Mis Reglas©

CAPÍTULO 25

Nada malo

***
CHLOE WILSON

No se si alegrarme o cabrearme.

Anoche me despedí de él con un beso, ¡Un puto beso! ¿Acaso estoy mal?

Estabas con las defensas bajas...

¿Por qué mierda Eros Mateucci es mi nuevo chófer?

Al menos tienes un apoyo.

¿¡Un apoyo!? ¿¡Cómo va a ser un apoyo una persona con la que no puedo mantenerme profesional!?

- Usted debe ser la futura señora Carson - se acerca a mi con un semplante bastante serio.

- Así es, y tú debes de ser mi nuevo chófer

- Exacto, soy Jace - responde.

- Encantada, Jace. Si no te importa, tengo un poco de prisa - digo y él abre la puerta del copiloto para que pueda subir - Gracias.

Él da la vuelta por delante y se despide del otro tipo antes de subir al coche y cambiar su cara drásticamente.

- Menudo gilipollas - comenta.

- ¿Que mierda haces aquí? - digo antes de que arranque.

- Shh - inspecciona el coche en busca de micrófonos.

- ¿A qué mafioso le interesa tener un coche con micros? Es una forma de que la policía interfiera.

- De todas formas no parece haber nada - dice y ahora sí, arranca el coche.

- ¿Que haces aquí? - Vuelvo a preguntar.

- Necesitabas un chófer y aquí estoy - dice.

- ¿Como sabías lo del chófer? - digo

- La CEMS tiene contactos.

- Claro, ¿Te ha enviado mi padre?

- Si - responde.

- Supongo que no le has dicho nada de...

- ¿Tus marcas? No

- No, lo de anoche.

- Tampoco - responde - ¿A donde vamos?

- A la farmacia

- ¿Para que quieres...?

- Solo conduce - le pido

- Al menos informame de los avances.

- Rebusqué todo su despacho y no hay nada que pueda relacionarlo con nada ilegal y aún no me deja ir a las reuniones.

- Esperemos que te deje hacerlo después de la boda, porque si no te habrás sacrificado para nada.

- Confío en que todo salga según lo previsto - digo

- ¿A que farmacia quieres ir? - dice

- Me da igual, a la más cercana.

- ¿Te encuentras mal?

- No, necesito algo.

- Bien, entonces baja, ahí tienes una farmacia.

- Vuelvo enseguida - digo y bajo del coche cuando consigue aparcar.

Al entrar hay dos mujeres en el mostrador, una de ellas se encuentra ocupada atendiendo a una anciana y la otra me observa con una sonrisa.

- Buenos días Señorita, ¿En qué puedo ayudarle? - dice