Capítulo 20

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Tamara.











Durante el trayecto a casa tomé la difícil decisión de informarle a mi familia lo que estaba pasando y lo que posiblemente pasaría si no encontraba a la persona que tiene en su poder ese vídeo. También pensé seriamente en decirle todo a la familia Russell y que en base a eso se tomaran decisiones y librarme de una vez y por todas de responsabilidades. Aunque aún no estoy segura de hacerlo debo pensar más a fondo si la familia Russell debe saberlo al igual que mi familia.



Llegamos a casa después de un rato y lo primero que vimos Jake y yo fue a Blake y Bastián parados frente a la puerta principal en ropa interior y con los brazos sobre su pecho, mitigando el aire fresco que se sentía hoy. Nos acercamos a ellos y noté como Bastián escanea mi cuerpo de arriba abajo y después lo hizo con Jake.



—¿Dónde estaban? —preguntó Blake.



—Fuimos a correr—respondió Jake —es bueno para los pulmones respirar aire fresco.



—¿Y tú ojitos, saliste a correr con esa ropa?



Miré mi atuendo con una sonrisa nerviosa. La camiseta de Blake en color azul y mis zapatos deportivos no eran un buen atuendo para salir a correr, sin mencionar que no llevaba sostén y mis pechos se notaban sobre la tela.



—Si—seguí mintiendo, aunque era obvio que lo hacía—¿Ustedes que hacen afuera? ¿Nos estaban esperando?



—En realidad te estábamos esperando a ti—responde el mayor —allá dentro está tu amiga, histérica, nos dijo que quería estar sola y nos echó de nuestra casa.



—¿Se dejaron echar? —pregunta Jake con una sonrisa burlesca.



No escuché la respuesta porque enseguida entre a la casa buscando a Chloe y llena de curiosidad por saber la razón de su comportamiento.



Creí que la encontraría en mi habitación hasta que recordé que estaba hecha un desastre.



La voz de Chloe reprochándose cosas resonó en la sala.



—Chloe—me miró rápidamente—¿qué pasa?



Dejó de caminar de un lado a otro.



—Tamara, que bueno que estás aquí —me abrazó con euforia y continuó caminando —. No puedo creer lo que me pasó, es que no te imaginas como me siento.



—Puedes empezar explicándome.



—Ayer en la madrugada no tenía nada que hacer, así que se me ocurrió ir a al bar No estés sola esta noche, ya sabes, a buscar a un chico y pasarla bien —se nota toda la tensión en su cuerpo — encontré a un chico hermoso y perfecto en toda la extensión de la palabra, muy bien dotado y con buen tamaño, follamos —se dejó caer en el sillón y cubrió su cara con sus propias manos —¡Dios! No puedo creerlo.



—Chloe...



—Se quitó el antifaz y resultó ser Harry, tu asistente —expresó —. Ese imbécil, ese imbécil...



Quise soltar una carcajada, pero reprimí todo lo que sentía al verla histérica, molesta y también al borde del llanto. Pasaba sus manos por su cuerpo como si quisiera borrar las caricias de mi asistente, actúa como si repudiara la existencia de Harry.



—No tienes ni idea de lo que se siente que te folle alguien que conoces, y se atreva a ocultar su identidad. ¿Por qué aceptó follar conmigo sabiendo quién era? —hizo una pausa larga lamentándose.



Tamara Por Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora