Tamara Por Tres.

Capítulo 18

Tamara.

—¿Es enserio que no nos dirigirás la palabra? —cuestiona Blake.

—No—respondo mirando a otro lado que no sean ellos.

Después de haber sido traicionada por mi subconsciente no pude retractarme de aquella centella que salió de mi boca. Prácticamente les dije que quería ser de ellos, y por supuesto que mi respuesta les agradó a los tres.

Consecuencia de eso no me dejaron salir a solas con Jake, y al decir no me dejaron me refiero a que se pegaron a mi como una molesta goma de mascar en el cabello, imposible de quitar y doloroso si lo haces por la fuerza.

En mi defensa puedo decir que no esperé una pelea como esa, Jake y Blake discutiendo fue nuevo para mí. Bastián como siempre manteniendo la compostura y su serenidad, aunque me sorprendió más con sus palabras, en ese momento mi mente pensaba cosas sucias y al final me delaté.

Así que ya no es un secreto, los tres lo saben, quiero ser el sándwich.

Estar en el bar No estés sola esta noche no es tan emocionante como antes. No puedo mirar con ojos sexuales a los tres strippers que me rodean. Los tres poseen esos trajes negros y antifaces. Lo que me sorprende es que ya no usen pelucas y ojos de contacto. El descaro es evidente puesto que ya consiguieron lo que quisieron.

Pasan chicas por mi mesa y me miran como si fuera la reina de las puercas, la diosa de la sexualidad o algo así, se sorprenden que tres de ellos estén a mi lado. Novatas, no conocen a Chloe.

—Esto es incómodo —admito al fin—. Era más divertido y candente cuando no sabía quiénes eran.

—Siempre podemos fingir que no te conocemos—responde Blake.

—Me gustaría que lo hicieran y se alejaran de mi—joder, ni yo me creo lo que digo.

Bastián soltó una risa divertida ante mi comentario. Fuimos bendecidos por los dioses al escucharlo reír.

—Finge que no nos conoces—habla después de reír—y nosotros haremos lo mismo.

Cuando termina de hablar, Jake y Blake se levantan de nuestra mesa y simplemente se van sin decir nada. Bajan de la zona vip y caminan entre la gente hasta que los pierdo en la pista de baile.

Regreso la mirada hacia Bastián y también lo veo ponerse de pie, pero para mí mala suerte es para saludar a una chica hermosa y rubia. Mi estómago se retuerce al reconocerla. Ella lo abraza y besa su mejilla con mucha confianza, él muestra una sonrisita cuando se miran a los ojos después de rozar sus cuerpos.

Ella mueve su asquerosa boca y en este momento odio más que nunca la estridente música que suena por todo el lugar. No puedo escuchar nada de lo que se dicen. Sonríen y ella lo toca. Pasa sus manos por el pecho de Bastián y él solo se queda sonriendo.

Todo dentro de mí se está trasformando en algo muy feo. En mi estómago se hace un nudo, mi boca se siente seca y mi respiración se detiene en mi pecho haciendo presión.

Dirijo mis ojos verdes hacia otro lado en el instante que ella le habla al oído y me mira con una sonrisa perversa.

En mi vida he peleado por un hombre, no lo hare ahora.

Mi dedo contra la mesa proyecta todo mi estrés, mi ansiedad y mi enojo. Mi actitud es calmada y finjo estar bien, me la paso observando a mi alrededor y sonrió cuando me sonríen.

Me arrepiento de haberlos perdido de vista porque en cuanto volteo para chismosear de nuevo, ellos dos ya no están. Me pongo de pie como si algo en mi trasero doliera y busco panorámicamente por todos lados.