Tamara.
Sándwich.
Una simple palabra que para cualquiera puede sonar como un almuerzo o simplemente un bocadillo para pasar el rato, pero para mí era una palabra que me hacía sentir escalofríos. Chloe se había encargado de hacer que esa palabra cobrara otro significado para mí y Bastián ponía sobre la mesa todas las teorías que mi mejor amiga se encargó de gritarme durante estos días. No ha dicho nada en concreto, pero todo apunta a la teoría de Chloe.
Ni siquiera quiero que lo diga y me arrepiento de inmediato por hacer esa estúpida pregunta. ¿Tres novios? A mí que me importa. No puede ser y no será jamás. No con ellos tres.
No lo digas. No lo digas.
—No quiero—dije seria y se sorprendió—. No digas nada Bastián. No me interesa. Lo que quiero ahora es que arreglemos esta mierda que nos rodea. ¿Entiendes? Estoy harta de los medios acosándome. No me van a tachar de puta solo porque tú y tus hermanos se calientan cada vez que me ven—el idiota sonríe—. No quiero un noviazgo, ni contigo ni con nadie. De hecho, estoy considerando regresarles la herencia pronto—mentí. Pero le borré la sonrisa.
—No puedes hacer eso.
—Si puedo y lo haré hoy mismo si no me bajas ya—sentí toda la tensión de su cuerpo—o puedo golpearte las bolas como lo hice con Jake. Tú puedes decidir.
Esperé a que dijera algo, pero no lo hizo, simple y sencillo comenzó a bajar mi cuerpo y sentí una liberación satisfactoria cuando dejo de apretar su polla en mi estómago.
Un suspiro silencioso salió de mi boca y él se alejó lo suficiente para que su anatomía resaltara a todo su esplendor de nuevo.
Posó las manos en su cintura marcando los músculos en sus brazos.
—Yo daré la cara a la prensa, no te preocupes por eso. Lo arreglaré.
—Gracias.
Ahora había tensión entre nosotros cuando horas antes estaba muy cómoda con su compañía. Hasta permití que me abrazara.
Él comienza andar por la habitación como al principio, mostrándome sus nalgas sin pudor o vergüenza. Me lamento que tenga que irme, pero obligo a mis piernas a moverse hasta salir de ese lugar. El aire a mi alrededor ahora es fresco, solo fue para darme cuenta de lo caliente que estaba esa habitación, o quizás yo, o ambos.
Unos cuantos pasos eran suficientes para llegar a mi recámara, en el escaso recorrido Blake sale de su habitación y antes de que pueda decirme algo rechazo su mirada y me encierro en el único lugar donde se supone que estoy segura.
¡No, que horror!¿Por qué tenía que darlo a entender?
Cerré perfectamente bien la puerta y corrí al baño y también coloqué el seguro por si acaso. Me di una ducha bien fría, pensando en lo que pasó ahí adentro, tal vez le estaba dando muchas vueltas y no fue para tanto, solamente rechacé a Bastián amenazándolo de golpearlo o de entregar el dinero.
Su reacción sobre eso no fue la que yo esperaba, pensé que una vez que dijera que el dinero regresaría a sus manos él estaría satisfecho y aceptaría rápidamente, cosa que no pasó y casi se negó aceptarlo de regreso.
¿Qué pasa con ellos tres?
Después de varios minutos bajo el chorro de agua salí de la regadera, sequé mi cabello y lo ondulé un poco, solo para cambiar de peinado. Opté por usar un vestido en color negro nada ajustado, con el largo un poco más arriba de las rodillas y bastante ligero, sin escote y de manga larga.
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Tamara Por Tres.
RomanceRecibir una herencia fue algo que jamás esperó por parte de su jefe, pero su contenido y una cláusula especifica la harán someter todo lo que quería y creía en ese momento. Obligada por el profundo agradecimiento a Mason Russell, Tamara acepta esa c...