Kim Taehyung es un lindo omega muy peculiar para la generación a la que pertenece, ya que aun cree en el amor puro y verdadero. Sueña con ser cortejado de manera romántica como lo fue su padre omega por su madre Alfa. Sin embargo, todo parece ser un...
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— Jin Hyung! — expreso emocionado tapando su boca con sus manos — es hermoso.
— ¿te gusta?
— Ni que tuviera opción — dijo Jimin irónico. Seokjin miro inseguro a Taehyung.
— No le prestes atención, es hermoso y lo amo. — dijo abrazando al peluche.
— Pero ¿Qué es?
— Es una alpaca.
— Que raro eres.
— Jiminie, si sigues así me voy con mi alfita a otro lado.
— Ni te me acalores mi vida. Me iré yo solito para que disfruten su tiempo a solas.
— No, Jiminie espera...
— Tranquilo bebé, no te descuidaría por nada del mundo. Voy a hablar con Namjoonie y le pedí el favor que enviara a un líder guardián a cuidarte. Y a petición de uno envío dos. — dijo señalándolos. — cuídate mucho — dijo acercándose para acariciar su cabello tiernamente y depositar un beso en su cabeza. Y antes de irse le hizo una señal a Seokjin con sus dos dedos señalando entre el y sus ojos, dándole a entender que lo tenia en la mira. Seokjin solo suspiro sin darle mayor trascendencia, pues el solo hecho de haberlo besado lo tenía en las nubes.
— No solo es un peluche, sino que también te compre un llavero del mismo peluche y una pequeña almohada. Espero que también te gusten.
— Me gustan mucho Hyung. Son hermosos — dijo totalmente feliz.
Seokjin quería acercarse para abrazarlo, tocarlo, sentir mas cercano su aroma y calidez. Y por supuesto besarlo, pero el ser vigilado por los dos lideres guardianes le limitaba a hacerlo.
— Y yo que solo te hice una cartita — puchereo algo avergonzado.
— No te preocupes precioso.
— ¿Por qué no vienes hoy a casa y hare unos postrecitos para ti?
— ¿tu mamá...
— Mi mamita no dirá nada.
— Si quieres la llamamos para preguntarle.
— Bueno, si así lo prefieres; pero se que no se negara. Creo que ya no le desagradas.
— Aun así, es mejor preguntarle. Déjame la llamo — dijo sacando su celular.
El timbre del celular comenzó a repicar y Sunhee lo tomó, y al ver que era Seokjin contestó rápidamente.
— Hola — exclamo extrañada esperando que no fuera nada malo.
— Señora Kim ¿Cómo ha estado?
— Al grano Seokjin, mi hijo ¿está bien?
— Si, señora. Él esta bien. Solo me preguntaba si podía acompañarlo el día de hoy y...
