Capítulo 15

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Tamara.










La arena bajo mis pies es relajante en todos los sentidos, amo esa sensación. Jugueteo con una paleta en mi boca, mientras el caramelo se derrite lentamente, espero llegar a la goma de mascar en poco tiempo.

El día nublado era perfecto para una caminata, la compañía es agradable, Jake Russell camina a mi lado con sus zapatos en mano tal como yo. Él se encargará de distraerme en lo que resta del día, bueno al menos eso dijo Bastián antes de marcharse.

—Hicimos que Blake saltara la barda, se cortó la rodilla y tuvieron que hacer sutura—su increíble risa es muy sexi para mis oídos.

—Que cruel—digo con el dulce aun en mi boca.

—Bueno fue idea de Bastián, creímos que como era el más pequeño saltaría con más facilidad.

—Tal vez, pero la caída sería más dolorosa. ¿Recuperaron el balón?

—No—ríe de nuevo.

Escuchar como ambos hermanos torturaban a Blake fue divertido, Jake me contó cosas que yo no sabía de mi mejor amigo. A decir verdad, tengo pocos recuerdos de Jake y Bastián cuando eran niños, solo Blake se acercó a mí, tal vez porque somos casi de la misma edad, soy mayor que el por cuatro meses.

Jake avanza un poco más sin decirme nada, veo su cuerpo sin descaro y sin vergüenza. Atrae miradas en su andar. Lleva sus manos a su cabello y lo mueve un poco, Noto una mancha negra detrás de su oreja y desaparece cuando su cabellera se acomoda de nuevo.

Él se detiene en un puesto de postres y yo aprovecho para descansar un momento en una banca, veo a la gente pasar, pero también lo veo a él y él me mira a mí, sonríe y correspondo. Es extraño la sensación de emociones que siento en mi pecho, el aire tarda en llegar a mis pulmones y eso me hace inhalar pesado.

Él regresa a pasos lentos hacia mí, ahora con los zapatos en su lugar y con dos bandejas pequeñas en sus manos. Se para frente a mí y yo tengo que levantar mi cara para verlo a los ojos.

—Supongo que te gustan los postres dulces.

—Si, mucho.

—Genial, toma—extiendo mis manos, tomo la bandeja y miro el postre sorprendida.

—Es un Nasty Waffle—no sé cómo deba sentirme al respecto. Asiente—Un Waffle Dick.

—Si, el mío es un Waffle Pussy. ¿Los conoces? Saben bien—sonríe—. Pruébalo.

El postre que él pretendía que yo metiera a mi boca era en forma de pene, incrustado en un palillo largo y con algo blanco esparcido en la punta, simulando cosas que ya había probado. Jake se queda mirándome, esperando a que yo pruebe el Waffle Dick.

—Está bien, lo probaré—su intención es clara.

Suspiro en silencio y tomo el postre con mi mano, mientras que con la otra sostengo la bandeja. Abro la boca y con mi lengua arrastro un poco ese líquido blanco, luego introduzco ese espantoso pene sabor a vainilla que no sabe tan mal. Después de saborearlo, lo muerdo para retirarlo de mi boca. Con toda la intención dejo que ese líquido blanco azucarado caiga por la comisura de mi boca.

Miro hacia arriba buscando la mirada de Jake, y si, sigue mirándome. Lo veo pasar saliva y su boca entre abierta me dice cosas puercas.

Él se arrodilla dejando su postre de lado, con una servilleta en su mano la acerca a mi boca y limpia ese líquido.

Tamara Por Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora