Capítulo 16

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Tamara.








El retraso de Chloe me dio el tiempo suficiente para darme un baño después de mi encuentro con Blake. Se tomó el tiempo de pasar por mi hermana a casa de mi madre. Ambas llegaron por mí a casa de los Russell cuando todos ellos ya se habían marchado no sin antes decirme feliz cumpleaños, otra vez. Mi día no había sido tan mal, pero es evidente que siento que lo eche a perder por dejarme llevar por Blake y sus juegos insinuantes.

Ahora que lo pienso ese listón es su pene era solo para provocarme una curiosidad que no soportaría. Mi fallecido jefe siempre me decía: Tamara un día te estallará una bomba al abrir una caja de cartón, por curiosa. El viejo tenía razón, pero no me estalló una bomba dentro de una caja de cartón, si no que me estalló un pene dentro del cuerpo. Todo por la curiosidad de un moño rojo.

¡Maldito Blake! Si me gustó estar contigo.

Al admitir eso en mi cabeza, llevé ambas manos a mi rostro y negué un par de veces. Ese acto tan insignificante me hizo ganarme un reproche de Chloe.

—¡No! ¡Mierda, Tamara! ¡Estás pensando, deja de hacerlo!

—Está bien, es difícil apagar mi mente y lo sabes.

—¿Qué te tiene pensando en este preciso momento? ¿La colección? ¿Las y los modelos? ¿Qué? ¿Acaso Logan te tiene pensativa? ¡Dios! ¡No! Enamórate de alguien más pero no de Logan.

—No, Logan no tiene nada que ver, él y yo ya no nos veremos más—me miró rápido y luego siguió con la mirada enfrente, conduciendo.

—No te creo—asentí—¿Por qué? Dijiste que era un excelente amante.

—Ahss, el muy estúpido me dijo que me aumentara los senos, solo porque se cogió a una de copa inmensurable.

—Que idiota —dijo mi hermana desde el asiento de atrás.

—Una patada en las bolas es lo que se merece, además de tu rechazo. Bien hecho, nena—mi amiga aprobó la acción.

La conversación sobre Logan terminó con una sonrisa entre nosotras. Pero había otras cosas más intensas que ellas dos ignoraban. Chloe lo sabría a su tiempo, pero dudo que mi hermana lo sepa pronto. Ella es muy correcta en lo que hace y no sé si vea con buenos ojos la propuesta de los tres hermanos Russell. Mi cabeza está hecha un lio y no estoy segura de que disfrutaré la noche.

—¿A dónde vamos, Chloe? —pregunté curiosa, ella no me había dado detalles.

—A un bar, se llama El oso dulce—me reí, por supuesto que lo hice.

—¿El oso dulce? ¿en serio? —mi hermana también se echó a reír.

—No sé por qué se llama de esa manera, pero puedes preguntarle a Jake Russell porque rayos le puso ese nombre.

Mi sonrisa y el buen humor que tenía en mi cuerpo se esfumó tan rápido como mi dignidad se ha ido de mi cuerpo algunas veces.

Ella no podía hacerme esto. No.

Su camioneta se estaciona frente a ese bar, su nombre resalta tanto que me quedo paralizada mirando el nombre sin reaccionar a nada más. En la puerta principal yace un guardia y como espero hay una fila de gente conformado por hombres y mujeres.

Sigo mirando y veo a un grupito de amigas que yo conozco desde siempre. Chloe se ha bajado de su camioneta y le lanza las llaves a un tipo y se acerca a las chicas que ya mencioné, a su lado mi hermana.

Tamara Por Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora