War of Hormone - Jintae Omegaverse

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El lindo y tímido omega dibujaba corazoncitos en su cuaderno dando una imagen muy tierna y dulce, que pocos o ningunos apreciaban. Ya que en la adolescencia las hormonas estaban a flor de piel y junto con la perdida de los valores a muchos no les importaba follar en el baño sin ningún tipo de compromiso.

Sin embargo, Kim Taehyung seguía soñando con su príncipe azul. Tenia un cuaderno de versos, poemas y dibujos tiernos donde plasmaba sus mas dulces pensamientos.

Su amigo Jimin lo miraba con cierto deje de lastima. No quería que nadie se aprovechase de su amigo. Por eso, a pesar de también ser un omega lo protegía aun de él mismo. Pero sabia que no siempre estaría ahí para protegerlo y eso le preocupaba.

— ¿sabias que ya no eres un niño? ¿cierto?

— Déjame en paz. Sabes que me gustan mis dibujitos. — dijo haciendo un pucherito sin dejar de pintar de rosado su dibujo.

— Lo digo por tu bien Tae. No quiero que vuelvas a llorar cuando Jaebeom dañe tu cuaderno.

— ¿Dónde está? — pregunto asustado apretando su cuaderno en su pecho.

— No esta — rodo los ojos — pero si te ve en esas, de seguro te lo quita de nuevo y se burla por milésima vez de ti frente a todos.

— No me importa — inflo sus cachetes — algún día mi alfita me va a defender.

— No quiero ser aguafiestas, pero veo ese día muy lejano con los idiotas hormonales que nos rodean.

— Yo se que mi alfita existe en algún lugar — dijo con ojos soñadores.

Jimin le miraba con preocupación levantando sus cejas en incredulidad, preguntándose como es que su amigo creía en esos cuentos de fantasía cuando era testigo como a diario muchos omegas y alfas se dejaban llevar por sus deseos más primitivos en cualquier lugar del colegio que se los permitiera. Taehyung continúo pintando como niño pequeño en su cuaderno dando los toques finales a la carta que había hecho para su futuro alfa.

En ese momento ingreso Jaebeom al salón y al girar a la derecha vio al lindo omega que tanto le gustaba. Y su rara manera de manifestarlo, ya que no se permitía reconocerlo, era molestándolo.

— Pero miren a quien tenemos aquí.

Taehyung chillo dando un saltito en su asiento al escuchar la voz de Jaebeom. Apretó su cuaderno contra su pecho temiendo que lo destruyera de nuevo. Lo que en realidad no sabía Taehyung era que aquel Alfa no los destruía, sino que los coleccionaba cuando se percataba que estaban lo suficientemente llenos de dibujos, cartas, dedicatorias y poemas.

— Dame eso cabeza de chorlito.

— No, es mío. — lo apretó aun más contra su pecho girándose un poco para proteger su cuaderno mirándolo con ojos de cachorro.

— Bien, será a las malas.

— ¡Déjalo en paz! Porque no te metes con uno de tu tamaño.

— Uuuggghh! Que asco Park. Además, no es tan divertido como lo es con Taehyung. Así que apártate, Park.

— Te dije que no. — se interpuso. — ¿Qué esperas Tae? Vete de aquí.

Jaebeom miro con furia a Jimin y se lanzo contra él. Comenzaron a forcejear y Tae se llenó de miedo.

— ¿Qué esperas para correr? — le grito Jimin.

Taehyung salió despavorido, pero no demoro mucho tiempo para que Jaebeom lo alcanzara. Cuando sintió que fue tomado desde su saco, lo único que se le ocurrió fue lanzar su cuaderno lo más lejos que podía. Se encontraba en el quinto piso y no tenia ni idea donde había caído porque lo lanzo en forma parabólica. Solo esperaba recuperarlo y no tener que comprar un nuevo cuaderno y empezar de cero con sus hermosos poemas, cartas y dedicatorias para su amado futuro alfa.