saber a mi madre que estaría muy bien cuidada y que ella y Briana siempre serian bienvenidas.

Un gran avance para nuestra nueva relación. Espero que todo resulte tan bien como se aparenta.

Era lindo y tierno todo lo que estaban haciendo por mí, ahora que salí del hospital, pero en medio de todo tenía muy presente que jamás iba a permitir que me dieran un baño de esponja. No tienen tanta suerte.

Ahora estoy de pie frente a mi cama y observo como Jake se encarga de dejar las sábanas en buen estado solo para mi comodidad, retira un par de almohadas y no deja de sonreí cada vez que me mira.

Me quejo un poco por la incomodidad que me causa el estar de pie por cierto periodo de tiempo. Llevo mi mano a la zona de la herida y doblo mi cuerpo hacia adelante. De la nada siento unas manos aferrarse a mis piernas y cuando reacciono estoy en los brazos de Bastián. Levantó mi cuerpo entre sus brazos.

—Apresúrate Jake. Tamara necesita estar acostada.

—Ya quedó, está bien puedes dejarla sobre la cama.

Llevo la mano a mi rostro cubriéndolo, me siento avergonzada por cómo me están tratando. Siento que exageran y me hacen sentir un poco comprometida. Lo que menos quería era deberles un favor a ambos.

Mi cuerpo toca el suave colchón y siento alivio al instante, aunque acomodarme de la mejor manera resulta doloroso. Se siente bien estar en mi cama, rodeada de mis cosas y sobre todo percibir mi fragancia por todo el lugar. Me gusta como huele un hospital, pero mi fragancia no esta tan mal.

—Gracias Bastián—susurro con seriedad. Nota mi cara de limón.

—¿Pasa algo? ¿Hicimos algo mal?

—Todo está bien Bastián. Pero insisto en que debe de ser una enfermera la que me ayude en todo esto. No permitiré que ustedes me ayuden a darme un baño—ambos sonríen—. Y no quiero deberles favores.

—Está bien—responde Jake. Siento cierto alivio—. Llamaré a alguien. Lo único que queremos es que estés cómoda.

—Gracias.

Recibir toda la atención de ellos dos es incómodo para mi hasta cierto punto. Diría mi amiga: ¿Quién no querría ser atendida por dos hombres tan calientes como ellos?

Pues sí, es tentador.

Veo a los dos hombres de espalda ancha salir de la habitación sin decir otra cosa, ni siquiera una sonrisa o gesto raro de su parte. Cierran la puerta y casi al segundo se abre de nuevo para dejarse ver mi mejor amiga. Muerde su labio y niega con la cabeza al mismo tiempo.

—Ellos dos dispersan feromonas por todos lados. ¿Dime que te dejarás tocar por ellos cuando te den un baño de esponja? —me rio de eso.

—No, eso no pasará Chloe—su gesto de decepción me causan gracia —. Contratarán a una enfermera que me ayude con todo.

—Como quieras, tú decides, pero déjame decirte que te pierdes de unos increíbles orgasmos del infierno, provocados por esos dos demonios calientes.

—Estas loca, Chloe, no tendré orgasmos en un par de meses.

—No me digas eso Tam, me urge que te recuperes—expresa con un puchero—. Tengo demasiadas ganas de ir a ese antro.

Tamara Por Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora