CAPÍTULO 31

2.5K 133 4
                                    

Bianca.

***
CHLOE WILSON

Eros conduce por las calles de Tucson a toda velocidad y no se si me gusta la adrenalina que siento en estos momentos. Porque no estoy segura de que sea por la velocidad.

Le doy una mirada discreta a Eros, aunque no es demasiado discreta, ya que me pilla en el intento.

- ¿Que? - dice

- Nada - respondo. Me siento estúpida.

Todavía estoy en shock por todo lo que me ha contado.

- ¿Cuando vuelve tu prometido?

- Supongo que mañana por la mañana

- Vamos a mi casa - me informa.

- ¿Mi opinión cuenta? - digo y él sonríe de lado, para después ignorarme.

Cinco minutos después aparaca frente a un bloque de edificios y baja del coche. Yo hago lo mismo y acto seguido pulsa el botón que cierra el coche.

Mierda. El bolso.

- Eros - lo llamo - Me he dejado el bolso dentro.

- No lo vas a necesitar - responde

- ¿Que pasa si Evan me llama?

- Respondes mañana

- Abre - le ordenó y él rueda los ojos antes de volver a abrir el coche. Yo cojo mi bolso y camino hacia el interior del edificio seguida por él.

Entramos juntos al ascensor y no puedo evitar mirarlo por el rabillo del ojo.

¿He dicho ya lo guapo que está con traje y corbata?

Mierda Chloe. ¿Qué te pasa?.

Es normal la atracción que siento hacia él, ¿Quién no se sentiría atraída hacia semejante adonis?. Pero esta vez es algo más, no sé si el hecho de que acaba de abrirse conmigo o que Ben tiene razón y Eros me gusta.

¿Pero que digo? Claro que me gusta.

No habría repetido tantas veces si no lo hiciera, pero no puedo identificar que está distinto esta vez, y eso me da miedo.

Él agarra mi mentón - sacándome de mis pensamientos - y me gira la cara para besarme. No tardo demasiado en reaccionar y devolvérselo. Hacia tiempo que no lo besaba así.

Las puertas del ascensor se abren, pero él no se separa, al contrario, me agarra de los muslos y me carga hasta la puerta de su apartamento.

Se separa un momento para buscar las llaves y una vez abre la puerta vuelve a besarme.

- Oye - escucho una voz femenina

- Buscaos un hotel - reconozco esa voz, Hamilton.

Yo me separo de Eros y lo obligo a bajarme al suelo. Él me mira con cara de fastidio y yo no puedo evitar reír un poco.

- ¿No deberiais estar en la cama? - dice Eros molesto.

- ¿Crees que tenemos 8 años o que? - se queja su amigo - Al menos podríais esperar a llegar a la habitación.

- Vaya, perdoname por hacer lo que me de la gana en mi propia casa - responde.

- Nuestra casa - resalta la chica. Su hermana.

Genial, seguro que me adora - Nótese el sarcasmo.

- Hola Chloe - me saluda Ander

- Hola - respondo. Debo estar roja como un tomate.

Mis Reglas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora