8 ❥ starving

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STARVING
[hambriento]

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No sabía nadar. Nunca aprendió, porque siempre vivió en grandes ciudades, demasiado alejadas a las playas y con clima nublado.

Por lo tanto, soñar con que se encontraba nadando no tenía sentido. No entendía porque se metería a este rio si ni siquiera sabía nadar. Solo lo hizo, dejó que su cuerpo se fuera hundiendo poco a poco sin que hubiera forma de salir a la superficie por más que lo intentara.

Nadie estaba jalándolo, ni obligándolo. Estaba hundiéndose por su propia cuenta, dejando que sus pulmones se llenaran de agua, mientras hacia un fallido intento por llegar a la superficie cuando claramente ya era demasiado tarde.

Ese fue en el momento que lo entendió; este no era un sueño, era una pesadilla.

Su cuerpo se removió, intentando salir del estado dormido en el que se encontraba, pero no funcionaba. Cerró los ojos demasiadas veces, pero cuando los abría lo único que lo rodeaba era más agua, y no la realidad. Sabía perfectamente que era una pesadilla, pero no podía salir de ella por más que lo intentara. Estaba atrapado.

Siempre era lo mismo. Era como una clase de parálisis de sueño, de la cual no podía escapar por su propia voluntad.

Intentó relajarse, pero su corazón seguía latiendo demasiado rápido y su cuerpo luchaba por poder liberarse de este estado. Cada esfuerzo parecía inútil, y con cada segundo que pasaba su respiración se iba haciendo más pesada, como si fuera casi imposible que el aire llegara a sus pulmones. Era el agua rodeándolo, o quizá su propia mente traicionándolo.

Y, luego, de un momento para el otro, estaba despertando.

Estaba despertando casi sin aire en los pulmones, con el corazón retumbando contra sus oídos, el cuerpo temblando y lágrimas secas en las mejillas. Sus manos sujetaban su pecho, en un intento de parar los rápidos latidos, mientras parpadeaba repetidamente, asegurándose que se encontraba en la realidad.

Estaba casi seguro de que así era, de no ser porque lo que se encontró a su alrededor no era la acostumbrada imagen que tenía al despertar en momentos como este.

En primera, estas paredes no tenían sus conocidos posters de bandas o fotos de conciertos a los que fue en su adolescencia, solo eran completamente blancas con cuadros que parecían demasiado aburridos y una decoración minimalista. Además, había una estantería con libros de literatura clásica en vez de su conocida sección de discos de vinilo o libros adolescente que leía a escondidas. Y, las sabanas en las que se encontraba olían a manzanas y suavizantes, no al aroma a canela que la señora de limpieza utilizaba cada semana.

Esta no era su habitación, ni su cama.

Su cabeza dolía demasiado como para pensar con quién, o donde, había acabado. Ese sería un problema para el Michael sin resaca, el de ahora solo debía pensar en alguna clase de escape de este lugar y encontrar su teléfono.

No fue hasta que miró a su propio cuerpo que se dio cuenta que no tenía su camiseta, con la que estaba casi seguro de que había abandonado su apartamento. Tenía un amplio suéter, que tenía el mismo aroma a manzanas como el resto de este lugar. Además, no estaba usando sus pantalones, donde esperó encontrar su celular, sino unos de algodón que se encontraban remangados en sus tobillos.

De acuerdo, estaba seguro de que jamás se quedó dormido en la cama de un extraño, o este le permitió usar su ropa. Mayormente, ellos se deshacían de su existencia luego de usarlo para satisfacer sus necesidades, y realmente les importaba poco prestarle alguna prenda.

Broken Pieces ❥ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora