Mis Reglas©

CAPÍTULO 27

Senador

***
CHLOE WILSON

Aliso mi vestido con las manos mientras me observo en el espejo. Sin duda Eros hizo una buena elección.

Llevo un vestido negro con un escote bastante profundo. Va atado al cuello, dejando mi espalda al aire. Y en cuanto a la parte de abajo, es ajustada en la zona de la cadera, pero a partir de ahí se suelta hasta llegar a mis pies, además deja ver mi pierna derecha gracias a la raja que parte de la mitad de mi muslo.

Como calzado he decidido sufrir un poco y coger unas sandalias plateadas con tacón de aguja.

Mi maquillaje es bastante básico y mi pelo simplemente está alisado.

Escucho como la puerta de la habitación se abre y Evan aparece en el espejo detrás de mi.

- Estas increíble - dice y yo le dedico una pequeña sonrisa a boca cerrada.

Gracias a Dios el hematoma de mi cara ya casi ha desaparecido y ha sido fácil taparlo con maquillaje.

Me fijo en que tiene el brazo escondido detrás de su espalda y no puedo evitar preguntar.

- ¿Que tienes ahí? - digo y él sonríe un poco.

- Es un regalo - dice mostrando una caja de terciopelo azul. Pero esta vez no es la de un anillo, es algo más grande. Un colgante supongo.

Él abre la caja y yo trato de disimular mi asombro.

Esa mierda está llena de diamantes.

Eso no puede definirse como colgante, es un collar, es un increíble collar de diamantes.

- ¿Te gusta? - dice

- Es... precioso - digo mientras paso mi dedo por la magnífica joya.

- Date la vuelta, te ayudaré a ponértelo - dice y yo hago lo que me dice.

Él roce de sus dedos en mi cuello me provoca escalofríos. No quiero que me toque.

Debo hacerme a la idea de lo que viene, de que en dos días voy a estar casada con él y evitarlo no será una opción.

- Es mucho más bonito si tú lo llevas - dice y deja un beso en mi mejilla.

Dicen que las personas son un reflejo de lo que han visto en su hogar, y si Evan cree que amar es poder hacer lo que quieras con la otra persona, no puedo imaginar lo que vio cuando era un niño.

- Vámonos o llegaremos tarde - digo y él asiente.

Salimos a la parte trasera y no puedo evitar fijarme en que Eros no está aquí.

- ¿Donde está mi chófer? - pregunto curiosa.

- Le he dado la noche libre, Jacob nos llevará

- Oh, está bien - digo antes de subir al coche.

Unos minutos después el coche se detiene frente a una enorme casa, más grande aún que la de Evan.

Bajo del coche con su ayuda y caminamos de la mano hasta el interior.

Repaso rápidamente mi plan.

Conseguir que Evan me presente al senador y sacar toda la información posible.

- ¿A causa de que es la gala? - le pregunto.

- Bueno, la mayoría de las personas creen que será una recaudación de fondos, pero en realidad sólo una parte del dinero irá destinada a eso - me explica