Broken Pieces ❥ muke

79 ❥ freedom

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FREEDOM
[liberted]

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Sintió los latidos de su corazón acelerarse cuando presionó el timbre de la entrada, para que luego una mano se estuviese aferrando a la suya, entrelazando cuidadosamente sus dedos y haciéndolo sentir algo más calmado.

No debería sentirse así; nervioso.

Este era el último lugar en donde debería sentirse de esta manera. Estas visitas siempre solían traerle paz y un cálido sentimiento hogareño que extrañó por demasiado tiempo. Ahora, era diferente.

Quizá, porque era alguien diferente.

No visitaba la casa de su madre desde su cumpleaños, lo que fue un mes antes de que Ashton le consiguiese el trabajo para la semana de la moda, de que volviera a retomar terapia, que se reencontrara con Michael, y que toda esta relación de ambos empezara y llegara hasta donde se encuentran ahora. Varias cosas habían cambiado desde ahí.

Sin contar con la pelea que tuvo con su madre en su última llamada.

Intercambiaron mensajes antes de su vuelo a Londres, avisándole que se dirigía con Michael del aeropuerto hasta acá. Las autopistas estaban demasiado llenas por las vísperas, lo que haría casi imposible que tuvieran tiempo de ir a su apartamento, dejar sus maletas y volver hacia acá antes del final del día. Y, aunque ambos se encontraran realmente cansados por el vuelo, esa era una de sus últimas preocupaciones.

Ver a su madre de nuevo, era la primera.

—Ella te ama —le recordó Michael nuevamente, como cuando se encontraban en el taxi de camino hacia aquí —. Todo estará bien, Lu —agregó, para que luego un suave beso estuviese siendo dejado en sus nudillos.

—Te amo —dijo, viendo hacia los cansados ojos de su novio. Él le dio una leve sonrisa, para que luego le estuviese dando un apretón a su mano.

—Yo también te amo —respondió Michael, haciendo que una sonrisa se posara en sus labios. Aun se sentía demasiado bien escuchar una respuesta hacia sus palabras; sentirse correspondido.

Estaba seguro de que siempre se sentiría de esa manera.

Escuchó unos pasos acercarse hacia la puerta luego de unos segundos, haciendo que la sensación de nervios volviese, para que luego aspirara el suficiente aire y lo botara por sus labios, en un intento de mantener la calma. Finalmente, la puerta estaba siendo abierta, mostrando la imagen de su madre.

Ella se veía igual a la última vez que lo visitó en su apartamento, sus raíces habían sido retocadas y su cabello parecía acabar de ser planchado, pero las suaves facciones en su rostro permanecían, al igual que la cálida sonrisa en su rostro. Eso lo hizo sentir más tranquilo.

—Oh, chicos, vinieron a tiempo. Acabo de hornear galletas de jengibre, pasen —dijo ella, haciéndose a un lado y dándoles una sonrisa a cada unos —. ¿Necesitan ayuda con las maletas?

—No, estamos bien, gracias —respondió, dándole una leve sonrisa a su madre. Ella solo asintió, para luego salirse del camino y dejarlos a ambos entrar.

Fue un poco difícil meter las maletas por la pequeña entrada de su casa, pero fue posible. Tuvo que ayudar a Michael con la suya, porque al parecer, sus energías se habían ido por completo luego de no haber podido tomar una siesta en el avión, haciéndolo verse como si en cualquier momento fuera a terminar por quedarse dormido.