Mis Reglas©

CAPÍTULO 43

La actuación.

***
CHLOE WILSON

El viaje de Evan se ha alargado un día más, así que no volverá hasta el viernes, lo cual me da más tiempo para encontrar lo que busco.

Una lista de compradores.

Es la prueba definitiva, poder confirmar que Evan vende armas a grupos criminales nos dará el poder para meterlo el resto de su vida entre rejas.

Debe tener una lista por alguna parte, una agenda o algo así. Pero no encuentro nada. Es la tercera vez que reviso el despacho y es la tercera vez que salgo con las manos vacías.

Voy a dirigirme al escritorio para revisarlo de nuevo, pero la Maldita alfombra se interpone en mi camino, haciéndome tropezar y casi caerme de bruces al suelo.

- Joder - susurro.

Me fijo en que está doblada del lugar donde he tropezado, dejando a la vista una anilla dorada.

¿Qué cojones?

Retiro un poco más de alfombra y tiro de la anilla hacia arriba.

Una trampilla. Será cabron.

Cojo mi móvil y me dispongo a bajar, no sé qué encontraré ahí abajo, pero no voy a quedarme con la duda.

Pienso en poner la linterna, pero para mí suerte al llegar abajo me encuentro con un interruptor.

Al pulsarlo todo se ilumina y yo me quedo con la boca abierta.

Menuda armería.

Hay armas de fuego de todo tipo, empezando por pistolas y acabando por ametralladoras.

- Joder - repito.

Tomo algunas fotos antes de acercarme a un viejo escritorio. Los cajones están llenos de documentos, pero hay un cuaderno encuerado que llama mi atención.

Lo tomo y nada más abrirlo encuentro una lista de nombres y números de teléfono. No estoy segura de que esto sea lo que busco, pero tendré que comprobarlo. Si estos nombres están en el archivo de terroristas habremos ganado. Tomo una foto y vuelvo a colocarla en su lugar.

Envío todas las fotos a Alina y ella me asegura que tendré una respuesta en un par de horas.

- ¿Señora? - escucho un par de toques en la puerta.

Mierda.

Me acerco a la escalera y subo rápidamente. Trato de cerrar la trampilla sin hacer demasiado ruido, la tapo con la alfombra y me dirijo al escritorio.

- ¿Está ahí? - vuelvo a escuchar.

- Si, si adelante - digo mientras tomo unos papeles cualquiera para hacer como que los reviso.

La puerta se abre y una chica del servicio entra.

- El señor Travis quiere verla - dice.

Joder.

- Que pase - digo y ella da un asentimiento antes de salir. Travis no tarda ni un segundo en entrar y yo le sonrío falsamente. - ¿Que pasa ahora?

- Nada - responde - Simplemente iba de camino al club y he pensando que quizá quisieses acompañarme.

- ¿Que tramas? ¿Estrellar el coche conmigo dentro? - Bromeo. Aunque creo que él sí que ha barajado esa opción.

- Es una buena idea - ríe - Pero no, solo quiero que te quedes a la actuación de esta noche.

Ni siquiera se por qué lo llaman actuación. Suben a unas cuantas niñas al escenario, se contonean y los depravados de sus clientes pagan para pasar un rato con ellas.