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Seokjin jugaba ajedrez con Sunhee en una pequeña sala auxiliar de la casa de Taehyung

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Seokjin jugaba ajedrez con Sunhee en una pequeña sala auxiliar de la casa de Taehyung. Ambos eran muy buenos jugando por su mente estratega. Seokjin palpaba una y otra vez el alfil que tenia entre sus dedos mientras evaluaba su siguiente movida. Decididamente lo movió hasta la figura del caballo luego de debatirlo en su mente.

— Eso deja algo desprotegida a tu reina.

— A veces es necesario tomar riesgos.

— Lo importante es estar listo para afrontar las consecuencias de esos riesgos — dijo matando al alfil con su reina.

— Ese si que es un movimiento arriesgado. — sonrió — jaque — posiciono su reina diagonal al rey.

Sunhee sonrió y movió su rey. Seokjin siguió cantando jaque sin darse cuenta que su Reina estaba en la mira de Sunhee. Se concentro tanto en perseguir al Rey que no se dio cuenta cuando fue eliminada. Sunhee sonrió sabiendo que el único movimiento que podía hacer Seokjin era con su rey. Inevitablemente el jaque mate llegaría a sus oídos en cualquier momento.

— Vaya, es usted muy buena. No se en que momento caí y se la dejé tan fácil.

— Es cuestión de estar alerta.

— Bueno, creo que me ha ganado por quinta vez.

— ¿te rindes tan fácil?

— Es obvio que he perdido.

— Aun tienes una pequeña oportunidad.

— Imposible.

Sunhee giro el tablero.

— Ahora yo jugare de tu lado y tu jugaras del mío. Te demostrare que existe una pequeña oportunidad.

— Eso quiero verlo.

— En verdad tienes que hacer todo por ganar. No mires el juego a la expectativa. Y creo que tengo la solución perfecta para ello. Si ganas te dejare ir a una cita con mi hijo. Sin supervisión.

Seokjin la miro aterrado sabiendo que eso no era posible. Se preguntaba como es que estaba tan segura de ganar. Era algo prácticamente imposible. Se animo por tanto a no perder aquella oportunidad. En cada movimiento Sunhee sonreía por los gestos de frustración e impotencia al ver como lograba esquivarlo.

Mientras tanto Taehyung y Hyungjae terminaban de organizar la merienda que habian horneado juntos. Todo a juego con una hermosa vajilla para servir el te y unos pequeños platos.

Cuando ambos llegaban con las bandejas, escucharon a Sunhee reír y decir Jaque mate. Seokjin se desparramaba en el asiento y tomaba su cabello sin poderlo creer.

— Te dije que no era imposible.

— Usted es increíble.

— Mamita ya no te aproveches mas de Seokjinie Hyung.

— No me aprovecho bonito. Le enseño. Tiene muy buen potencial.

— Bueno, ya es hora de que coman algo. — dijo Hyunjae.

— Gracias, cariño.

Taehyung comenzó a servirle el te a Seokjin, quien le miraba embelesado por la manera tan fina en que lo servía. Seokjin trago saliva pensando en lo perfecto que era.

Taehyung miro de reojo a sus padres con un ligero sonrojo siendo consciente de la constante mirada del alfa.

— ¿sucede algo? — pregunto avergonzado por la continua mirada.

— Eres precioso. Y tan increíblemente irreal.

Sunhee y Hyungjae sonrieron enternecidos, y más aun con la reacción de Taehyung.

— Ah Seokjinie Hyung — dijo totalmente rojo — que cosas dices.

— La verdad. Eres mas que perfecto.

Taehyung se concentro en terminar de servir el te totalmente tímido.

— Espero te guste. Lo hice con mucho cariño con la ayuda de mi papito. — hizo una reverencia sin mirarlo. Luego se sentó y comenzó a comer para distraer sus nervios.

— Ya lo creo. Se ve increíble — dijo tomando un panecillo sin quitar su mirada de su rostro hermosamente sonrojado.

Sunhee comenzaba a sentirse tranquila luego de compartir con el alfa en varias ocasiones durante los últimos días. Cada vez descubría que tenía mucho más en común con Seokjin de lo que esperaba. No podía negar que era terriblemente guapo. Y precisamente eso era lo que le había preocupado en un inicio. Ella era conocedora que una belleza tan excepcional en un alfa no hacia sino fortalecer su ego y llevarlo a una conducta promiscua. Lo que había corroborado luego de investigarlo. Su molestia se había apaciguado desde que había descubierto que su lobo había emergido para proteger a Taehyung. Esa era una clara señal de que era su destinado. La madre luna había enlazado a sus lobos, y por ello se esforzaría en instruirlo como si fuera un hijo propio. Fue sacada de sus pensamientos ante las risitas tiernas de su esposo.

— ¿Qué sucede?

— Son una ternura. Seokjin no para de comer y elogiar a Taehyung por su habilidad culinaria. Dice que es como el paraíso y les puso por nombre paraíso a los panecillos que nuestro bonito hizo.

— Ahora entiendo sus pucheros y sonrojos.

— Eres un exagerado Seokjinie Hyung.

— No exagero. Esto es realmente delicioso. Tanto que podría morir de felicidad.

— Oh basta. — continúo comiendo y haciendo pucheros.

— Gracias Taehyung. Valoro mucho tu esfuerzo. Realmente me he enamorado de tus panecillos y tu te. Sobre todo, la forma preciosa en que lo serviste.

— ¡Basta! — dijo tiernamente — Me estas avergonzando con mis papitos — dijo totalmente rojo.

— Mi vida, pero creo que lo dice sinceramente. Soy testigo de como te miraba fascinado — dijo su padre.

— Ay papito. — comenzó a balbucear sin saber que argumentar.

Seokjin se derritió con la imagen dulce de su omega refunfuñando entre dientes mientras hacia pucheros. Una que otra vez le miraba tímidamente haciendo click con cada mirada que se daban, sintiendo que cada pulsación de su corazón se acrecentaba al conectar con aquellos orbes infinitos y profundos de dulzura e inocencia. Seokjin pensaba que si ganar aquella partida desde su lado con solo dos fichas era imposible, lo era mucho más tener el privilegio de tener a un omega tan perfecto, puro y hermoso como Taehyung. Sin embargo, era bendecido con su presencia teniendo el honor de cortejarlo y ser finalmente aceptado por su familia. 

 

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War of Hormone - Jintae OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora