Broken Pieces ❥ muke

32 ❥ late

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LATE
[tarde]

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—Joven Clifford, no puede presentarse en el consultorio sin una cita previa o-

—Es una emergencia —insistió, suplicando con la mirada a la mujer de recepción, a punto de ponerse de rodillas si es que o era necesario —. Dave lo comprenderá.

—Las emergencias son atendidas en el área de-

—Podría estar por suicidarme —exageró, aunque puede que en este momento esa no fuera una mala opción. Pudo notar a los ojos de la mujer tras el mostrador abrirse en sorpresa ante sus palabras —. Estamos en el área de psicología, ¿qué esperaba? ¿Qué este acá por una infección estomacal?

—Lo único que intento decir, es que debe esperar a que consultemos con la agenda de su terapeuta o-

—¿Michael? —sus ojos fueron en ese momento hacia Dave, quien acababa de salir de su consultorio, haciéndolo sentir demasiado alivio de por fin ver un rostro conocido en este lugar.

—¡Dave! —exclamó, sin poder contener la felicidad.

—El paciente Clifford estuvo buscando por usted, pero necesitábamos ver primero su disponibilidad antes de dejarlo pasar a su consultorio —explicó la mujer de recepción, a lo que blanqueó los ojos, mientras Dave lo veía con una ceja levantada.

—Sí, estoy disponible —fue todo lo que dijo él, para luego hacerle una ceña para que lo siguiera, a lo que le dio una mirada de victoria a la mujer de recepción sintiéndose mejor al saber que había ganado.

Cerró la puerta al ingresar al minimalista consultorio de Dave, viéndolo a él acomodarse en el asiento en el que siempre se sentaba cuando iniciaban sus sesiones, con ese pequeño cuaderno en su regazo y tomando un lapicero de los tantos que tenía en la pequeña mesa de centro delante suyo.

Tomó asiento, dejando salir un suspiro de alivio. Este lugar siempre lo hacía sentirse cómodo, como si pudiera dejar la carga que estuvo llevando sobre sus hombros todos estos días cada vez que venía.

—Lamento el imprevisto —dijo al tomar asiento, relajándose contra el cómodo sofá en el que fácilmente podrían caber como otras tres personas —, pero, de nuevo, era una emergencia.

—No hay problema, podría darte mi número de trabajo para que podamos atender estas emergencias si es que lo necesitas —sugirió Dave, a lo que asintió, estando a gusto con la idea —. Entonces, ¿quieres decirme cuál es esta emergencia de la que hablabas?

—Ya lo sé —dijo, a lo que Dave lo miró confundido —. Aclaré mis sentimientos, Dave —explicó en tono obvio, pero él seguía sin comprender. Soltó un bufido

—¿Podrías detallar? —pidió él.

—¡Me gusta Luke!

Y ahí estaba, la confesión que estuvo cargando en su cabeza todo este tiempo, finalmente estaba saliendo a la luz y siendo escuchado por alguien más que su propio subconsciente.

Luego de días reconsiderando sus sentimientos, de noches sujetándose del cuerpo de la persona que lo hacía sentir segura y sintiendo su corazón romperse cada vez que él se desmoronaba en sus brazos, finalmente era capaz de admitirlo.

Le gustaba Luke.

Como Luke, el chico creyó detestar por demasiado tiempo, por quien se negó a tener alguna clase de sentimiento amoroso porque parecía demasiado irreal para admitirlo. Porque Luke parecía demasiado perfecto y fuera de su alcance, solo haciendo que frustración e ira aumentaran y se vieran reflejadas en la manera en la que lo estuvo tratando.