Kim Taehyung es un lindo omega muy peculiar para la generación a la que pertenece, ya que aun cree en el amor puro y verdadero. Sueña con ser cortejado de manera romántica como lo fue su padre omega por su madre Alfa. Sin embargo, todo parece ser un...
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— ¿Qué has dicho? — pregunto Sunhee soltando a Seokjin y acercándose furiosa a su hijo.
— Es mi alfita — dijo agachando su cabeza.
Sunhee no podía creer lo que oía mirando anonadada a su hijo. Regresó su mirada a Seokjin con quien si podía desquitarse.
— Quiero que me digas exactamente que pasa entre ustedes dos. — dijo fulminándole con la mirada.
— ¿No es obvio? Mi hijo intentaba pedir su permiso hoy manifestándole su interés por su hijo.
— ¿Por qué mi hijo dice que eres su alfita? Quiero que me aclares eso. — dijo ignorando a Sohee.
Seokjin no sabia que decir, pero al mirar a los ojos dulces de Taehyung su corazón se derritió.
— Tal vez solo lo hace por salvarme, pero yo en realidad quiero serlo. Quiero ser su alfa si usted y su padre me lo permiten.
— Awww que lindo — dijo Hyungjae acercándose, pero se detuvo al ver la mala cara que le hizo su esposo.
— Mami, no te lo lleves. Seokjin Hyung no es malo.
— Si en realidad quieres tener una mínima oportunidad con mi hijo vendrás conmigo.
Seokjin asintió y comenzó a seguir a Sunhee hacia el auto de policía.
— ¡No hijo! — expreso alarmada Sohee.
— No, Seokjin Hyung — dijo lanzándose en sus brazos para detenerlo terminando abrazado a él. — no tienes que hacer esto. No podría soportarlo.
— Taehyung! ¿Qué haces?
— Mamita, no lo obligues a ir.
— Suéltalo ahora mismo. Él no es tu alfa. Aún no están comprometidos.
— ¿lo dejaras ir?
— ¡Suéltalo!
— Solo si lo dejas ir — pataleo y puchereo.
Seokjin sentía su corazón explotar de emociones. Su olor, su cercanía, su calor, el contacto suave de su piel. Estaba siendo más difícil de lo que imaginaba. Cerro sus ojos apretando su mandíbula.
— Suéltalo ahora — dijo quitándolo a la fuerza.
— Mamita por favor.
— Ya basta. Si quieres que lo escuche deberás guardar tu lugar.
Seokjin y Taehyung se quedaron mirando, evaluando lo que sucedía entre ellos. Claramente su forma de relacionarse había cambiado al aceptar sus sentimientos de forma indirecta.
— Señora, llévese a su hijo antes de que me arrepienta. Y asegúrese que no se acerque a esta casa.
— Pero ¿Cómo no va a volver? Él es mi alfita. — dijo con ojos de cachorro Taehyung.
