Broken Pieces ❥ muke

66 ❥ wait me

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WAIT ME
[espérame]

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Fue el molesto pitido del ritmo cardiaco, los cables conectados a sus brazos y la incómoda cama de hospital, lo que hizo que finalmente tuviera la necesidad de abrir sus pesados parpados.

Y, no fue sorpresa que una maldición escapara de sus labios en el momento que sea dio cuenta donde se encontraba, recordando la primera vez que acabó en uno de estos lugares. Esto tenía que ser un mal sueño; una pesadilla. O, quizá, había muerto y este era el mismísimo infierno del que escuchó que iría por besar a un chico por primera vez.

Estuvo por confirmar que este lugar se trataba del infierno cuando pudo ver a su doctora asomarse por la puerta de su habitación. Ella le dio una agradable sonrisa, a lo que solo soltó un sonido en forma de queja que hizo que una suave risa llenara la habitación.

—¡Solo olvidé desayunar! ¡Lo juro! —fue lo primero que salió de sus labios. Williams volvió a reír, mientras visualizaba el iPad en sus manos y luego chequeaba las maquinas que se encontraba al lado de su cama.

—Lo sé —respondió ella para su alivio —. Todos tus exámenes han salido bien. No los mejores, pero te encuentras estable, algo que no pasó la última vez que nos encontramos en una situación como esta.

—¿Será costumbre encontrarnos de esta manera? —preguntó, levantando una ceja.

—No si todo sigue bien —respondió ella, sonando algo seria —. ¿Sabes lo que pasó contigo hoy, Michael? —preguntó Williams, aunque fuera claro que no tuviera la menor idea. Realmente no le agradaban los doctores.

—¿No?

—Tuviste un ataque de pánico, que causó que tu presión disminuyera y tu cuerpo reaccionara de esta manera. La falta de alimento en tu estómago pudo contribuir debido a que tu cuerpo ya se ha acostumbrado a tener alimento, pero no es la causa principal —explicó ella, a lo que frunció levemente el ceño, pero de todas formas asintió —. Lo que pudo causarlo, fueron altas situaciones de estrés, sin contar con que fui informada por el departamento de psiquiatría que acababas de dejar la última dosis de antidepresivos para probar unos nuevos.

—De acuerdo... —murmuró, sintiéndose algo mareado con la gran cantidad de información que su cerebro intentaba recolectar —. ¿Me darán más pastillas? —preguntó, haciendo una mueca.

—Tu psicólogo y psiquiatra creen que es lo mejor para poder seguir tu tratamiento, pero necesitan ver los efectos secundarios más de cerca si no que queremos que algo como esto vuelva a pasar —informó Williams.

—¿Algo como esto?

—Que hayas tenido un ataque de pánico es una de las menores consecuencias. Michael, sufres de un trastorno alimenticio y el ambiente al que te encuentras expuesto, no ayuda demasiado —ella hizo una mueca, que lo hizo sentir algo preocupado —. Sé que te han informado de los efectos secundarios, pero estos son más serios de lo que parecen.

—Puedo con ellos —respondió en un susurro poco seguro. Quizá, en el fondo sabía que no, pero realmente no le estaba gustando hacia donde estaba yendo esta conversación.

—Podrías llegar a atentar contra tu propia vida —dijo ella, sonando realmente seria. Sintió un leve escalofrío ante sus duras palabras, para que luego su mirada fuera hacia la pantalla que contaba sus latidos —. Solo intento mantenerte al tanto de lo serio que es esto. No quiero asustarte.