Capítulo 18

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Los días fueron pasando y los intentos de Lucas de convencer a Mateo y Román que lo dejaran competir eran inútiles. Los chicos solo le decían que no por lo que se molestaba y terminaba descargando su frustración en Sofia, quien ya no aguantaba más los desprecios de Juliana para con ella simplemente la evitaba y amenazaba con correrla de su casa si seguía en ese plan. Sofía vivía de mal humor encerrada en su habitación o en aquel bar con su padre quien no entendía como Juliana se le resistía. Solo pensó que era por Valentina debía ser buena en la cama pero eso no lo pudo corroborar, sus deseos por ella fueron volviendo a aparecer y solo quería saciarse con ella.

Elena veía casi a diario a su hija y nuera ya que Juliana hacia casi un berrinche cuando su esposa estaba por salir, así que tenía que llevársela con ella para que dejara de arrodillarse y aferrarse a sus caderas, cosa que no le molestaba pero se hacia la dura para no reírse de esa manera de actuar de su esposa. Nunca pensó ver a Juliana Valdés actuar de esa manera tan infantil pero le encantaba.

A los Valdés los visitaban los fines de semana y terminaban comiendo con ellos. Solo le quedaba una semana anJuliana de reposo y estaba que no se aguantaba las ganas. En las noches se masturbaba para liberar tenciones mientras Valentina solo sonreía desde su cama. Las salidas nocturnas de la morena las hacía casi que inter diarias para que la Valentina no sospechara nada.

-Juls - dijo despertando y bostezando al levantarse, pensó que Juliana estaba en el baño, pero la luz estaba apagada entro y no la vio. Un ruido en el exterior de su habitación la hizo acercarse y abrir la puerta un poco, vió a Sofía llegando con las pijamas revueltas y llenas con un poco de lodo, se extrañó al no ver a Lucas junto a ella pero otro ruido proveniente fuera de la casa le llamo la atención. Al cerrar su puerta con cuidado se asomó a la venta y vio a Juliana cerrando las caballerizas. Tenía una gabardina lo suponía por lo largo y sus botas se notaba su pijama ya que esa noche estaba despejada y los rayos de la luna alumbraban perfectamente.

Sin pensarlo corrió a su cama y se recostó tratando de hacerse la dormida un pequeño dolor le invadió el pecho, ¿Qué significaba eso? Ella no estaba ciega claramente su hermanastra llegaba en un estado lamentable, estaba llena de barro que solo podía indicar una cosa se había revolcado con alguien. Ese dolor se le fue incrementando en su pecho tenía unas enormes ganas de llorar pero se contuvo, más al sentir como Juliana se recostaba junto a ella y la abrazaba de la cintura besándole el cuello, para luego quedarse dormida casi de inmediato quería gritarle pero no pudo. Tenía miedo de decirle o si quiera preguntarle donde estaba ya que su respuesta le dolería más, ya sea porque le mintiera o porque le dijera una verdad que no quería oír.

La mañana llego y Valentina no logro dormir nada en toda la noche pensando en lo que había pasado con Juliana Mientras la contemplaba dormida a su lado no podía realmente pensar que la engañara, pero el verla llegar entrada la madrugada después que lo hizo Sofía la pusieron muy mal. Sintió como unos labios se apoderaban de su boca sacándola de sus pensamientos. Sin pensarlo correspondió aquel beso en el cual se entregaba en cuerpo y alma. Sin decirle nada se posó sobre la morena y comenzó a mover sus caderas sobre su miembro cubierto por el pantalón del pijama.

-Mmm Val - dijo suspirando al sentir aquella fricción en su miembro.

-Shhh - dijo mordiéndole levemente el labio inferior - no digas nada y solo sintamos, no quiero hacer nada más que esto.

Juliana no dijo nada más, le tomo las caderas y la ayudo en ese movimiento de solo frotarse sobre aquel pijama. Ambas se veían a los ojos mientras aquella fricción la realizaban, el deseo estaba en sus ojos, Juliana sentía un intenso placer más intenso que aquella vez en la tienda cuando se lastimo las costillas. Sus respiraciones se agitaron y casi a los 5 minutos de haber comenzado ambas suspiraron y lanzaron un pequeño grito ahogado. Valentina sintió su pijama húmeda por el pequeño orgasmo que sintió, pero se impresiono al sentir lo mojado que estaba el pijama de Juliana que parecía anestesiada, pero con una sonrisa de satisfacción enorme aquel primer acercamiento le había hecho llegar al cielo. Valentina sonreía y sin previo aviso Juliana la hizo quedar debajo de ella.

Me enamore de mi esposa - Adapt Juliantina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora