12 ❥ i'm fine

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I'M FINE
[estoy bien]

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Su cuerpo se sentía adormecido, eso fue lo primero que notó al despertar.

Cada uno de sus músculos pesaban demasiado y se sentía atrapado entre este sentimiento inconsciente y la realidad. Sus parpados pesaban y lo único que quería era volver a dormir, pero una voz en su cabeza le decía que despierte. Ya.

Eso fue lo que lo hizo abrir los ojos completamente de un momento para el otro y comenzar a escuchar un molesto pitido en sus oídos que iba aumentando su intensidad a medida que pánico se apoderaba de su mente.

Lo único que podía ver eran cables, paredes blancas y maquinas a su alrededor. Sintió frío, y no fue hasta el momento que notó la fina bata que cubría su cuerpo que pudo darse cuenta en dónde se encontraba. Luego, los recuerdos comenzaron a llegar, lentamente, como un carrete de película, hasta que pudo tener una imagen completa de todo lo que había pasado antes de quedarse inconsciente.

O, que lo hayan puesto de esa manera.

Sus manos fueron rápidamente hacia su rostro, sintiendo el sonido de sus latidos aumentar, pero en el instante que no sintieron el tubo que estuvo en su nariz hace un momento pudo sentirse más tranquilo. De todas formas, podía notar la sensación que dejó por el largo de su garganta, como si estuviera aun dentro de su cuerpo, era realmente incómodo, pero no se comparaba con los cálculos que su cabeza hacía para poder medir cuántas calorías habían entrado a su estómago y cómo lograría perderlas.

Sabía que habían sido más de lo que comía en un día. Quizá, más que una semana. O, un mes. Para este punto, sería demasiado difícil perderlas a menos que hiciera ejercicio.

Siempre odió ejercitarse, o cualquier actividad que tuviera que ver con el deporte. Las burlas de sus compañeros de secundaria seguían en su cabeza cuando llegaba de último en cada vuelta que daban al campo escolar, o cómo era elegido de último en cada juego que se era organizado. No le importaba que tan flácidos sus muslos se encontraran, porque eso parecía mejor a verse completamente ridículo haciendo ejercicio.

De todas formas, esa parecía su única opción. Debía llamar a un gimnasio, conseguir un entrenador personal, volver a cambiar su dieta y si tenía suerte podría perder las calorías ingeridas en un corto plazo de tiempo.

Aunque, claro, primero debía salir de esta camilla de hospital y convencer a los demás que estaba completamente bien.

Puede que esa fuera la parte difícil de su plan.

—Veo que despertarse —sus ojos fueron hacia la puerta en ese momento, encontrándose con la misma mujer de bata blanca que fue una de las causante que estuviera en este estado —. ¿Cómo te encuentras, Michael? —preguntó ella, con una leve sonrisa.

—No sé si deba responder esa pregunta, la última vez que lo hice terminé sedado y con una sonda gástrica en contra de mi voluntad —respondió, cruzando los brazos sobre su pecho y escuchando la suave risa de la doctora. Esto noera gracioso —. Como sea, estoy bien —agregó, encogiéndose de hombros.

—¿Es la verdad?

No, claro que no estaba bien. Tenía cables saliendo de su débil y adolorido cuerpo, un terrible dolor de cabeza y casi dos mil calorías de más. Pero, era claro que quejarse de algo solo haría que más tardara en ir a casa.

Broken Pieces ❥ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora