Broken Pieces ❥ muke

33 ❥ choose

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Estaba seguro de que había visto la suficiente cantidad de películas románticas para reconocer esta clase de escenario. Ya saben, la parte en la que el interés amoroso del protagonista principal lo, o la, invita a este lujoso restaurante, con música clásica de fondo y un ambiente clásico y elegante que parece ser sacado de un tablero de Pinterest.

Solo que, por alguna razón, esta rara escena de películas, no se sentía bien.

Había un hermoso candelabro encima suyo, música clásica en vivo y una carta, con los platos más caros que había visto, en su delante. Todo parecía demasiado perfecto, debería sentirse de esa manera.

Esto era lo que había soñado, lo que quería; una noche de ensueño, con alguien que lo hiciera sentir especial, como en un cuento de hadas. Pero, en el momento que levantaba la mirada para ver quien era el causante de todo eso, no se encontraba con al persona que su cabeza quería ver. Que su corazón deseaba.

Jeremy estaba vistiendo una elegante camisa blanca, con un traje azul oscuro y el cabello arreglado, viéndose completamente deslumbrante. Parecía que acababa de salir de una sesión de fotos de alguna famosa revista de empresarios de New York. Era el chico soñado de cualquiera.

Pero, no se sentía como el suyo.

Sus ojos volvieron a la carta, mientras que remangaba las mangas de su camisa roja que eligió especialmente para la ocasión. Era la primera cita a la que iba después de bastante tiempo, y estaba nervioso. Especialmente cuando Jeremy le dio el nombre del lugar al que irían y supo que era demasiado elegante en el momento que no fue capaz de pronunciar el nombre en francés.

Los nombres de las comidas eran difíciles de entender, de no ser por la traducción en letras pequeñas bajo ellos. La música lo hacían sentirse relajado, pero en el momento que volvía a levantar la mirada y se encontraba con los ojos claros de Jeremy, toda esa escena mágica desaparecía por completo.

Habían hablado un poco cuando él fue a recogerlo unos minutos atrás en su auto. Fueron temas banales, pero en los que realmente no lograron conectar demasiado. Jeremy tenía gustos diferentes; clásicos y específicos. Ni siquiera podían encontrar bandas o artistas que el otro conociera, por lo que terminaron dejando de lado la opción de escuchar música camino al lugar. De todas formas, no era tan malo.

Jeremy parecía estar haciendo un buen trabajo en hacerlo sentir cómodo, preguntándole por su carrera y viendo algunos de sus trabajos de los años pasados, para que luego comenzaran a hablar de su carrera en el modelaje hasta que llegaron al restaurante y las cartas se le fueron entregadas.

Ahora, solo había silencio, sin algún tema de conversación que pasara por su cabeza, porque cada vez que veía a Jeremy, no podía evitar pensar en cómo sería la situación si otra persona fuera la que se encontrara en su lugar.

Si fuera Michael.

Él posiblemente hablaría de Green Day, su banda favorita, o de los conciertos a los que fue, de los cuales amaría escuchar cada detalle porque también amaba saber de ellos. Quizá, podrían hablar de lo graciosa que era la pronunciación de los platillos o lo aburrida que sonaba la música clásica. Porque, Michael era esa clase de persona.

Era alguien con quien cualquier situación podía cambiar de un momento para el otro a algo positivo. Quien siempre lo haría reír sin importar qué, y trataría de alegrar los peores o más incómodos momentos.