Capítulo 10

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Las chicas seguían besándose de manera desesperada, Valentina por un momento se asustó al sentir las manos de la morena tocándole los senos, por un instante recordó el ataque violento que sufrió a manos de Fernando y comenzó a temblar, unas lágrimas salieron de sus ojos por tales acciones la morena se detuvo abrazándola con fuerza.

-Shhh tranquila - le dijo la morena con la voz muy agitada.

-Lo siento - dijo Valentina con un hilo de voz y casi sollozando.

-No tienes por qué disculparte - dijo colocando su frente sobre la de la rubia - sé que tienes miedo - le dijo en susurro - pero yo no voy a lastimarte - al decirle eso la llevo a la cama y la recostó -es mejor que duermas.

-Juls - dijo atrayéndola hasta ella y abrazándola con fuerza - es cierto que tengo miedo pero contigo sé que estoy a salvo - dijo separándose un poco de ella y le tomo la mano - es por eso que quiero seguir - así que le coloco la mano en su seno - no quiero sentir más miedo y menos de ti - al decir eso la beso.

Valentina sabía que la morena no la lastimaría a pesar de los pocos días que llevaban de casadas. Juliana nunca intento tocarla de manera irrespetuosa, todo era siempre bajo su consentimiento. Los besos que le daba no eran agresivos sino suaves aunque a veces eran desesperados no dejaban de ser delicados. No quería seguir pensando en lo que casi le hacia su padrastro el día de su boda. Juliana era diferente a él ella no usaba la fuerza para obtener algo que tanto ante la ley como por los ojos de Dios era suyo, ella acepto entregarse a la morena. Antes de casarse sabía que en algún momento le cumpliría, así que no lo quería posponer más. Su cuerpo se lo pedía sus hormonas le gritaban "dejate llevar", es por eso que ya no lo quería evitar realmente la deseaba necesitaba sentirla por completo. Se entregaba a ella a partir de eso beso que la morena acepto algo sorprendida pero deseosa.

-¿Estas...segura? - pregunto Juliana por última vez con la poca cordura que le quedaba.

-Completamente - dijo viéndola a los ojos.

La morena no necesito escuchar nada más se acercó a su boca y la beso con tanta delicadeza como si se tratara de una muñeca de porcelana. Ambas estaban ahora sentadas en la cama y las manos de la morena se dirigieron a los botones de aquella camisa, fue desabrochando lentamente cada botón por botón sin despegar sus labios de su boca. Valentina al sentir como el fresco de la noche la golpeaba en su pecho semidesnudo se estremeció por el cambio de temperatura.

-¿Estás bien? - dijo Juliana sonriendo al separarse de sus labios al sentirla temblar.

-Solo me dio frio - al decir eso ambas sonrieron.

-Eres tan hermosa - dijo la morena al ver sus pechos solo cubiertos por el brassier.

-¡Juls! - le dijo avergonzada por la manera como le veía los senos, esa mirada no era de lujuria era de admiración, sin duda ella la respetaba y eso le gustaba mucho.

-Es la verdad - dijo besándola nuevamente con la misma delicadeza.

Valentina llevo sus manos a su camisa y comenzó a desabrocharle los botones. Una vez terminado la labor le quito la camisa y se separó de su boca, sonrió al ver aquel brassier negro en donde se escondían unos senos hermos y sonrió aún más al verle ese abdomen plano _te gusta lo que ves - le pregunto con un tono más ronco -si me gusta mucho - dijo casi en susurro. Las chicas volvieron a besarse y ambas camisas cayeron casi al mismo tiempo al suelo. Juliana la fue recostándola en la cama se vieron a los ojos las manos de ambas llegaron a los jeans de la otra, no dijeron nada y simplemente desabrocharon ambos botones y bajaron las cremalleras al mismo tiempo. Juliana se colocó sobre la rubia y con mucho cuidado le empezó a besar el cuello.

Me enamore de mi esposa - Adapt Juliantina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora