CAPÍTULO 26

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Voluntario

***
EROS MATEUCCI

Aparco el Aston Martin en la puerta de mi edificio y subo a casa.

Ander sostiene a Alessia y Bianca vuelve del baño mientras guarda algo en su bolsillo.

- ¿Que es eso? - pregunto y ella parece tensarse.

- ¿El que?

- Vaciate los bolsillos - le ordeno. Ya tengo suficiente como para tener que aguantar a una drogadicta en casa.

- No eres mi padre

- Soy tu hermano y quiero que te vacíes los bolsillos.

Ella no me obedece, asi que camino hacia ella y meto la mano en el bolsillo de su chaqueta antes de que ella pueda hacerlo.

Saco una bolsita con un polvo blanco, cocaina.

- Escúchame bien - le digo enfadado - Puedes meterte esta mierda donde quieras, pero en mi casa no.

- Devuélvemela.

- Si vuelvo a verte con esto, te vas a la puta calle - digo y camino hacia el baño para tirar el contenido de la bolsita al lavabo.

- No, oye, por favor, no lo... ¿Eres consciente de lo que cuesta eso?

- Soy consciente de que te matará.

- ¿¡Y a ti que más te da!? - comienza a llorar.

- A mi me da igual, pero tienes una hija de la que no me haré cargo - digo y salgo del baño, dejándola ahí, llorando desconsoladamente por una maldita droga.

Sabía que estaba metida en eso.

- ¿Está bien? - dice Ander.

- No - respondo sin más y él niega con la cabeza.

- Sostenla - dice y me pone a la niña en los brazos.

- Oye yo no... - empiezo a quejarme pero él entra al baño, dejándome ahí.

Yo la coloco de la mejor manera posible, no tengo ni puta idea de como hacerlo.

No, no he tenido a un bebé en brazos en mi puta vida.

Ella balbucea algo y yo la separo de mi hombro para observarla.

Me sonríe y pongo una mueca de asco al ver mi chaqueta llena de babas.

Esta niña es una máquina de babas.

- ¿Era necesario? - digo mientras la separo de mi y ella rie animadamente.

Ander aparece por el pasillo y me mira con el ceño fruncido.

- No va a comerte - dice y me la quita de las manos.

Jamás pensé que escucharía a mi amigo decir algo así sobre un bebé.

- Yo no estaría tan seguro - vuelvo a observar mi chaqueta

Mi móvil empieza a sonar.

Wilson.

Apenas hace media hora que me he ido. Descuelgo el móvil y me lo llevo a la oreja.

- ¿Estas bien? - digo

- Si, ¿Por qué lo preguntas?

- Ya sabes por qué lo pregunto.

- Deja de pensar en eso

- ¿Acaso tú puedes hacerlo? - digo y ella se toma unos segundos.

Mis Reglas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora