Capítulo 24

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Tamara.








Ayer por la noche me costó tanto poder conciliar el sueño, a mi sentir las cosas por aquí no iban tan bien como parecían. Siento que algo se rompió entre Jake y yo y ahora que lo pienso a largo plazo me siento mal por todo lo ocurrido ayer. Su reacción nos sorprendió a todos. Se disculpó, pero no es suficiente porque aún me siento intrigada en saber que pasó realmente con él. Su actitud fue demasiado agresiva y no me la creo. Aun me duele el brazo y es difícil pensar que fue Jake el que dejó esa minúscula marca morada en mi piel.

También me preocupa la actitud tan dura que Bastián está tomando ante esto, pretende hacer que Jake pierda todo lo a que conseguido solo así de la nada. Sin buscar el porqué de las cosas.

En estos momentos es cuando extraño mi vida pacífica. Ellos me obligan a pensar demasiado. Son estresantes.

Con mi trasero sobre la encimera, una taza llena de café con mucha azúcar, con una pijama cómoda y un peinado que utilizo casi a diario para evitar que mi cabello se enrede, así es mi mañana este día. El reloj en el microondas marca las 6:30 de la mañana. En estos momentos solo un café puede despertarme del todo. Así lo pensé hasta que vi al papasito de Blake entrar a la cocina con el torso desnudo, con el cuerpo sudoroso y unas mejillas enrojecidas. Si el café no me despierta, su cuerpo perfecto lo hará.

Me miró con una sonrisa.

—De saber que te despertarías tan temprano como yo, te habría invitado a hacer ejercicio conmigo —estoy segura que él lo dijo con las mejores intenciones, pero yo le vi el doble sentido en cada palabra.

—Gracias, pero el ejercicio no es lo mío—llevé la taza de café a mi boca.

Blake rebuscó algo en la alacena hasta que encontró su enorme bote de proteína, se preparó su bebida y se recargó a mi lado. Debía ser asqueroso tener a alguien sudoroso a lado, pero con él era diferente. El aroma de su piel seguía siendo muy masculino, es como si su fragancia estuviera impregnada en su piel y oler tan bien fuera su esencia natural. Su cabello húmedo se pega a su frente y es como ver a un segundo Bastián, tan perfecto y sensual.

—Me molesta tanto ver esa marca en tu brazo. Ese imbécil cruzó la línea.

—¿Qué? —regresé a la realidad.

—La marca morada en tu piel por el apretón de Jake—miré mi brazo.

—No es nada. Por cierto, ¿podrías hablar con Bastián? Él pretende obligar a Jake a salir de esto. Ya sé que no tenemos nada oficial, pero de alguna manera estamos enredados. No necesitamos decirlo, algo pasa con los cuatro. No quiero que Jake pierda todo lo que tiene—se movió de su lugar, dejó su bebida de lado y se colocó frente a mí. Entrecerró los ojos confundido.

—¿Te dijo que existía un contrato entren nosotros?

—Si, ¿Qué tiene eso de raro?

—Que él fue el primero en decir que tú no debías enterarte. Con ese contrato nos obligamos a nosotros mismos a cumplir con lo que se acordó. Ahora que ya lo sabes, estás preocupada por el patrimonio de Jake.

—¿Qué tiene eso de malo? ¿tú ves correcto que Bastián quiera dejarlo fuera y quitarle todo lo que ha trabajado? Yo no Blake, no es justo perder todo por una mujer, primero quedo fuera yo, antes que alguno de ustedes pierda lo suyo.

—Exacto—me miró expectante. Pero entendí lo que quiso decirme.

—¿Bastián quiere que yo de alguna manera deje esto? ¿Orilló a Jake a actuar así? —negó.

Tamara Por Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora